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Propercio, Elegías, libro 1

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Propercio, Elegías, libro 1
Traducción de
Mario Colago Sánchez

de Propercio

I. - Locura de amor


Cynthia prima suis miserum me cepit ocellis,
    contactum nullis ante cupidinibus.
tum mihi constantis deiecit lumina fastus
    et caput impositis pressit Amor pedibus,
donec me docuit castas odisse puellas 5
    improbus, et nullo vivere consilio.
ei mihi, iam toto furor hic non deficit anno,
    cum tamen adversos cogor habere deos.
Milanion nullos fugiendo, Tulle, labores
    saevitiam durae contudit Iasidos. 10

Cintia fue la primera que me cautivó con sus ojitos, pobre de mí,
no tocado antes por pasión alguna.
Entonces me bajó los ojos de constante orgullo
y mi cabeza apretó bajo sus pies el dios Amor,
hasta que me enseñó a odiar a las castas doncellas,
impío, y a vivir con ningún plan.
A éste que soy yo, ya en un año entero esta locura no cesa,
cuando, con todo, se me fuerza a tener los dioses en contra.
Milanión, huyendo de ninguna fatiga, Tulo,
la crueldad de la insensible hija de Jaso domó.


nam modo Partheniis amens errabat in antris,
    rursus in hirsutas ibat et ille feras;
ille etiam Hylaei percussus vulnere rami
    saucius Arcadiis rupibus ingemuit.
ergo velocem potuit domuisse puellam: 15
    tantum in amore fides et benefacta valent.
in me tardus Amor non ullas cogitat artes,
    nec meminit notas, ut prius, ire vias.

Pues hace poco por los antros partenios, demente, andaba errante
y volvía hacia las hirsutas fieras él;
él también, golpeado por la herida de la rama de Hileo,
herido en las rocas arcadias gimió.
Así, a la veloz doncella pudo domar:
tanto en el amor la confianza y las buenas acciones tienen poder.
En mi caso el dios Amor, perezoso, no planea habilidad alguna,
y no recuerda, como antes, ir por caminos conocidos.


at vos, deductae quibus est pellacia lunae
    et labor in magicis sacra piare focis, 20
en agedum dominae mentem convertite nostrae,
    et facite illa meo palleat ore magis!
tunc ego crediderim Manes et sidera vobis
    posse Cytinaeis ducere carminibus.
aut vos, qui sero lapsum revocatis, amici, 25
    quaerite non sani pectoris auxilia.
fortiter et ferrum saevos patiemur et ignes,
    sit modo libertas quae velit ira loqui.

Mas vosotras, que tenéis el poder aparente de hacer bajar la luna
y el deber de ofrecer sacrificios en altares de magia,
¡ea!, ¡vamos, de mi amada el corazón cambiad
y haced que ella esté pálida más que mi rostro!
Entonces yo creeré que los manes y las estrellas
podéis conducir mediante conjuros de Citea.
O vosotros, que tarde a mi caída acudís, amigos,
buscad remedios para un corazón enfermo.
Valerosamente tanto el hierro como los crueles ardores del amor soportaré,
a condición de que tenga libertad para decir lo que quiera mi ira.


ferte per extremas gentes et ferte per undas,
    qua non ulla meum femina norit iter. 30
vos remanete, quibus facili deus annuit aure,
    sitis et in tuto semper amore pares.
nam me nostra Venus noctes exercet amaras,
    et nullo vacuus tempore defit Amor.
hoc, moneo, vitate malum: sua quemque moretur 35
    cura, neque assueto mutet amore torum.
quod si quis monitis tardas adverterit aures,
    heu referet quanto verba dolore mea!

Llevadme por regiones remotas, llevadme por el mar,
por donde ninguna mujer pueda conocer mi camino.
Vosotros permaneced, a quienes con oído favorable el dios asiente,
y sed fieles en un amor siempre seguro.
Pues en mi caso mi querida Venus practica noches amargas,
y en ningún tiempo sin dueño me falta el dios Amor.
Os lo aconsejo, evitad este mal: que a cada uno detenga su propia
cuita, y no cambie el lecho de su habitual amor.
Pero si alguien a mis consejos presta oídos sordos,
¡con cuánto dolor, ay, hará volver mis palabras!



II. - Alabanza de la belleza natural


Quid iuvat ornato procedere, vita, capillo
    et tenuis Coa veste movere sinus,
aut quid Orontea crines perfundere murra,
    teque peregrinis vendere muneribus,
naturaeque decus mercato perdere cultu, 5
    nec sinere in propriis membra nitere bonis?
crede mihi, non ulla tuaest medicina figurae:
    nudus Amor formam non amat artificem.
aspice quos summittat humus non fossa colores,
    ut veniant hederae sponte sua melius, 10
surgat et in solis formosior arbutus antris,
    et sciat indocilis currere lympha vias.

