Portada - Revista de la semana del 18 de enero

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​El Museo universal​ (1868)
Portada - Revista de la semana del 18 de enero
 de Ventura Ruiz Aguilera

Nota: Se han modernizado los acentos

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No obstante haber corrido en la Bolsa de París y fuera de ella el rumor de que el gobierno imperial retiraría el proyecto de ley de reorganización militar que tanto está dando que hablar a nuestros vecinos, los debates sobre dicho proyecto siguieron su curso en el cuerpo legislativo. El resultado de la discusión era fácil de prever, pero como a nosotros no nos corresponde meternos en semejantes honduras, réstanos sólo añadir que hoy los gobiernos y los pueblos están acordes en considerar como una de las mayores calamidades de la época presente los grandes armamentos que se efectúan, arrebatando a la producción, en general, brazos que pudieran ser siempre útiles, y ahora como pocas veces, en el estado de miseria que en todas partes se observa. El caso es que la alarma, con tal motivo, es recíproca: Francia aumenta el contingente militar y se viste de hierro de los pies a la cabeza, como si con esto pretendiera atemorizar a naciones rivales; pero Prusia, por ejemplo, que no se duerme en las pajas, parece que movilizará todo su ejército luego que sea votado el proyecto arriba mencionado. Dícese que entra en los planes del señor de Bismark poner sobre las armas en pocas semanas un ejército de 800,000 hombres. De manera que puede aplicarse a la enferma Europa, que se resiste a tomar remedio tan fuerte , y que tan pésimamente le prueba, aquello de al que no quiere caldo, taza y media. Algo más eficacia tendrían medidas iguales o parecidas a la adoptada por el príncipe real de Prusia, que acaba de fundar una sociedad para dar trabajo y socorros a los pobres.

Grandes son los obstáculos que aun se oponen a la unión de la Alemania del Sur con la Confederación del Norte, pero es indudable que el espíritu federal va ganando rápidamente terreno, y que los planes y la actividad de Bismark darán, en plazo no muy lejano, sus naturales frutos.

También se pronuncia en Nápoles, donde los ánimos andan agitados, la palabra Confederación de las provincias de Italia, asignándose a aquella población la capitalidad del Sur, a Florencia la del Norte, y a Roma la del centro de la Península. A éste y otros muchos rumores y proyectos da lugar la situación aquel país.

En la Gran Bretaña no cesa la inquietud producida por las manifestaciones fenianas, llegándose hasta a suponer que se ve amenazada de una guerra civil. Dícese, entre otras cosas, que los fenianos han cometido el plan de apoderarse de la persona del príncipe de Gales, o de otro miembro de la familia reinante, a fin de conservarlo en rehenes y obligar al gobierno a hacer determinadas concesiones. Como consecuencia de este deplorable estado de cosas, parece que Mr. Derby va a proponer a la reina de Inglaterra el nombramiento de delegados que estudien la situación de Irlanda, esperándose que, ante la gravedad de las circunstancias, el gobierno británico entre en el camino de la reforma.

Los periódicos extranjeros anunciaron días ha la prisión en Londres del jefe de los fenianos, Deasy; pero resulta que la persona capturada no era semejante jefe, y ha sido puesta en libertad: los testigos llegados de Manchester para la identificación de Deasy, no lo han reconocido, y ya se sabe que en todo este asunto no hubo más que una ligereza de la policía.

Las últimas noticias de Zanzíbar confirman la de que el doctor Livingstone, uno de los más célebres e intrépidos viajeros de la época, muerto, según se había creído por los salvajes del África central, está bueno y salvo.

Por telegrama se recibió en Londres la noticia de que los firmantes del manifiesto del clero católico irlandés, han dado a luz un apéndice en el que declaran que la unión entre Inglaterra e Irlanda, debe ser reemplazado por un pacto semejante al que últimamente se ha convenido entre Hungría y Austria.

Háblase otra vez de haber sido resuelto el problema del movimiento continuo por un mecánico suizo, el cual parece que ha dirigido una carta a todos los gobiernos, pidiendo 50 millones por su secreto. Por acá ya no necesitamos este progreso en una porción de cosas. El autor dramático, principalmente aquel que no es conocido ni tiene favor con las empresas, desde el momento en que presenta una obra hasta su estreno o hasta que se la desechan, es una ardilla que no cesa de correr de ceca en meca; pudiéramos multiplicar los ejemplos en otras muchas esferas de la vida en España, más para muestra, con un botón basta.

