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Para leer a Carlos Castaneda/5

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Para leer a Carlos Castaneda
de Guillermo Marín Ruiz
III.- Viaje a Ixtlán

III. VIAJE A IXTLAN
(LAS LECCIONES DE DON JUAN)

Primera edición e inglés, 1972
Primera edición en español, 1975
Título original:
"Journey to Ixtlán. The Lessons of Don Juan"
C 1972, Carlos Castaneda
Publicado por Simón & Schuster, Nueva York
D.R. c 1975, Fondo de Cultura Económica. Mex.
Colección Popular 143.
Traducción de Juan Tovar
368 páginas

Como quien vuelve a ver un filme cinematográfico lleno de simbolismos y códigos comprensibles sólo para su director, por tercera ocasión Castaneda hace una recapitulación de lo ocurrido durante sus diez primeros años de aprendizaje con Don Juan, remontándose al momento mismo de su primer encuentro, impulsado por un hecho portentoso que le sucedió hacia el final de su segunda etapa de aprendizaje: aprende a “parar el mundo”. Este hecho lo hace caer en la cuenta de que su obstinación por cumplir su objetivo inicial —conocer los misterios de las plantas alucinógenas— no le había permitido entender que "parar el mundo" no era sólo una metáfora, sino uno de los enunciados principales del conocimiento de Don Juan y que todo lo que había tratado de enseñarle hasta ese momento eran técnicas para lograr "parar el mundo", lo cual significaba el primer paso para poder "ver".

Castaneda comprende entonces que las plantas de poder no son la clave para entrar al conocimiento de Don Juan, sino que son sólo una ayuda para el maestro cuando el aprendiz carece de la sensibilidad o la flexibilidad necesarias para percibir la "otra realidad" del mundo. Este descubrimiento lleva a Castaneda a revisar todas sus notas de campo y encuentra que había descartado de las enseñanzas de Don Juan las "técnicas para parar el mundo" simplemente porque estas no tenían relación con su estudio de las plantas psicotrópicas.

Los relatos contenidos en "Viaje a Ixtlán" comprenden, hasta el capítulo 17, los primeros dos años del aprendizaje de Castaneda, sólo que su enfoque de lo sucedido ha dado un giro de 180 grados. Los últimos tres capítulos narran los acontecimientos que llevaron a Castaneda a la hazaña de "parar el mundo", hecho que lo saca de la oscuridad para ponerlo en camino al conocimiento de la Toltequidad.

Castaneda termina de escribir este libro en 1972, el mismo año de su primera edición en inglés y, a diferencia de los dos primeros, éste empieza a tener coherencia y congruencia con el sistema de conocimiento de la Toltequidad.

En "Viaje a Ixtlán" el autor nos presenta 15 técnicas específicas para trabajar la parte derecha del conocimiento o tonal (barrer la isla del tonal), cuatro puntos referenciales del conocimiento y una hermosa y poética alegoría del viaje que recorren los guerreros para llegar al fin supremo de la enseñanza, que es "llegar a la totalidad de uno mismo".

Trataremos de ir rescatando la esencia de cada una de las técnicas para parar el mundo, de las historias y diálogos de los que Don Juan se vale a fin de que su aprendiz sienta y "entienda" la lección. Hechos ocurridos en mayo de 1971, fecha en que concluyó la segunda etapa del aprendizaje de Castaneda.

BORRAR LA HISTORIA PERSONAL

Para mantener la imagen de uno mismo, el hombre común, a la menor provocación, está deseoso de decirle a quien le quiera escuchar "quién es él" o, más bien, quién supone él que es. El contar una y otra vez nuestra vida a quien se deje, además de alimentar nuestra importancia personal (ego) nos permite autoafirmarnos en este mundo de pensamientos. Mantener la imagen de nosotros mismos requiere de un descomunal gasto de energía, por lo que un aprendiz de la Toltequidad deberá ir "borrando" poco a poco su historia personal; esto no es dejar de hablar del pasado, sino, simplemente, "usarlo" de manera referencial e impersonal.

Don Juan dice que la "importancia personal" nos lleva a mantener nuestra historia personal. Don Juan sostiene que a través de la historia personal alimentamos nuestra importancia personal y ésta nos impide apreciar el mundo en el que vivimos. Don Juan dice que prefiere la libertad ilimitada que nos da el ser unos desconocidos: si nadie nos conoce en verdad, no tenemos que andar dando explicaciones y así nadie se enoja o se desilusiona de nuestros actos. Esta libertad es la que el aprendiz necesita para transitar el camino del conocimiento.

"—No tengo ninguna historia personal dijo tras una larga pausa . Un día descubrí que la historia personal ya no me era necesaria y la dejé, igual que la bebida.” C.C..

PERDER LA IMPORTANCIA

La cultura occidental se sustenta en el sofisma de que “el hombre” es superior a todos los seres vivos que le rodean. Por la sencilla razón de que fue creado por Dios a su imagen y semejanza. Además, que le “ha entregado el mundo” para transformarlo, dominarlo y explotarlo. Por esta razón, la soberbia y la actitud depredadora de la cultura occidental.

Por el contrario, para la Civilización del Anáhuac, el mundo fue creado por un sacrificio de los dioses. En efecto, en Teotihuacán se sacrificaron Nanahuatzín y Tecuzistecatl para crear al Sol y a la Luna. Quetzalcóatl bajo al Inframundo por los huesos de los seres humanos del Quinto Sol y en sacrificio, sangró su pene para darle vida a los huesos. Por ello, los seres humanos serán llamados “macehuales”, que en lengua náhuatl significa “merecidos” del sacrificio de los dioses. Los macehuales tienen el deber de amar y proteger a su madre la Tierra (Tonatzin) y coadyuvar para mantener el equilibrio del universo.