¿De qué sirve, vida mía, presentarse con un peinado adornado
y mover los finos pliegues de un vestido de Cos,
o de qué rociar tus cabellos con mirra del Orontes,
venderte con productos del extranjero,
echar a perder la belleza natural con maquillaje comprado,
y no permitir que tu cuerpo brille en sus propios bienes?
Confía en mí, no existe medicina alguna para tu figura:
el desnudo dios Amor la hermosura artificial no ama.
Mira los colores que haga salir la tierra no cavada,
para que germinen las hiedras por su propia voluntad mejor,
se eleve en solitarios antros más hermoso el madroño,
y sepa la indócil linfa correr por caminos.


litora nativis praefulgent picta lapillis,
    et volucres nulla dulcius arte canunt.
non sic Leucippis succendit Castora Phoebe, 15
    Pollucem cultu non Helaira soror;
non, Idae et cupido quondam discordia Phoebo,
    Eueni patriis filia litoribus;
nec Phrygium falso traxit candore maritum
    avecta externis Hippodamia rotis: 20
sed facies aderat nullis obnoxia gemmis,
    qualis Apelleis est color in tabulis.

Las costas embadurnadas de conchas nativas mucho resplandecen,
y los pájaros con ninguna doctrina más dulcemente trinan.
No así encendió de amor Febe, hija de Leucipo, a Cástor,
tampoco a Pólux con adorno Hilaíra, hermana de aquélla;
no así, para Idas y el deseoso Febo en otro tiempo discordia,
la hija de Eveno en las orillas de su padre;
y no al pretendiente frigio con blancura engañosa sedujo
Hipodamía, transportada en un carro extranjero:
sino que su belleza se presentaba sometida por ninguna piedra preciosa,
cual colorido hay en los cuadros de Apeles.


non illis studium fuco conquirere amantes:
    illis ampla satis forma pudicitia.
non ego nunc vereor ne sis tibi vilior istis: 25
    uni si qua placet, culta puella sat est;
cum tibi praesertim Phoebus sua carmina donet
    Aoniamque libens Calliopea lyram,
unica nec desit iucundis gratia verbis,
    omnia quaeque Venus, quaeque Minerva probat. 30
his tu semper eris nostrae gratissima vitae,
    taedia dum miserae sint tibi luxuriae.

No tenían ellas afán con disfraz de buscar por doquiera amantes:
para ellas la amplia castidad era bastante hermosura.
No yo ahora temo que para ti yo te sea de menos valor que ésos:
si una doncella agrada a uno solo, cuidadosa bastante es;
sobre todo cuando Febo sus cantos te regala,
y Calíope de buen grado la lira aonia,
y no te falta la gracia sin igual de encantadoras palabras,
ni todo lo que Venus y Minerva alaban.
Con esto tú siempre serás lo más grato de mi vida,
con tal de que un tedio para ti sean los despreciables lujos.



III. - Visita a Cintia


Qualis Thesea iacuit cedente carina
    languida desertis Cnosia litoribus;
qualis et accubuit primo Cepheia somno
    libera iam duris cotibus Andromede;
nec minus assiduis Edonis fessa choreis 5
    qualis in herboso concidit Apidano:
talis visa mihi mollem spirare quietem
    Cynthia consertis nixa caput manibus,
ebria cum multo traherem vestigia Baccho,
    et quaterent sera nocte facem pueri. 10

Como yació, al retirarse la nave de Teseo,
lánguida en las desiertas costas Ariadna;
y como se recostó en su primer sueño,
libre ya de los duros arrecifes, la cefea Andrómeda;
y no menos que una bacante, agotada por continuas danzas,
como cayó de una vez en el frondoso Apidano:
tal me pareció que respiraba dulce quietud
Cintia, apoyando su cabeza sobre manos enlazadas,
cuando yo arrastraba huellas ebrias por el mucho vino,
y sacudían la antorcha ya bien entrada la noche unos esclavos.


hanc ego, nondum etiam sensus deperditus omnis,
    molliter impresso conor adire toro;
et quamvis duplici correptum ardore iuberent
    hac Amor hac Liber, durus uterque deus,
subiecto leviter positam temptare lacerto 15
    osculaque admota sumere tarda manu,
non tamen ausus eram dominae turbare quietem,
    expertae metuens iurgia saevitiae;
sed sic intentis haerebam fixus ocellis,
    Argus ut ignotis cornibus Inachidos. 20

