Página:Visión de paz (1915).pdf/255

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

cruz. Todos se abrazan, y muchos, de contrarios horizontes, se dan, sin conocerse, el ósculo de la paz... ¡ Oh ! fuente inagotable del amor, duerme en tu madero de oprobio, aún más grande que en el alba de tu resurrección. Tu corona, en cada garfio, ostenta un crimen, y fruto de la primavera de Nizán, luce entre sus espinas una flor de nieve que empurpura tu sangre. Espectros grandiosos la cercan. Los patriarcas y las mujeres fuertes, los profetas y los santos de la vieja ley ; todos los que evangelizaste en el limbo, según la palabra del apóstol, arrancan de tu corona esa flor, y con la flor su espíritu. Las espinas quedan y la frente que cobijó tu verbo, no semeja la roca de Moisés : los hombres, sin embargo, le piden como a lo estéril un prodigio. Tú, engrandeciendo el silencio del Pretorio, enmudeces, y tu sangre corre. Corre en arroyos, corre en ríos, corre en mares : es el licor humano de la viña celestial. Gloria en las alturas a los que beben temblando de emoción ; a los varones justos que llamas tus hijos ; a los que requieren el acero y reflejan tu relámpago ; a los que dan a su inteligencia el ritmo de tu amor ; gloria a los inciensos, a las espadas, a las liras... Y he aquí el tumulto de