Don Juan le enseña a Castaneda que sí quiere seguir en el “camino del conocimiento”, tendrá que cambiar su actitud arrogante y tratar con amor y humildad el mundo que le rodea, en especial a las “plantas de poder”.

"—Te tomas demasiado en serio dijo, despacio . Te das demasiada importancia. ¡Eso hay que cambiarlo!. Te sientes de lo más importante, y eso te da pretexto para molestarte con todo. Eres tan importante que puedes marcharte así nomás si las cosas no salen a tu modo. Sin duda piensas que con eso demuestras tener carácter. ¡Eres débil y arrogante!... —El mundo que nos rodea es un misterio— dijo—. Y los hombres no son mejores que ninguna otra cosa." C.C.

LA MUERTE COMO UNA CONSEJERA Para las culturas del Anáhuac, la dualidad MUERTE—VIDA VIDA—MUERTE, forma una unidad; no podemos llegar a tener conciencia de la vida si no tenemos conciencia de la muerte. Don Juan le trata de enseñar a Castaneda que la única "compañera" sabia que tenemos en la vida es, precisamente, la muerte, quien no nos dejará "aferrarnos" a nada, ya sean personas, objetos o sentimientos.

Cuando un aprendiz ha tomado la decisión de seguir el camino del guerrero, debe hacerse responsable de esta decisión entendiendo que no le queda tiempo para fanfarronear, ni para lamentarse, ni para equivocarse. El aprendiz sabe que es un "cazador" de poder o conocimientos, pero que el cazador será también cazado por la muerte. Don Juan le dice que cuando se sienta mal, cuando todo se le venga abajo, el guerrero deberá preguntarle a la muerte si todo eso es cierto. La muerte le dirá que nada de eso es cierto, la muerte le dirá "todavía no te he tocado".

"—Sí dijo con suavidad, tras una larga pausa—. Uno de los dos aquí tiene que cambiar, y aprisa. Uno de nosotros tiene que aprender de nuevo que la muerte es el cazador, y que siempre está a la izquierda. Uno de nosotros tiene que pedir consejo a la muerte y dejar la pinche mezquindad de los hombres que viven sus vidas como si la muerte nunca los fuera a tocar.” C.C.

HACERSE RESPONSABLE

Castaneda le pregunta a Don Juan, “qué es lo que le había hecho”, aquella primera vez que se conocieron en una estación de autobuses al Sur de Estados Unidos. Don Juan le explica que nadie le hace nada a nadie, que uno se hace lo que quiere, para bien o para mal, con las personas que le rodean. Don Juan le hace entender a Castaneda que sí quiere seguir en el camino del conocimiento, se tiene que hacer responsable de todos sus actos.

"—Mírame a mí —dijo—. Yo no tengo duda ni remordimiento. Todo cuanto hago es mi decisión y mi responsabilidad. La cosa más simple que haga, llevarte a caminar en el desierto, por ejemplo, puede muy bien significar mi muerte. La muerte me acecha. Por eso, no tengo lugar para dudas ni remordimientos. Si tengo que morir como resultado de sacarte a caminar, entonces debo morir...

"Tú, en cambio, te sientes inmortal, y las decisiones de un inmortal pueden cancelarse o lamentarse o dudarse. En un mundo donde la muerte es el cazador, no hay tiempo para lamentos ni dudas, amigo mío. Sólo hay tiempo para decisiones."… "Hacernos responsables de nuestras decisiones significa estar dispuestos a morir por ellas." C.C.

VOLVERSE CAZADOR

El aprendiz es un cazador que anda en busca del poder y al mismo tiempo puede ser cazado por la muerte. Un cazador es un hombre que sabe mucho, por lo que puede percibir el mundo de diversas formas. Un cazador es ligero, flexible y fluido, está en perfecto equilibrio con el mundo que le rodea. Un cazador no es un buen cazador porque conozca las rutinas de sus presas, sino porque él mismo... ¡no tiene rutinas!

"—Los cazadores tienen que ser individuos excepcionalmente agudos —prosiguió—. Un cazador deja muy pocas cosas al azar. He estado tratando mil maneras de convencerte de que debes aprender a vivir en forma distinta… Un día descubrí que, si quería ser un cazador digno de respetarme a mí mismo, tenía que cambiar mi forma de vivir. Me gustaba lamentarme y llorar mucho. Tenía buenas razones para sentirme víctima. Soy indio y a los indios los tratan como a perros. Nada podía yo hacer para remediarlo, de modo que sólo me quedaba mi dolor. Pero entonces mi buena suerte me salvó y alguien me enseñó a cazar. Y me di cuenta de que la forma como vivía no valía la de vivirse... así que la cambié.” C.C.

SER INACCESIBLE

Los hombres comunes se la pasan en medio del camino golpeándose y confortándose con cualquier “socio voluntario”; están "metidos" en sus ires y venires; son obvios y evidentes. Ser inaccesible significa que un guerrero "está y no está"; ser inaccesible no significa que deba estar escondido, porque de ser así, todo el mundo sabrá que está escondido. Ser inaccesible es una condición del guerrero para no "embarrarse" en el mundo de los sentimientos y las personas.

Ser inaccesible significa tocar lo menos posible el mundo y es tratar, a propósito, de ponerse fuera del alcance de la gente; no aferrarse ni agotarse a lo que de normal se aferra. Ser inaccesible significa que un guerrero no maltrata ni deforma al mundo, no explota ni exprime a las personas, y menos a los que ama. La inaccesibilidad de un guerrero le permite estar en el mundo y no deformarlo; sólo lo usa impecablemente y luego parte sin que nadie se dé cuenta de su llegada, ni de su partida.

