Página:Voz del desierto (1907).djvu/157

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 153 —

A esos intrépitos les arrebató el inglés su tierra, pero no pudo quitarles su energia.

Todo el desorden de la derrota y el desastre del destierro, nada han podido contra la admirable cohesión de esas familias.

Cada una de esas enormes carretas en que se aventuran á hacer la travesia de los desiertos, es un home compacto, donde no sólo viajan las personas, sino las costumbres, las tradiciones y los pedazos de patria desterrados.

Esas barbas luengas de oro, parecen aun enmarañadas por la montaña del África y perfumadas con pólvora. En esos ojos acostumbrados á resistir con altivéz las miradas de los ingleses y los tigres, viajan cielos nativos, arrobamientos místicos y ternuras celestes.

La energia femenil se destaca en ese cuadro.

Las muchachas de quince años arriba, trabajan al lado de sus padres y rivalizan con sus hermanos mocetones en las faenas del campo.

Su misticismo lo guardan en el pecho, sin que se trasparente en gazmoñerias exter-