Escriben de Marruecos que llevada a cabo la organización del ejército que el Sultán ha dispuesto, otorgará una carta constitucional a su pueblo. Vemos, pues, que Rusia, Austria, Egipto, Turquía, Marruecos y otras naciones, cambian el vestido viejo por trajes flamantes, o en otros términos, que están echando tapas y medias suelas al calzado que ya se les cae a pedazos y embaraza sus movimientos, manteniéndose arrimados a la cola de la civilización.

El Comité de patriotas polacos denuncia a Europa las miras que, según ellos, tiene Rusia de invadir el Oriente, y hace un llamamiento general para unirse en una obra común contra el imperio moscovita, con el fin de aprovechar los acontecimientos que dicen se preparan, y enarbolar la bandera de la revolución polaca.

Celebraríamos que se confirmase la nueva de haber cesado la guerra entre el Brasil y el Paraguay, a consecuencia de una propuesta de capitulación hecha por el general López.

El Celeste Imperio, y váyase lo uno por lo otro, anda alborotado. La revolución progresa, y se dice que el generalísimo de las tropas imperiales, derrotadas en varios encuentros, piensa pedir auxilio a las potencias europeas. No será estraño que alguna le dé sangre de sus hijos, en cambio de té para su propio consumo y para surtir a otras naciones. Todo es beber.

Asegúrase que se han retirado de Méjico la legación inglesa y todos los cónsules, y aun se esperaba que las demás legaciones europeas se retirarían también, teniendo sólo representación en la República los Estados-Unidos. Los despachos que comunican esta noticia, añaden que el señor Ecequiel Montes, presidente del Congreso, contestando al discurso de apertura del mismo pronunciado por Juarez, dio las gracias al pueblo de Méjico por su conducta durante la guerra; dijo que los Estados-Unidos son su único aliado; negó la acusación de que los prisioneros habían sido maltratados; anunció que no es necesario el reconocimiento de la república por las potencias extranjeras, y terminó declarando que la república puede defenderse a sí misma.

Las ceremonias de la entrega de la isla de Santhomás a las autoridades de los Estados-Unidos, probablemente se habrá verificado el día de año nuevo.

En Lisboa se publica un nuevo periódico redactado por señoras, con el título de Voz femenina. Sinceramente celebramos verlas ocupadas en tan útiles tareas, a despecho de los epigramas que humorísticas plumas disparan contra ellas. No es ésta su principal misión, pero si aprovechan los ocios domésticos en educar su inteligencia con el estudio y en instruir al pueblo, más dignas de elogio son ellas que las que se pasan la vida mirándose al espejo y exhibiendo por todas partes su palmito. Bueno es, y bonísimo, zurcir calcetas, hacer pespuntes, cuidar, en fin, de la familia y del gobierno de la casa; pero la parte moral tiene también sus necesidades, y esto, que no se ha querido conocer hasta aquí, principia a conocerse en muchos países, sin que nadie se escandalice de que una mujer lleve un libro de caja en el comercio, ejerza la medicina o escriba un libro, como nadie se escandaliza en otros países menos adelantados de que canten, se dediquen a la composición de piezas filarmónicas, o a la pintura.

Con las aguas del antiguo depósito del Lozoya y con las del que se está construyendo en el Campo de Guardias, se calcula que podrá surtirse por completo esta corte durante dos o tres semanas. Siquiera tendremos agua, y algo es algo.

Parece que se proyectan un concierto, regatas, cucañas, fuegos artificiales, mascaradas y otras diversiones en el estanque grande del Retiro, destinando su producto para aliviar la desgraciada situación de nuestros hermanos de las Antillas. Si se llevan a cabo, no dudamos que atraerán numerosa concurrencia.

El jurado que se nombró a excitación del señor Gutiérrez de Alba para examinar nuevamente su revista teatral titulada Las aleluyas vivientes, ha confirmado la prohibición decretada por el censor de teatros.

Es cierto que se trabaja activamente para constituir una Sociedad de socorros mutuos en favor de las familias de los escritores, con el objeto de crear pensiones de supervivencia. Es más; los iniciadores del pensamiento, convencidos de que en España no se hacen muchas cosas, o porque no se quiere, o por indolencia, se han propuesto no abandonar ni un día el asunto, hasta que den formada la Sociedad, para lo cual cuentan ya con numerosas adhesiones, así de los escritores más antiguos y conocidos, como de gran parte de la juventud que cultiva las letras.