—Debes ponerte fuera del alcance —explicó—. Debes rescatarte de en medio del camino. Todo tu ser está allí, de modo que no tiene caso esconderte; sólo te figuras que estás escondido. Estar en medio del camino significa que todo el que pasa mira tus ires y venires… —El arte de un cazador es volverse inaccesible... —Un cazador sabe que atraerá caza a sus trampas una y otra vez, así que no se preocupa. Preocuparse es ponerse al alcance, sin quererlo. Y una vez que te preocupas, te agarras a cualquier cosa por desesperación; y una vez que te aferras, forzosamente te agotas o agotas a la cosa o la persona de la que estás agarrado... Un cazador tiene trato íntimo con su mundo, y sin embargo es inaccesible para ese mismo mundo... Es inaccesible porque no exprime ni deforma su mundo. Lo toca levemente, se queda cuanto necesita quedarse, y luego se aleja raudo, casi sin dejar señal alguna.” C.C.

ROMPER LAS RUTINAS DE LA VIDA

El desafío del aprendiz es transformar la rutinaria vida cotidiana en un espléndido campo de batalla, y es lograr sustraerse de la vorágine de los pensamientos y de los actos cotidianos mediante la aplicación de las técnicas para "barrer la isla del tonal". Trabajar en "el lado derecho" del conocimiento o tonal, requiere de un esfuerzo descomunal que tiene como objetivo reducir al máximo nuestra importancia personal, liberando toda la energía que usamos para mantener nuestra imagen de nosotros mismos y la idea que tenemos del mundo.

El hombre común encuentra en sus rutinas el escudo con el que se protege del maravilloso y aterrador mundo que nos rodea. Mantener la conciencia de la vida se logra al romper nuestras rutinas. El aprendiz de la Toltequidad es un cazador que anda en pos del conocimiento que se encuentra agazapado y acechante en torno de nuestra cotidianidad. Romper las rutinas de la vida es transformar ese mundo soso y aburrido en uno maravilloso, misterioso y aterrador. El aprendiz como cazador no sólo debe cazar, sino que él mismo no debe actuar como si fuese una presa. El aprendiz debe, por decirlo de algún modo, "andar de puntitas" y "alerta" por el mundo, para sacarle el mayor provecho a su vida y esto se logra “Para ser cazador debes romper las rutinas de tu vida... Todos nosotros nos portamos como la presa que perseguimos. Eso, por supuesto, nos hace ser la presa de algún otro. Ahora bien, el propósito de un cazador, que conoce todo esto, es dejar de ser él mismo una presa.” C.C. LA ÚLTIMA BATALLA SOBRE LA TIERRA

Un aprendiz que se ha internado en los complejos caminos del conocimiento es consciente de que en cualquier momento puede morir. En cada acto que realiza pone toda su capacidad; no lleva en la mente “ganar perder”; pone en práctica todos sus conocimientos; evalúa, toma una decisión y actúa; se "deja ir" sin miedo ni ambición. El guerrero trata de pulir su espíritu, y la impecabilidad de sus actos, pensamientos y sentimientos es manifiesta. Cada acto es, por así decirlo, "su última batalla" en la Tierra, por lo cual le importa muy poco el resultado; lo que le interesa es perfeccionar su impecabilidad para pulir su espíritu. Un guerrero vive cada acto intensamente consciente de que muy bien puede ser el último. El guerrero pone en práctica todos sus conocimientos y deja que el poder fluya.

El guerrero confía en el poder de sus decisiones, las asume y actúa con el conocimiento pleno de que no tiene tiempo ni espacio para dudas, remordimientos o ambición. A diferencia del guerrero, el hombre común cree que tiene todo el tiempo y esa supuesta continuidad lo hace tímido, porque duda y se arrepiente o piensa que tendrá intentarlo de nuevo o “componerlo”.

El común de la gente va de acto en acto sin pensar ni luchar. Por el contrario, un guerrero sabe que no tiene tiempo y, por tanto, no se aferra a nada y realiza cada uno de sus actos como si fueran lo último que hará en la Tierra.

—Siempre te sientes obligado a explicar tus actos, como si fueras el único hombre que se equivoca en la tierra —dijo—. Es tu viejo sentimiento de importancia. Tienes demasiada; también tienes demasiada historia personal. Por otra parte, no te haces responsable de tus actos; no usas tu muerte como consejera y, sobre todo, eres demasiado accesible. En otras palabras, tu vida sigue siendo el desmadre que era cuando te conocí... —Como lo oyes. El cambio del que hablo nunca sucede por grados; ocurre de golpe... Hay algunas personas que tienen mucho cuidado con la naturaleza de sus actos. Su felicidad es actuar con el conocimiento pleno de que no tienen tiempo; así, sus actos tienen un poder peculiar; sus actos tienen un sentido de... —Tardarás años en convencerte, y luego tardarás años en actuar como corresponde. Ojala te quede tiempo. C.C.

HACERSE ACCESIBLE AL PODER

Un guerrero es un cazador impecable que anda en busca del poder. Por lo mismo no es un fanfarrón, ni exhibicionista, ni tiene tiempo que perder, ni para engañarse, ni para dudar o equivocarse. Lo que él pone en juego, porque la muerte lo anda cazando, es todo el trabajo y esfuerzo que le ha requerido el perfeccionar su vida para volverla ordenada, disciplinada y sobria.

Un guerrero trata de ponerse sistemáticamente al alcance del poder, pero con mucha prudencia y cuidado. El estilo del guerrero es un estallido controlado y una quietud controlada.