Yo, todavía sin haber perdido completamente todos los sentidos,
intentaba acercarme a ella apoyándome suavemente sobre el lecho;
y aunque, arrebatado yo por doble ardor, mandaban
por un lado el dios Amor, por el otro Baco, uno y otro dios implacable,
a palparla, en la posición en que ella estaba, acercando levemente mi brazo bajo ella
y a darle besos lentos aproximando mi mano,
sin embargo no me atrevía a perturbar el reposo de mi amada,
porque temía las querellas de su conocida crueldad;
pero así, clavado con ojitos dirigidos a ella, me mantenía fijo,
como Argo a los cuernos desconocidos de la Ináquida.


et modo solvebam nostra de fronte corollas
    ponebamque tuis, Cynthia, temporibus;
et modo gaudebam lapsos formare capillos;
    nunc furtiva cavis poma dabam manibus:
omnia quae ingrato largibar munera somno, 25
    munera de prono saepe voluta sinu;
et quotiens raro duxti suspiria motu,
    obstupui vano credulus auspicio,
ne qua tibi insolitos portarent visa timores,
    neve quis invitam cogeret esse suam: 30

Y ya desataba de mi frente las guirnalditas
y las ponía, Cintia, en tus sienes;
y ya me deleitaba en dar forma a tus cabellos sueltos;
ya furtivas manzanas a tus vacías manos daba:
todos los regalos que al ingrato sueño daba copiosamente,
regalos que desde tu inclinado regazo a menudo rodaban;
y cuantas veces con extraño movimiento condujiste suspiros,
crédulo quedé atónito por vano augurio:
que los sueños te transportaran insólitos temores,
o que alguien te forzara a ser suya contra tu voluntad;


donec diversas praecurrens luna fenestras,
    luna moraturis sedula luminibus,
compositos levibus radiis patefecit ocellos.
    sic ait in molli fixa toro cubitum:
'tandem te nostro referens iniuria lecto 35
    alterius clausis expulit e foribus?
namque ubi longa meae consumpsti tempora noctis,
    languidus exactis, ei mihi, sideribus?

hasta que la luna, que las entornadas ventanas precedía,
luna diligente que habría de detener su luz,
tus acomodados ojitos con sus leves rayos abrió.
Así dijo Cintia, en el blando lecho hincando su codo:
"¿Finalmente, haciéndote volver a mi lecho,
la injusticia de otra mujer te echó de sus puertas cerradas?
Pues ¿dónde has pasado las largas horas de mi noche,
lánguido, ¡ay de mí!, cuando las estrellas han llevado a término su carrera?


o utinam talis perducas, improbe, noctes,
    me miseram qualis semper habere iubes! 40
nam modo purpureo fallebam stamine somnum,
    rursus et Orpheae carmine, fessa, lyrae;
interdum leviter mecum deserta querebar
    externo longas saepe in amore moras:
dum me iucundis lassam Sopor impulit alis. 45
    illa fuit lacrimis ultima cura meis.'

¡Ojalá, oh malvado, tales noches recorras,
cuales siempre a la pobre de mí ordenas tener!
Pues hace poco con purpúreo hilo engañaba el sueño,
y luego, cansada, con el canto de la lira de Orfeo;
a veces, levemente conmigo misma, abandonada, me quejaba
de los largos a menudo retrasos en el amor de otra:
hasta que con sus agradables alas me empujó, ya agotada, el Sopor.
Aquélla fue para mis lágrimas la última preocupación."



IV. - Reproches a Baso


Quid mihi tam multas laudando, Basse, puellas
    mutatum domina cogis abire mea?
quid me non pateris vitae quodcumque sequetur
    hoc magis assueto ducere servitio?
tu licet Antiopae formam Nycteidos, et tu 5
    Spartanae referas laudibus Hermionae,
et quascumque tulit formosi temporis aetas;
    Cynthia non illas nomen habere sinat:
nedum, si levibus fuerit collata figuris,
    inferior duro iudice turpis eat. 10

¿Por qué alabando tanto a muchas muchachas, Baso,
me fuerzas a cambiar y alejarme de mi amada?
¿Por qué no permites que todo lo que me seguirá de vida
lo pase más en esta acostumbrada esclavitud?
Aunque tú la belleza de Antíope, hija de Neceo,
y la de la espartana Hermíone hagas volver con alabanzas,
y cualesquiera llevó la edad del hermoso tiempo,
Cintia no permitirá que ellas tengan nombre:
y desde luego, si fuera comparada con figuras insignificantes,
inferior según un duro juez, no se iría avergonzada.


haec sed forma mei pars est extrema furoris;
    sunt maiora, quibus, Basse, perire iuvat:
ingenuus color et motis decor artubus et quae
    gaudia sub tacita discere veste libet.
quo magis et nostros contendis solvere amores, 15
    hoc magis accepta fallit uterque fide.
non impune feres: sciet haec insana puella
    et tibi non tacitis vocibus hostis erit;
nec tibi me post haec committet Cynthia nec te
    quaeret; erit tanti criminis illa memor, 20
et te circum omnis alias irata puellas
    differet: heu nullo limine carus eris.

