Plenitud/LI (Tu cuerpo)
¿Por qué has de menospreciar tu cuerpo?
Es, en primer lugar, el templo maravilloso de un dios escondido. Es, asimismo, una obra de arte del ignoto Escultor.
Estúdialo desde todos los puntos de vista. Mira su exterior armonioso; analiza su anatomía: entra hondo hasta el torturador misterio de sus células: todo en él es belleza, es fuerza, es gracia, es enigma.
Dios mismo ha modelado su forma.
Con los pacientes útiles de la evolución, en el inmenso taller del mundo, ha ido forjando cada órgano.
Hay en él hasta divinas rectificaciones: los órganos hoy atrofiados, que sirvieron en lejanas épocas.
¿Por qué has de menospreciar tu cuerpo?
¿No te da él las ventanas de los cinco sentidos para asomarte al Universo?
Es sagrado tu cuerpo; sus deseos son sagrados también, cuando no nacen de la vida ficticia con que torturas la vida natural que se te otorgó.
Dale todo con amor y sin exceso, como la madre da a su hijo cuanto pide, siempre que no le haga daño a él ni haga daño a los otros.
No lo mancilles jamás con bajezas. La estatua es de barro, mas no pongas lodo en ella...