“Debes entender que un guerrero no es ningún tonto. Un guerrero es un cazador inmaculado que anda a caza de poder; no está borracho, ni loco, y no tiene tiempo ni humor para fanfarronear, ni para mentirse a sí mismo, ni para equivocarse en la jugada. La apuesta es demasiado alta. Lo que pone en la mesa es su vida dura y ordenada, que tanto tiempo le llevó perfeccionar. No va a desperdiciar todo eso por un estúpido error de cálculo, o por tomar una cosa por lo que no es.” C.C. EL ÁNIMO DE UN GUERRERO

En el camino del conocimiento el guerrero debe entonar a su espíritu en el ánimo correcto. Don Juan dice que buscar la perfección del espíritu es la única actividad verdadera de nuestra hombría. Un guerrero es inflexible en esa búsqueda y para ello mantiene una actitud frente a la vida y las cosas de la vida que le permite liberarse del miedo, de la ambición, de la queja y la tristeza. Un guerrero sabe que nadie le hace nada a nadie; que uno mismo se hace daño con la gente y con los sentimientos.

Un guerrero no está “enganchado” con nada ni con nadie. Por ello, el guerrero necesita del “ánimo correcto”, para librar cada batalla sobre la Tierra, pues él sabe que sin ese ánimo se “afea y enchueca”. No hay poder en una vida que carece de este ánimo. A un guerrero nadie le hace "daño", nadie lo presiona, ni lo mueve, ni lo obliga a hacer cosas que él no quiera.

Un guerrero no puede ser una hoja al viento o una lata vacía que la gente anda pateando moviéndola hacia todas partes y a ninguna. Un guerrero, cuando toma una decisión, se deja ir, y cuando ella fluye, en sus actos y en su ánimo le da templanza y fortaleza porque está entrenado para sobrevivir, y siempre sobrevive de la mejor forma. Para un aprendiz de guerrero no existe nada ofensivo en los actos y pensamientos de sus semejantes, siempre y cuando él actúe dentro del ánimo correcto. Cuando el ánimo del el correcto, un “capullo protector” generado por el “poder” lo protege.

”—Buscar la perfección del espíritu del guerrero es la única tarea digna de nuestra hombría...—Lo más difícil en este mundo es adoptar el ánimo de un guerrero —dijo él—. De nada sirve estar triste y quejarse y sentirse justificado de hacerlo, creyendo que alguien nos está siempre haciendo algo. Nadie le está haciendo nada a nadie, mucho menos a un guerrero.” C.C.

UNA BATALLA DE PODER

A través de las enseñanzas, Castaneda es llevado a un punto en el que debe tomar una decisión fundamental; el esfuerzo requerido para cruzar un "puente" determinará entrar de lleno al mundo del nagual; es dejar el "confort" y la seguridad para poder, al cruzar el puente, penetrar al maravilloso y aterrador mundo de lo desconocido.

Don Juan sugiere reiteradamente al aprendiz Castaneda que debe vivir como guerrero, con el ánimo correcto y en busca de poder; que la suma de ese poder definirá la totalidad de sus actos; que un aprendiz que adquiere suficiente "poder personal", es un ser que, —a través de la disciplina, la responsabilidad, el control y la inflexibilidad en sus objetivos y en la práctica impecable de las técnicas para perder la importancia— adquiere suficiente energía que puede canalizar para "ver" e interpretar el mundo y su propia vida en forma diferente.

Cuando el guerrero pierde poder, se pone viejo y gordo de la noche a la mañana, y como la muerte siempre lo está acechando, en el momento que el poder de un guerrero mengua, su muerte simplemente lo toca.

Don Juan le enseña a Castaneda que se necesita de toda la vida y de un inconmensurable esfuerzo para vivir cerca del poder y, alguna vez, estar "a solas con él". El guerrero deberá tener en consecuencia un espíritu impasible y, de todo lo que haga, jamás revelará lo que en realidad siente y piensa. Verás, una de las artes del guerrero es derribar el mundo por una razón específica y luego restaurarlo para seguir viviendo.. "Te he enseñado casi todo lo que un guerrero necesita conocer para lanzarse al mundo a juntar poder por sí solo. Pero sé que no puedes hacerlo y debo ser paciente contigo. Sé de plano que se necesita luchar toda una vida para estar a solas en el mundo del poder..." Un guerrero jamás vuelve la espalda al poder sin pagar los favores recibidos. C. C.


LA ÚLTIMA PARADA DE UN GUERRERO

Un guerrero, antes que nada y sobre todas las cosas, es un ser humano. Un hombre humilde consciente de sus limitaciones, pero también de sus potencialidades; sabe que debe aprovechar la maravillosa oportunidad de estar vivo y sabe que su vida puede acabar en cualquier momento.

Un guerrero sabe qué quiere de la vida y usa al mundo para lograrlo. Él sabe que es un camino difícil y casi imposible. Pero ya no hay nada en el mundo cotidiano que satisfaga a su espíritu. El guerrero trata de "usar" ese mundo cotidiano con ternura y sutileza; no se embarra ni se aferra a las personas, los sentimientos, las ideas o a los objetos. Él es muy ambicioso, ambiciona lo casi imposible, y no está dispuesto a con formarse o engañarse con nada. Sabe que tiene muy pocas oportunidades y, sobre todo, muy poco tiempo. Se prepara incansablemente a través de una férrea disciplina; fortalece su cuerpo y perfecciona su espíritu; su campo de batalla es el mundo y la vida cotidiana. La vorágine de las fuerzas centrífugas que nos arrastran a la imagen de nosotros mismos y la idea que tenemos del mundo y de la vida requieren de un gasto inmenso de nuestra energía.

Don Juan le dice a Castaneda que cada guerrero escoge un sitio en el mundo donde realizará "su última danza de poder". Este sitio es el lugar de su predilección. Allí la muerte se sentará a observarlo, y en esa danza el guerrero expresará toda su vida de lucha y sus sentimientos sobre todas las batallas de su vida. Hablará de sus alegrías y desconciertos en la búsqueda del poder.