Pero esta hermosura es la parte última de mi locura;
existen cosas mayores, por las que me complace, Baso, perderme:
su natural brillantez, el atractivo del movimiento de su cuerpo,
y los goces que bajo el silencio de su vestido aprender me place.
Así pues, cuanto más te esfuerzas por desatar nuestros amores,
tanto más cada uno de nosotros dos te engaña con nuestra amada fidelidad.
No sin castigo sufrirás: sabrá esto mi loca amada
y no con el silencio de sus palabras enemiga será para ti;
y no, después de esto, a ti me unirá Cintia ni te
buscará; será ella la que se acuerde de tan grande acusación
y, enojada, alrededor de todas las otras muchachas
te esparcirá: ¡ay, en ningún umbral querido serás!


nullas illa suis contemnet fletibus aras,
    et quicumque sacer, qualis ubique, lapis.
non ullo gravius temptatur Cynthia damno 25
    quam sibi cum rapto cessat amore decus,
praecipue nostro. maneat sic semper, adoro,
    nec quicquam ex illa quod querar inveniam!

En sus llantos ningún altar menospreciará ella
o cualquier piedra sagrada, cual hay en todas partes.
Ningún daño más gravemente palpa a Cintia
que falte el atractivo cuando se le ha arrebatado su amor,
principalmente el mío. ¡Permanezca así siempre, suplico,
y nada de ella de lo que pueda quejarme encuentre!



V. - Aviso a su amigo y rival Galo


invide, tu tandem voces compesce molestas
    et sine nos cursu, quo sumus, ire pares!
Quid tibi vis, insane? meae sentire furores?
    infelix, properas ultima nosse mala,
et miser ignotos vestigia ferre per ignes,
    et bibere e tota toxica Thessalia.
non est illa vagis similis collata puellis:
    molliter irasci non sciet illa tibi.
quod si forte tuis non est contraria votis,
    at tibi curarum milia quanta dabit! 10

¡Envidioso, reprime tú al fin tus molestas palabras
y deja que nosotros vayamos juntos por el viaje en que estamos!
¿Qué intención tienes, insensato? ¿Sentir las locuras de mi alma?
Infeliz, te apresuras a conocer los peores males,
a llevar desgraciado tus huellas por desconocidas llamas,
y a beber los venenos de Tesalia entera.
No se puede comparar ella similar a las muchachas inconstantes:
no sabrá ella enojarse suavemente contigo.
Pero si por casualidad no es contraria a tus deseos,
¡cuántas miles de cuitas, en cambio, te dará!


non tibi iam somnos, non illa relinquet ocellos:
    illa ferox animis alligat una viros.
a, mea contemptus quotiens ad limina curres,
    cum tibi singultu fortia verba cadent,
et tremulus maestis orietur fletibus horror, 15
    et timor informem ducet in ore notam,
et quaecumque voles fugient tibi verba querenti,
    nec poteris, qui sis aut ubi, nosse miser!
tum grave servitium nostrae cogere puellae
    discere et exclusum quid sit abire domum; 20
nec iam pallorem totiens mirabere nostrum,
    aut cur sim toto corpore nullus ego.

Ya no los sueños que tienes, ya no tus ojitos ella abandonará:
ella, dominante, es la única que encadena a los hombres en sus almas.
¡Ay, cuántas veces, menospreciado, hacia mis umbrales correrás,
mientras entre sollozos valientes palabras se te caen!
¡El trémulo escalofrío entre afligidos llantos nacerá,
el miedo una marca deforme en tu rostro conducirá,
todas las palabras que querrás decir de tus quejas se apartarán,
y no podrás saber, desgraciado, quién eres o dónde estás!
Entonces la pesada esclavitud de mi amada serás forzado
a aprender y qué es partir a casa siendo excluído;
y ya no tantas veces de mi palidez te asombrarás,
o por qué yo con todo mi cuerpo no soy nadie.


nec tibi nobilitas poterit succurrere amanti:
    nescit Amor priscis cedere imaginibus.
quod si parva tuae dederis vestigia culpae, 25
    quam cito de tanto nomine rumor eris!
non ego tum potero solacia ferre roganti,
    cum mihi nulla mei sit medicina mali;
sed pariter miseri socio cogemur amore
    alter in alterius mutua flere sinu. 30
quare, quid possit mea Cynthia, desine, Galle,
    quaerere: non impune illa rogata venit.

