Principios de virtud que no sabía
Apariencia
- Soneto XXXV
Principios de virtud que no sabía, porque el discurso a la razón faltaba, cuando del cielo desterrado andaba, áspera muestran la difícil vía. Estaba, Elisio, el alma ingrata mía en el Argel de su apetito esclava, mariposa a la luz círculos daba, buscando en la tiniebla puerta al día. Ya mis potencias de cautivas salen, ya levanto los ojos a los cielos, y las olas del mar su furia aplacan. Mas tales manos de piedad me valen, que como tienen clavos, son anzuelos, en que del mar de tanto error me sacan.