Pasando un valle escuro, al fin del día
Apariencia
- Soneto 19
Pasando un valle escuro, al fin del día, tal que jamás, para su pie dorado, el sol hizo tapete de su prado, llantos crecieron la tristeza mía. Entrando, en fin, por una selva fría, vi un túmulo de adelfas coronado, y un cuerpo en él vestido, aunque mojado, con una tabla, en que del mar salía. Díjome un viejo de dolor cubierto: «Éste es un muerto vivo, (¡extraño caso!), anda en el mar, y nunca toma puerto». Como vi que era yo, detuve el paso: que aun no me quise ver después de muerto. por no acordarme del dolor que paso.