Y no la nobleza podrá socorrerte cuando ames:
no sabe el dios Amor ceder ante arcaicas imágenes.
Pero si pequeñas huellas de una negligencia tuya dejas,
¡cuán rápidamente serás el rumor de un nombre tan grande!
Entonces yo no podré llevar consuelos cuando los solicites,
porque yo no tengo ninguna medicina para mi mal;
sino que, igualmente desgraciados los dos por un mismo amor, seremos forzados
a llorar mutuamente el uno en el regazo del otro.
Por lo cual, deja, Galo, de preguntarte qué poder tiene mi querida Cintia:
no impunemente ella viene cuando se la ha solicitado.



VI. - No te puedo acompañar, Tulo


Non ego nunc Hadriae vereor mare noscere tecum,
    Tulle, neque Aegaeo ducere vela salo,
cum quo Rhipaeos possim conscendere montes
    ulteriusque domos vadere Memnonias;
sed me complexae remorantur verba puellae, 5
    mutatoque graves saepe colore preces.
illa mihi totis argutat noctibus ignes,
    et queritur nullos esse relicta deos;
illa meam mihi iam se denegat, illa minatur
    quae solet ingrato tristis amica viro. 10

Yo no ahora temo conocer el mar del Adriático contigo,
Tulo, ni hacerse a la vela por el alta mar del Egeo,
con quien podría escalar los montes Rifeos
e ir más allá de la morada de Memnón;
pero me detienen las palabras de mi amada, que me abraza,
y sus pesadas súplicas, a menudo con el color de su rostro cambiado.
Ella charla conmigo sobre los ardores de su pasión durante noches enteras,
y se queja de que, si la dejo atrás, ningún dios existe;
ella me dice que ya no es mía, ella me amenaza
como suele una amiga malhumorada a un compañero ingrato.


his ego non horam possum durare querelis:
    ah pereat, si quis lentus amare potest!
an mihi sit tanti doctas cognoscere Athenas
    atque Asiae veteres cernere divitias,
ut mihi deducta faciat convicia puppi 15
    Cynthia et insanis ora notet manibus,
osculaque opposito dicat sibi debita vento,
    et nihil infido durius esse viro?
tu patrui meritas conare anteire secures,
    et vetera oblitis iura refer sociis. 20

A estas quejas yo no puedo soportar con entereza una hora:
¡Ah, si alguien sin arrebato amar puede, que éste muera!
¿Acaso es para mí de tanto valor conocer la sabia Atenas
y distinguir con la vista las antiguas riquezas de Asia,
para que, tras echar al agua la nave, me haga reproches
Cintia y haga marcas en su rostro con sus enloquecidas manos,
y diga que se le deben besos si contrario sopla el viento,
y que nada más insensible existe que un hombre infiel?
Tú intenta aventajar las segures que mereció tu tío paterno,
y haz volver los antiguos derechos a los aliados olvidados.


nam tua non aetas umquam cessavit amori,
    semper at armatae cura fuit patriae;
et tibi non umquam nostros puer iste labores
    afferat et lacrimis omnia nota meis!
me sine, quem semper voluit fortuna iacere, 25
    huic animam extremam reddere nequitiae.
multi longinquo periere in amore libenter,
    in quorum numero me quoque terra tegat.
non ego sum laudi, non natus idoneus armis:
    hanc me militiam fata subire volunt. 30

Pues tu edad nunca faltó al amor,
sino que siempre estuvo preocupada por las armas de la patria.
¡Y que nunca mis fatigas ese niño te
traiga y todo lo que mis lágrimas han conocido!
Deja que yo, a quien siempre quiso la Fortuna ver derribado,
devuelva mi último aliento a esta vida ociosa.
Muchos perecieron con agrado en un amor duradero,
en cuyo número me cubra a mí también la tierra.
Yo no he nacido para la alabanza, no he nacido idóneo para las armas:
el destino quiere que yo afronte esta milicia.


at tu, seu mollis qua tendit Ionia, seu qua
    Lydia Pactoli tingit arata liquor,
seu pedibus terras seu pontum remige carpes,
    ibis et accepti pars eris imperii:
tum tibi si qua mei veniet non immemor hora, 35
    vivere me duro sidere certus eris.

Pero tú, ya sea por donde la suave Jonia se extiende, ya sea por donde
las aguas del Pactolo tiñen los campos de Lidia,
ya las tierras a pie o el mar con remo recorras,
irás y de un grato imperio parte serás.
Entonces, si alguna hora no sin recuerdo de mí te llega,
estarás seguro de que yo vivo a merced de un horóscopo cruel.



