Pedro, una vez que de la escuela vino
Apariencia
- Soneto LXV
Pedro, una vez que de la escuela vino, como tierno David, tejió de suerte la honda de su fe divina y fuerte, que hizo de tres lazos y de un lino, qe cuando Goliat en el camino pensó rendirle con violenta muerte, de los rubíes, que en la tierra vierte, honró su frente círculo divino. Al paso de Milán salió el gigante contra el pastor, que sin tenerle miedo, le puso el pecho y la verdad delante. Bajó la sangre a confesar el ''Credo'', y fue Pedro escribiendo tan constante, que pudo derribarle con un dedo.