Pregunta: (A Juan Álvarez Gato)
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I Después que el fuego se esfuerza del amor, en cualquier parte no vale esfuerzo ni fuerza, seso ni maña ni arte; ni vale consejo ajeno, ni hay castigo ni enmienda, ni vale malo ni bueno, ni vale tirar del freno, ni vale darle la rienda. II Pues no aprovecha probarlo para haberle de matar, muy mejor será dejarlo que se acabe de quemar; que con aquello que entiende matar el fuego cruel, con eso mismo lo prende, porque tanto más lo enciende cuanto más echan en él. III Era excusado pedir remedio para mi mal, pues que tengo de morir por remedio principal. Así que estoy en temor bien cierto de mala suerte, pues me hallo ser mejor el remedio que el dolor, ni el remedio que la muerte. IV Vuestra discreción me hace tener alguna esperanza, y mi ventura deshace, mi bien y mi confianza; mas dígame lo que pido, aunque remedio no tenga: yo estoy cerca de perdido y lejos de socorrido, y quieren que me detenga.