materia (serpiente). O los dos rostros de quetzal que se miran de perfil y que producen un tercer rostro con aspecto humano. El quetzal simboliza el cielo o el espíritu, y este símbolo nos habla de la necesidad de “humanizar la parte espiritual” del mundo y de la vida. La repetitiva imagen integrada por un felino (jaguar, puma, ocelote), un reptil (serpiente de cascabel) y un ave (águila, quetzal, búho), que forman un rostro humanizado. Las mismas grecas, los colores y los diseños que están presentes, lo mismo en códices, estelas, monolitos, cerámica, lienzos, madera y metal. Un universo de formas y diseños que implican un lenguaje filosófico, que hasta ahora, poco se conoce y casi no se ha decodificado, pero está ahí, esperando el momento revelador en el que los hijos de los hijos, tengamos la capacidad para entender o decodificar el mensaje.
El tercer nivel de conocimiento filosófico está explícito en la religión. Dentro de los mitos, ritos y las parábolas, siempre subyace un doble fondo filosófico y humanizador. Las antiguas religiones de la humanidad, contienen en su punto central, una clara estructura filosófica, que permite a los seres humanos comunes, resolver el problema ontológico del Ser, sin entrar a complejidades de carácter filosófico que, requieren mucho mayor grado de conocimiento, especialización y abstracción. La filosofía como la religión permite al ser humano, en diferentes niveles, enfrentar el desafío de la trascendencia de la existencia.
Para penetrar al mundo filosófico del Anáhuac debemos de tomar en cuenta: Que los maestros toltecas, los creadores de “la tinta negra y roja”, desaparecieron literalmente en el llamado colapso del Período Clásico Superior. Que destruyendo piedra sobre piedra sus majestuosos centros de conocimiento ocultando sus saberes. Que los mexicas cien años antes de la llegada de los invasores europeos mandaron destruir todos los códices antiguos que habían logrado conservarse de la época clásica, donde se recordaba la historia y la sabiduría de los toltecas y la Toltecáyotl, creando su propia historia, donde los mexicas ocupaban el sitio preponderante, aunque se sabía que habían llegado al Valle del Anáhuac en el siglo XII, con una escasa cultura, pues eran nómadas-cazadores. Finalmente, debemos de tomar en cuenta las reformas filosóficas-religiosas que realizó Tlacaelel, el 110