VII. - Épica y elegía


Dum tibi Cadmeae dicuntur, Pontice, Thebae
    armaque fraternae tristia militiae,
atque, ita sim felix, primo contendis Homero
    (sint modo fata tuis mollia carminibus),
nos, ut consuemus, nostros agitamus amores, 5
    atque aliquid duram quaerimus in dominam;
nec tantum ingenio quantum servire dolori
    cogor et aetatis tempora dura queri.
hic mihi conteritur vitae modus, haec mea famast,
    hinc cupio nomen carminis ire mei. 10

Mientras tú, Póntico, de la Tebas de Cadmo cantas
los funestos combates y la guerra entre hermanos
y -¡así sea yo feliz!- rivalizas con Homero, el más importante poeta
(a condición de que sean los hados favorables a tus versos),
yo, como acostumbro, me dedico a mi poesía de amor
y busco algo para mi severa amada;
y no tanto de mi talento como de mi dolor se me fuerza a ser esclavo,
y de mi edad los duros tiempos a quejarme.
Así se me pasa el tiempo de vida, ésta es mi fama;
de aquí deseo que el nombre de mi poesía se extienda.


me laudent doctae solum placuisse puellae,
    Pontice, et iniustas saepe tulisse minas;
me legat assidue post haec neglectus amator,
    et prosint illi cognita nostra mala.
te quoque si certo puer hic concusserit arcu— 15
    quo nollem nostros me violasse deos!—
longe castra tibi, longe miser agmina septem
    flebis in aeterno surda iacere situ;
et frustra cupies mollem componere versum,
    nec tibi subiciet carmina serus Amor. 20

Que me alaben sólo por haber agradado a mi culta amada,
Póntico, y por haber soportado a menudo injustas amenazas;
que me lea asiduamente, después de esto, el amador no apreciado,
y le sea útil conocer mis desgracias.
Si este niño también te agitara con su certero arco
-¡con el que no quisiera que nuestros dioses nos maltratasen!-,
lejos el campamento, lejos los siete escuadrones,
desgraciado llorarás cuando yazcan sordos a ti en eterna posición;
en vano desearás componer verso delicado,
y no te inspirará poemas el tardío dios Amor.


tum me non humilem mirabere saepe poetam,
    tunc ego Romanis praeferar ingeniis.
[nec poterunt iuvenes nostro reticere sepulcro
    'ardoris nostri magne poeta iaces.']
tu cave nostra tuo contemnas carmina fastu: 25
    saepe venit magno faenore tardus Amor.

Entonces te asombrarás de que yo no sea a menudo un poeta de estilo simple,
entonces me pondrás delante a los talentos romanos.
[Y no podrán los jóvenes guardar silencio en mi sepulcro:
"De nuestro ardor grandemente poeta yaces."]
Tú no menosprecies mis poemas con tu orgullo:
con frecuencia viene con un gran interés el lento dios Amor.



VIII. - Miedo por la posible marcha de Cintia


Tune igitur demens, nec te mea cura moratur?
    an tibi sum gelida vilior Illyria?
et tibi iam tanti, quicumquest, iste videtur,
    ut sine me vento quolibet ire velis?
tune audire potes vesani murmura ponti 5
    fortis, et in dura nave iacere potes?
tu pedibus teneris positas fulcire pruinas,
    tu potes insolitas, Cynthia, ferre nives?

¿Es que estás loca, y no te detiene mi amor por ti?
¿Acaso para ti soy de menos valor que la gélida Iliria?
¿Y ya de tanto valor te parece ése, quienquiera que sea,
para que sin mí con cualquier viento quieras ir?
¿Acaso tú puedes oír del enloquecido mar los bramidos
valiente, y en una dura nave estar echada?
¿Tú con esos delicados pies apuntalar las escarchas caídas
puedes, tú soportar, Cintia, las no acostumbradas nieves?


o utinam hibernae duplicentur tempora brumae,
    et sit iners tardis navita Vergiliis, 10
nec tibi Tyrrhena solvatur funis harena,
    neve inimica meas elevet aura preces
atque ego non videam talis subsidere ventos,
    cum tibi provectas auferet unda rates,
et me defixum vacua patiatur in ora 15
    crudelem infesta saepe vocare manu!
sed quocumque modo de me, periura, mereris,
    sit Galatea tuae non aliena viae;
ut te felici post victa Ceraunia remo
    accipiat placidis Oricos aequoribus. 20

¡Oh, ojalá de la invernal bruma se dupliquen los tiempos,
y las tardías Pléyades tengan inerte al navegante,
y para ti no se desate la cuerda en la arena del Tirreno,
ni una brisa eleve enemiga mis súplicas!
¡Y yo no vea que tales vientos amainan
cuando el mar se lleve la nave en que viajas,
ni permita que yo, clavado en la vacía orilla,
cruel repetidas veces te llame con mano hostil!
Sin embargo, aunque cualquier cosa de mí te merece, perjura,
que Galatea no te sea ajena en tu viaje;
¡que a ti, después de ser superadas las rocas Ceraunias con remo favorable,
te reciba Orico en sus plácidas aguas!


nam me non ullae poterunt corrumpere, de te
    quin ego, vita, tuo limine verba querar;
nec me deficiet nautas rogitare citatos
    'dicite, quo portu clausa puella meast?',
et dicam 'licet Artaciis considat in oris, 25
    et licet Hylaeis, illa futura meast.'

