Parnaso español 311

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Vieja que aún no se quería desdecir de moza. Castígala con la similitud del jardín y del monte

(Parnaso español)

de Francisco de Quevedo


Ya salió, Lamia, del jardín tu rostro;
huyó la rosa que vistió la espina;
y la azucena huyó y la clavellina,
y, en el clavel, el múrice y el ostro.


Entro en el monte, a profesar el mostro,
tu cara reducida a salvajina;
toda malezas es, donde la encina
mancha a la leche el ampo del calostro.


Los que fueron jazmines son chaparros,
y cambroneras son las maravillas,
simas y carcabuezos, los desgarros.


Jarales yertos, manos y mejillas;
y los marfiles, rígidos guijarros.
¿Por qué te afeitas ya, pues te traspillas?