"—Un guerrero no es más que un hombre. Un hombre humilde. No puede cambiar los designios de su muerte. Pero su espíritu impecable, que ha juntado poder tras penalidades enormes, puede ciertamente detener a su muerte un momento, un momento lo bastante largo para permitirle regocijarse por última vez en el recuerdo de su poder. Podemos decir que ése es un gesto que la muerte tiene con quienes poseen un espíritu impecable." C. C.


LA MARCHA DEL PODER

Don Juan le dice a Castaneda que él piensa que todo lo va a entender haciendo preguntas (y nosotros agregaríamos que tampoco leyendo a Castaneda). El poder no le pertenece a nadie, ni este camino es el único y verdadero. Don Juan le dice a Castaneda que hay muchos caminos diferentes hacia el conocimiento, aun en su mismo linaje; por ejemplo, hay brujos que llegan al conocimiento por diferentes vías, unos bailando, otros curando, otros sin hacer nada.

El "poder" es el conocimiento y el "poder personal" es la suma del conocimiento que el aprendiz ha logrado obtener. En esta parte de las enseñanzas que adquiere Castaneda, Don Juan lo va llevando poco a poco a "entender" lo que no se puede entender. Las enseñanzas de Don Juan son más de carácter vivencial y espiritual que racional. Don Juan sostiene que el hombre, además de la razón, tiene otros elementos para percibir el conocimiento.

Más adelante en la obra le llamará "el conocimiento silencioso". Esos "elementos" se activan a través de la propia energía, pero como siempre estamos ocupados sosteniendo racionalmente la idea de nosotros mismos y del mundo a través de la importancia personal, por tanto se requiere un gasto extremo de esa energía para que podamos "tener" esa energía y percibimos como generadores de... ¡energía! Este es un mundo de energía y no de conceptos y objetos. Esta es la gran herencia de la cultura tolteca y se trasmite a través de la Toltecáyotl.

Don Juan, a lo largo de la enseñanza, tiene que usar una serie de trampas o ardides para mantener la atención y el interés de su aprendiz. Muchas cosas que Don Juan le enseña a Castaneda creemos que, a propósito, lo hace por el camino largo. El conocimiento puro es simple y directo y, por lo mismo de su obviedad, la persona opone mayor resistencia. A pesar de que la enseñanza de la Toltequidad está casi desprendida de ritos y parafernalias[1] en nuestros días, algo queda para poder “engañar” a la razón de los aprendices.

Debemos recordar que, debido a la llegada de los españoles, la Toltequidad debió mantenerse en la clandestinidad. Los españoles nunca vieron, ni tocaron a la Toltequidad; en sus manos cayeron los sacerdotes, más no los hombres de conocimiento; y con los sacerdotes cayeron los hechiceros, los diableros y probablemente alguno que otro guerrero que se descuidó. En el siglo XVIII uno de los personajes más importantes del linaje de Don Juan vivía en el mero centro de la religión católica y, por añadidura, de la Santa Inquisición. Era el Sacristán de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Su disfraz y su lugar no podían ser mejores para protegerse de la persecución de aquellos tiempos. Un guerrero es un ser impecable, inaccesible y flexible. Don Juan habla de la maravillosa posibilidad de ser un desconocido.

Como parte de las técnicas que Don Juan le enseña a Castaneda para ahorrar energía y engañar a su razón, está la marcha de poder. El problema con las técnicas que Don Juan le enseña a Castaneda, es que sus seguidores pueden perder la objetividad de las enseñanzas. Las técnicas sólo son MEDIOS y no un fin en sí mismo. Un hombre común puede llegar por algún medio fortuito al "mundo del nagual", o puede llegar al conocimiento a través de la disciplina y del esfuerzo para vencer su importancia personal, y aunque no sepa nada de ello, el ahorro de su energía le hará entrar al conocimiento por sí mismo.

El lector de Castaneda deberá ir con mucho cuidado y no caer en las confusiones del camino del conocimiento del autor y mucho menos las propias. Debemos pensar que para cada uno de los lectores el encuentro con un nagual como Don Juan deberá ser diferente, por lo que la obra habrá de tomarse con mucha reserva, no por el valor de los conocimientos de Toltequidad, sino por las limitaciones y confusiones del propio Castaneda, o por la forma en que éste decidió presentarnos en sus libros el conocimiento adquirido.

"La muerte no es como una persona. Es más bien una presencia. Pero también podría uno decir que no es nada y sin embargo es todo. Uno tendría razón en todos aspectos. La muerte es cualquier cosa que uno desee… El poder personal es un sentimiento... Un hombre de conocimiento es alguien que ha seguido de verdad las penurias del aprendizaje —dijo—. Un hombre que, sin apurarse ni desfallecer, ha llegado lo más lejos que puede en desentrañar los secretos del poder personal... Todo lo que hace un hombre gira sobre su poder personal... Un guerrero es impecable cuando confía en su poder personal sin importar que sea pequeño o enorme... El camino del conocimiento y el poder es muy difícil y muy largo... Repitió una y otra vez, susurrando en mi oído derecho, que "no hacer lo que yo sabía hacer" era la clave del poder." C. C.

NO HACER

El "no hacer" es otra técnica que tiene como objetivo que el aprendiz aprenda a ahorrar energía. Como se ha dicho, el sostenimiento de la idea que tenemos de nosotros mismos (que por lo demás siempre es superlativa) deberá estar siendo reforzada una y otra vez, de manera constante, con la consiguiente fuga de energía. El NO HACER es precisamente no responder "conscientemente" a los actos que conforman la imagen de nosotros mismos y seguir repitiendo terca e inconscientemente, las rutinas que conforman nuestra vida. El "no hacer", es simplemente un subterfugio para no seguir alimentando la imagen de nosotros mismos y romper las rutinas. Ese cambio de actitud en la vida y el mundo, ese poner nuestra atención y nuestra conciencia para dejar de pensar, sentir y actuar como siempre lo hacemos, produce un ahorro de nuestra energía: es como apagar el piloto automático" con el que manejamos nuestra vida y poner toda nuestra atención en cada acto, no importa que sea "grande" o "pequeño", trascendente o intrascendente. El guerrero aprende en el camino que "todo cuenta".