Pues ninguna mujer podrá corromperme
para que yo de ti, vida mía, en tu umbral no queje palabras;
y no me faltará preguntar insistentemente a los marineros que he llamado:
"Decid, ¿en qué puerto está encerrada mi amada?",
y diré: "Aunque en las costas de Atracia se asiente,
y aunque en las de Iliria, ella mía ha de ser."



VIII b. - Alegría desbordada ante la no partida de Cintia


Hic erit! hic iurata manet! rumpantur iniqui!
    vicimus: assiduas non tulit illa preces.
falsa licet cupidus deponat gaudia livor:
    destitit ire novas Cynthia nostra vias. 30
illi carus ego et per me carissima Roma
    dicitur, et sine me dulcia regna negat.
illa vel angusto mecum requiescere lecto
    et quocumque modo maluit esse mea,
quam sibi dotatae regnum vetus Hippodamiae, 35
    et quas Elis opes apta pararat equis.

¡Aquí estará! ¡Aquí, al jurarlo ella, permanece! ¡Se rompan mis enemigos!
¡He vencido: mis asiduas súplicas no soportó ella!
Por mucho que la deseosa envidia quite los goces falsos,
desistió de ir por nuevos caminos mi querida Cintia.
Ella dice que yo su amor y que por mí Roma es lo más querido,
y sin mí dice que reinos dulces no existen.
Ella dijo que dormir conmigo, aun en un lecho angosto,
y de cualquier manera ser mía prefirió,
antes que tener el antiguo reino que se le dotó a Hipodamía,
y las riquezas que la Élide, ligada a sus caballos, había adquirido.


quamvis magna daret, quamvis maiora daturus,
    non tamen illa meos fugit avara sinus.
hanc ego non auro, non Indis flectere conchis,
    sed potui blandi carminis obsequio. 40
sunt igitur Musae, neque amanti tardus Apollo,
    quis ego fretus amo: Cynthia rara meast!
nunc mihi summa licet contingere sidera plantis:
    sive dies seu nox venerit, illa meast!
nec mihi rivalis certos subducet amores: 45
    ista meam norit gloria canitiem.

Aunque grandes cosas él diera, aunque otras mayores ha de dar,
sin embargo ella no ha huido codiciosa de mi regazo.
A ella no con oro, no con perlas de la India doblegar
he podido, sino con el obsequio de mi poesía de amor.
Existen, así pues, las Musas, y no para el enamorado es tardío el dios Apolo;
en ellos confiando yo amo: ¡Cintia, incomparable, es mía!
Ahora me está permitido tocar las más altas estrellas con mi planta:
ya el día, ya la noche venga, ¡ella es mía!
Y no ese rival me retirará el fijado amor:
esa gloria conocerá la blancura de mi cabeza.



IX. - Ya te avisé, Póntico


Dicebam tibi venturos, irrisor, amores,
    nec tibi perpetuo libera verba fore:
ecce iaces supplexque venis ad iura puellae,
    et tibi nunc quaevis imperat empta modo.
non me Chaoniae vincant in amore columbae 5
    dicere, quos iuvenes quaeque puella domet.
me dolor et lacrimae merito fecere peritum:
    atque utinam posito dicar amore rudis!
quid tibi nunc misero prodest grave dicere carmen
    aut Amphioniae moenia flere lyrae? 10

Yo te decía, burlón, que te habría de llegar el amor,
y que ya nunca para ti libres las palabras serían:
he aquí tú, que yaces y, suplicante, llegas hacia las leyes de una muchacha,
y ahora te rige una cualquiera comprada hace poco.
No me vencerían las palomas de Caonia en el amor,
al decir los jóvenes que cada amada puede domar.
El dolor y las lágrimas me han hecho perito con razón:
¡Y ojalá se diga que soy un inculto sin el amor!
¿De qué te sirve ahora, desgraciado, cantar un poema solemne
o llorar las murallas de la lira de Anfíon?


plus in amore valet Mimnermi versus Homero:
    carmina mansuetus lenia quaerit Amor.
i quaeso et tristis istos sepone libellos,
    et cane quod quaevis nosse puella velit!
quid si non esset facilis tibi copia! nunc tu 15
    insanus medio flumine quaeris aquam.
necdum etiam palles, vero nec tangeris igni:
    haec est venturi prima favilla mali.

