Por el val de las Estacas...
Apariencia
Por el val de las Estacas pasó el Cid a mediodía, en su caballo Babieca: ¡oh, qué bien que parecía! El rey moro que lo supo a recibirle salía, dijo: -Bien vengas, el Cid, buena sea tu venida, que si quieres ganar sueldo, muy bueno te lo daría, o si vienes por mujer, darte he una hermana mía. -Que no quiero vuestro sueldo ni de nadie lo querría, que ni vengo por mujer, que viva tengo la mía, vengo a que pagues las parias que tú debes a Castilla. -No te las daré yo, el buen Cid, Cid, yo no te las daría; si mi padre las pagó, hizo lo que no debía. -Si por bien no me las das, yo por mal las tomaría. -No lo harás así, buen Cid, que yo buena lanza había. -En cuanto a eso, rey moro, creo que nada te debía, que si buena lanza tienes, por buena tengo la mía; mas da sus parias al rey, a ese buen rey de Castilla. -Por ser vos su mensajero, de buen grado las daría.