El mundo es el mundo porque tú conoces el hacer implicado en hacerlo así —dijo—. Si no conocieras su hacer, el mundo sería distinto... Un guerrero trata siempre de afectar la fuerza de hacer cambiándola en no—hacer... No—hacer es sólo para guerreros muy fuertes... La parte más difícil del camino del guerrero es darse cuenta de que el mundo es un sentir... —No—hacer es muy sencillo pero muy difícil —dijo—. No es cosa de entenderlo, sino de dominarlo. Ver, por supuesto, es la hazaña final de un hombre de conocimiento, y sólo se logra ver cuando uno ha parado el mundo a través de la técnica de no—hacer... Un guerrero aplica el no—hacer a todo en el mundo. C. C.

PARAR AL MUNDO

La manera en que sostenemos la idea de nosotros mismos y del mundo es por conducto de la razón. "El diálogo interno", no es otra cosa que el continuo decirnos a nosotros mismos, a través de la razón, que el mundo es así y asá, y que nosotros somos de esta forma tan especial en que somos. El diálogo interno no es más que el torrente de pensamientos que están forzando a "la realidad" para que ésta "se ajuste" a nuestra forma de pensar. Por eso los hombres comunes siempre se la pasan o peleados o aburridos con el mundo", pues el mundo para ellos no es más que un montón de ideas.

Por el contrario, para un guerrero "todo", es más de lo que hemos aprendido a entender. El mundo, para él, es un todo enigmático, misterioso, aterrador y maravilloso, que no se "ajusta" a las ideas del hombre común. Para el guerrero el mundo es simplemente ¡inconmensurable e indescifrable mágico!

La técnica de parar al mundo se refiere al esfuerzo que debe hacer el aprendiz para "silenciar" nuestra razón y así percibir el mundo a través de otros elementos. En un análisis retrospectivo de la obra de Castaneda, podríamos suponer que esto es lo más importante que se necesita realizar para entrar en el camino del conocimiento que Don Juan, a través de diversas técnicas y explicaciones, trata de que el aprendiz acepte y maneje.

El darse cuenta que es tan solo un "sentimiento". El ser humano desconoce muchos recursos y posibilidades con que cuenta; la puerta de entrada al mundo de la Toltequidad, nagualismo o brujería, es precisamente el ahorro de energía. Don Juan le dice a Castaneda que deje de actuar como un ser de importancia suprema, al que hay que estar dando pruebas sistemáticamente de que el mundo no es tan sólo como su "razón" le dice que es.

El mundo es como uno piensa que es, porque desde pequeños hemos aprendido a verlo de esa manera; pero el mundo es un enigma, un absoluto misterio. Percibir al mundo como energía y no como objetos, es el gran desafío y la herencia de los toltecas, que tardaron miles de años en llegar a desarrollar esta percepción y a través de una sofisticada técnica, pudieron transmitirla través de los múltiples linajes que se han mantenido agazapados en el Anáhuac estos últimos cinco siglos.

“A todos nosotros nos han enseñado a estar de acuerdo en hacer —dijo suavemente—. No tienes idea del poder que ese acuerdo implica. Pero, por fortuna, no—hacer es igual de milagroso y poderoso... Eres hombre de ese mundo. Y allá afuera, en ese mundo, está tu campo de caza. No hay manera de escapar al hacer de nuestro mundo; por eso, lo que hace un guerrero es convertir su mundo en su campo de caza. Como cazador, el guerrero sabe que el mundo está hecho para usarse. De modo que lo usa hasta lo último.” C.C.

EL ANILLO DE PODER

Es precisamente la forma de percibir el mundo, a través de la razón, lo que Don Juan llama "el primer anillo de poder". El hombre común, sin proponérselo, realiza un acto de "brujería" que consiste en elaborar, con la razón, un maravilloso y complejo mundo de ideas a las que él interpreta como la única realidad y le llama "mundo".

Este sortilegio de la razón es “el primer anillo de poder”; así, a cada niño que nace de inmediato se le empieza a “capacitar" para que desarrolle su razón con la ayuda de excelentes maestros y en una tarea de muchos años. Transformar el mundo energético que nos rodea en un mundo de "objetos sólidos" e "ideas verdaderas" es una labor descomunal de "brujería". El hombre común y el aprendiz de la Toltequidad necesitan de “ese” mundo como sustento de su tonal. "La diferencia es que el hombre común se queda allí y no explora todas sus posibilidades; el hombre no es tan solo un perceptor de energía..., ¡él es un creador de energía!

El primer anillo de poder tiene que ver con el tonal (el lado derecho), con lo que hemos dado en llamar "realidad verdadera" con la razón y con lo conocido. A su libro número cinco Castaneda lo titula “El segundo anillo de poder”, que tiene que ver con el nagual: el lado, izquierdo, con la "otra realidad", con la voluntad y con lo desconocido. Es común que algunos lectores fantasiosos de la obra, se imaginan mundos extraordinarios en bosques y selvas con “chamanes y gurús”, en donde sueñan en convertirse en “guerreros y seres de conocimiento”, cuando el campo de batalla siempre ha estado frente a sus ojos, en la cotidianidad de sus vidas.

”—Éste es tu mundo —dijo, señalando la calle tumultuosa detrás de la ventana—. Eres hombre de ese mundo. Y allá afuera, en ese mundo, está tu campo de caza. No hay manera de escapar al hacer de nuestro mundo; por eso, lo que hace un guerrero es convertir su mundo en su campo de caza. Como cazador, el guerrero sabe que el mundo está hecho para usarse. De modo que lo usa hasta lo último. C.C.

