Pintura del cruel estado de un celoso
Apariencia
Así como el bridón noble y fogoso al eco del clarín, que el aire hiende, la crin encrespa, las orejas tiende y a veces la menea presuroso, enhiesta la cerviz, el polvoroso suelo a patadas deshacer pretende, tasca el duro bocado, que le ofende, se inquieta y combatir desea ansioso, se encuentra aquel amante desdichado, que en su pecho los celos aposenta y vive con sospechas alarmado. Porque todo lo agita, le impacienta, hasta que llega a ver desengañado con pureza su honor, falsa su afrenta.