UN ADVERSARIO QUE VALE LA PENA

Lo que en realidad hace un maestro con su aprendiz es engancharlo, ponerle trampas y tratar de que reduzca su importancia personal para que ahorre energía. La labor de un maestro es llevar al aprendiz hasta "la puerta" del nagual o conocimiento; adentrándose un poco, allí el maestro y el aprendiz son iguales; acaso lo que diferenciaría al maestro sería su impecabilidad o mayor ahorro de energía.

En el mundo del tonal el maestro le pone trampas al aprendiz. Dentro de los acicates un adversario resulta ser un excelente medio por el cual el aprendiz trabaja y aprende con mayor provecho. En el camino del conocimiento, Don Juan pone frente a Castaneda diversos adversarios, desde un puma hasta una bruja llamada La Catalina. Don Juan señala la diferencia entre un adversario y un enemigo. Los adversarios, al igual que los enemigos, nos pueden destruir y llevar hasta la muerte; lo que convierte a un enemigo en un adversario es que uno no tiene sentimientos personales cuando se está luchando con él.

Un adversario nos ayuda a purificar nuestro espíritu, a fortalecer nuestro cuerpo, a ser más humildes y a tener siempre una estrategia en la vida. Un aprendiz no está a merced de la gente, ni tiene enemigos; un aprendiz selecciona con mucho cuidado a su adversario y el campo de batalla. No busca ganar o perder, busca perfeccionar su espíritu a través de su impecabilidad.

SEGUNDA PARTE: EL VIAJE A IXTLÁN

EL ANILLO DE PODER DEL BRUJO

Es el año de 1971, han pasado diez años desde que Castaneda es discípulo de Don Juan. Llega a buscarlo a su casa en el desierto de Sonora y ahí se encuentra a Don Genaro, quien fungirá como “su benefactor”. Personaje que le enseñará las enseñanzas del lado izquierdo, las del nahual. Razón por la cual, “instintivamente” Castaneda le tenía terror al compañero de Don Juan.

Los aprendices de guerreros tienen a un “maestro” y a un “benefactor”. El primero le enseñará las técnicas del lado derecho, llamado “tonal” y que tiene que ver con “el primer anillo de poder”. Esto es, usando las diez y siete técnicas para “barrer la isla del tonal” y llevar una vida impecable en el mundo ordinario a través del ahorro de energía.[2]

El segundo, el benefactor, tiene la misión de enseñarle a canalizar la fuerza más poderosa en el universo: “el intento”. El benefactor trabaja en los estados de conciencia acrecentada con el aprendiz la parte del nahual. El benefactor “le muestra” los sortilegios del mundo del nahual, toda vez que en este mundo no existen “técnicas”, solo existe la experiencia misma, frente al maravillo y aterrador hecho de atestiguar “la parte izquierda”, el segundo anillo de poder o la segunda atención.

Genaro en varios ocasiones hará pedazos “la realidad”, sea escondiéndole su coche, nadando sobre la tierra o venciendo las fuerzas de la gravedad al subir un risco. Todas estas “demostraciones” del benefactor, pretenden que el aprendiz rompa con la visión cotidiana del mundo. Le invita, por decirlo de alguna manera, a que el aprendiz se deslice del primer anillo de poder al segundo, sin morir o enloquecer.

PARAR AL MUNDO

Castaneda a través de la enseñanza se aferra al mundo de sus ideas, pero el cuerpo es también receptor de las enseñanzas. La cultura occidental afirma que el ser humano aprende únicamente a través de la razón. Sin embargo, muchos seres vivos aprenden también, pero sin el uso de la razón. En efecto, las plantas y los insectos, por ejemplo, tienen procesos de aprendizaje y no usan la razón. En la vida común, existen muchas cosas que la mente olvida pero el cuerpo retiene, como un conocimiento.

De esta manera, muchas de “las enseñanzas de Don Juan”, estuvieron enfocadas al cuerpo de Castaneda y más tarde el aprendiz las pudo usar cuando fue necesario. Aprender a soltar un poco “el mando” del mundo de la razón y explorar los desconocidos campos de la intuición, que en la cultura occidental está casi en total estado de letargo, resulta un desafío. Castaneda llega entonces a descubrir el misterio de la vida frente a un escarabajo y a hablar con un coyote. Al hacer posible este “hecho increíble” ha logrado “parar al mundo”. Lo que implica en “percibir el mundo”, sin las ideas surgidas del dialogo interno, sino a través de la observación y por medio de la sensibilidad. Parar el mundo, más que una metáfora, es enfrentar la vida y el mundo, desde una nueva perspectiva en la que las ideas y el pensamiento no existen.

...“traté de sentir", como don Juan me recomendaba siempre… Quedé inmóvil cosa de una hora. Mis pensamientos empezaron a disminuir gradualmente, hasta que ya no hablaba conmigo mismo... —Lo que se paró ayer dentro de ti fue lo que la gente te ha estado diciendo que es el mundo. Verás, desde que nacemos la gente nos dice que el mundo es así y asá, y naturalmente no nos queda otro remedio que ver el mundo en la forma en que la gente nos ha dicho que es... Le dije que los sucesos de los tres últimos días habían causado algún daño irreparable a mi idea del mundo. Dije que, durante los diez años que llevaba de verlo, jamás había experimentado una sacudida tal, ni siquiera las veces que ingerí plantas psicotrópicas.

—Las plantas de poder son sólo una ayuda —dijo don Juan—. Lo de verdad es cuando el cuerpo se da cuenta de que puede ver. Sólo entonces somos capaces de saber que el mundo que contemplamos cada día no es nada, más que una descripción. Mi intención ha sido mostrarte eso.” C.C.

EL VIAJE A IXTLÁN

Ésta es una de las metáforas más bellas y poéticas de la obra. Don Juan le enseña a Castaneda que cuando un aprendiz de la Toltequidad inicia el camino hacia el conocimiento (El viaje a Ixtlán), el aprendiz tiene que dejar todo lo que antes conocía y amaba; el viaje a Ixtlán es difícil y solitario, más no desolador. En este viaje no hay lugares familiares, ni gente conocida; está acechado por “fantasmas”, seres humanos con angustias y ansiedades comunes; "fantasmas" que llaman y buscan que el aprendiz pierda el camino a Ixtlán.

Don Juan dice que sólo como guerreros se puede sobrevivir en el viaje a Ixtlán. La técnica del “camino del guerrero” fue elaborada por los viejos toltecas para poder transitar en todo su recorrido el camino a Ixtlán. Don Juan dice que el arte del guerrero es, equilibrar el prodigio de ser hombre con el terror de ser hombre. Para sobrevivir en el viaje a Ixtlán se debe ser claro y estar mortalmente seguro de su impecabilidad.

El libro de “Viaje a Ixtlán” es el que recomendamos para iniciar la lectura de la obra de Carlos Castaneda. En él, el autor logra hacer un primer recuento de sus experiencias. Nos transmite las técnicas básicas para el ahorro de energía y al final nos da una idea del camino hacia el conocimiento. Tal vez éste, junto con “Relatos de poder”, sean los libros básicos de la primera parte, en la que el autor escribe al lado de la presencia “física” de Don Juan.

De alguna manera "Viaje a Ixtlán" sienta las bases de lo que serán las enseñanzas de Don Juan, tocándose puntos básicos y objetivos de cómo transitar hacia el conocimiento. Las técnicas que Don Juan le enseña a Castaneda para ahorrar energía nada tienen que ver con las drogas o el uso de artes fantásticas; por el contrario, hablan de actitudes y formas de actuar en el mundo "real y cotidiano". En ese mundo el aprendiz entablará su batalla. Muchos lectores urbanos de Castaneda han buscado el conocimiento en las montañas, con chamanes y, en algunos casos, por medio de las drogas. Pero Don Juan es muy claro en eso: dice que en el hacer de nuestro mundo, ahí mismo, encontraremos el camino. A fin de cuentas lo que en principio debemos de trabajar es en sacar toda la basura que llevamos dentro y remover el cúmulo de ideas fijas y preconcebidas con las que nos movemos.

Finalmente diremos que todas las técnicas que Don Juan le enseñó a Castaneda sobre el lado derecho tenía como finalidad que aprendiera a ahorrar energía. Es muy fácil "perderse" en la selva de las técnicas, es decir, tomarlas como fin, cuando tan sólo son medios. Además hay que recordar que Castaneda resultó un aprendiz muy "resistente" en el campo de la razón y Don Juan tuvo que tratar por diferentes medios de “sensibilizarlo” teniendo que recordar que Castaneda seleccionó en su obra lo que pensó era conveniente relatar. Pero siempre reconoció que muchas de las enseñanzas, al principio, no las entendió ni las intuyó. Al principio Castaneda pensaba que Don Juan era un indio viejo y extraño que le decía cosas o le ponía a hacer tareas que para él no tenían mucho sentido, pero que más adelante, cuando tuvo el ahorro suficiente de energía, pudo "entender".


”—¿Eran aliados esos fantasmas, don Genaro? pregunté.

—No. Eran gente.

—¿Gente? Pero usted dijo que eran fantasmas.

—Dije que ya no eran reales. Después de mi encuentro con el aliado, ya nada fue real...

—Todos aquellos con los que Genaro se encuentra en su camino a Ixtlán son nada más seres efímeros —explicó don Juan—. Tú, por ejemplo. Eres un fantasma. Tus sentimientos y tu ansiedad son los de la gente. Por eso dice que sólo se encuentra viajeros fantasmas en su viaje a Ixtlán.

De pronto me di cuenta de que el viaje de don Genaro era una metáfora.

—Entonces, su viaje a Ixtlán no es real —dije.

—¡Es real! —repuso don Genaro—. Los viajeros no son reales...

Para entonces, claro, serás brujo, pero eso no ayuda; en un momento así, lo importante para todos nosotros es el hecho de que todo cuanto amamos, odiamos, o deseamos ha quedado atrás. Pero los sentimientos del hombre no mueren ni cambian, y el brujo inicia su camino a casa sabiendo que nunca llegará, sabiendo que, ningún poder sobre la tierra, así sea su misma muerte, lo conducirá al sitio, las cosas, la gente que amaba. Eso es lo que Genaro te dijo...

—Sólo como guerrero se puede sobrevivir en el camino del conocimiento —dijo—. Porque el arte del guerrero es equilibrar el terror de ser hombre con el prodigio de ser hombre" C.C.

  1. En el uso moderno, la palabra parafernalia se refiere comúnmente a los usos, accesorios, aparatos o equipamiento empleados o necesarios para una actividad determinada. El rito atrapa la atención del iniciado, pero su costo es muy alto, pues a lo largo del tiempo, el “medio” se convierte en fin. Los toltecas por tener que trabajar en la clandestinidad en los últimos siglos eliminaron muchos de los ritos toltecas.
  2. Estamos seguros de que la gente interesada en la Toltecáyotl como una forma correcta de vida, puede dedicar toda su energía y tiempo en implementar en su propia vida “el camino del guerrero” a través de poner en práctica estas antiguas técnicas. Los resultados serán sorprendentes y contundentes en el mundo cotidiano. El mundo del nagual, el Segundo Anillo de poder y La Tercera Atención, es sólo para elegidos y no para lectores.