Más en el amor tiene fuerza el verso de Mimnermo que el de Homero:
versos suaves busca el amansado dios Amor.
¡Ea, te lo ruego, coloca aparte esos tristes libritos,
y canta lo que cualquier muchacha quiere conocer!
¿¡Y si en absoluto tuvieses recursos dispuestos?! Ahora tú,
insensato, estás buscando agua en medio de un río.
Todavía no estás pálido, ni te ha rozado la llama de una pasión verdadera:
ésta es la primera ceniza caliente de la futura desgracia.


tum magis Armenias cupies accedere tigres
    et magis infernae vincula nosse rotae, 20
quam pueri totiens arcum sentire medullis
    et nihil iratae posse negare tuae.
nullus Amor cuiquam facilis ita praebuit alas,
    ut non alterna presserit ille manu.
nec te decipiat, quod sit satis illa parata: 25
    acrius illa subit, Pontice, si qua tuast,
quippe ubi non liceat vacuos seducere ocellos,
    nec vigilare alio limine cedat Amor.

Entonces más desearás acercarte a los tigres de Armenia
y más conocer las ataduras de la rueda infernal,
que sentir tantas veces el arco de Cupido en tu corazón
y no poder negar nada a la ira de tu amada.
Ningún dios Amor a nadie fáciles alas ofreció
de tal manera que no con alterna mano él las pudiera manejar.
Y no te engañe el hecho de que ella esté bastante preparada:
si alguna es tuya, Póntico, más fogosamente ella penetra en tu corazón,
especialmente cuando no te permita llevar aparte los libres ojitos
ni pasar en vela en otro umbral te conceda el dios Amor.


qui non ante patet, donec manus attigit ossa:
    quisquis es, assiduas tu fuge blanditias! 30
illis et silices et possint cedere quercus,
    nedum tu possis, spiritus iste levis.
quare, si pudor est, quam primum errata fatere:
    dicere quo pereas saepe in amore levat.

El que no antes se ofrece a los ojos hasta que su mano ha llegado a tocar los huesos:
¡quienquiera que seas, huye tú de las incesantes caricias!
Ante ellas tanto las piedras como las encinas podrían ceder;
con mayor motivo tú, sólo un soplo ligero.
Por lo cual, si tienes pudor, cuanto antes confiesa tus extravíos:
decir por quién te pierdes a menudo en el amor alivia.



X. - Cuida, Galo, de tu amor


O iucunda quies, primo cum testis amori
    affueram vestris conscius in lacrimis!
o noctem meminisse mihi iucunda voluptas,
    o quotiens votis illa vocanda meis,
cum te complexa morientem, Galle, puella 5
    vidimus et longa ducere verba mora!
quamvis labentis premeret mihi somnus ocellos
    et mediis caelo Luna ruberet equis,
non tamen a vestro potui secedere lusu:
    tantus in alternis vocibus ardor erat. 10

¡Oh encantadora quietud, cuando testigo de vuestro primer amor
asistía yo, confidente de vuestras lágrimas!
¡Oh encantador placer para mí recordar esa noche,
oh cuántas veces he de llamarla en mis deseos,
cuando vi que te morías, Galo, en los brazos de tu amada
y que conducías las palabras con pausa prolongada!
Por mucho que el sueño me apretaba los ojitos, que se dejaban caer,
y la luna se ruborizaba en el cielo en mitad de la constelación de Pegaso,
no sin embargo pude apartarme de vuestro juego amoroso:
tan grande era la pasión de vuestras recíprocas palabras.


sed quoniam non es veritus concredere nobis,
    accipe commissae munera laetitiae:
non solum vestros didici reticere dolores,
    est quiddam in nobis maius, amice, fide.
possum ego diversos iterum coniungere amantes, 15
    et dominae tardas possum aperire fores;
et possum alterius curas sanare recentis,
    nec levis in verbis est medicina meis.
Cynthia me docuit, semper quae cuique petenda
    quaeque cavenda forent: non nihil egit Amor. 20

Pero, puesto que no temiste confiar en mí,
recibe los favores de la alegría a la que me uniste:
no sólo aprendí a callarme vuestras emociones;
existe algo en mí, amigo mío, más importante que la lealtad.
Yo puedo juntar de nuevo a amantes separados,
y puedo abrir las puertas sin vivacidad de la amada;
y puedo curar las cuitas recientes que una otra produjo,
pues no es insignificante la medicina que hay en mis palabras.
Cintia siempre me enseñó las cosas que tendría como obligación de buscar cada persona
y de lo que tendría que precaverse: ¡algo ha conseguido el dios Amor!


tu cave ne tristi cupias pugnare puellae,
    neve superba loqui, neve tacere diu;
neu, si quid petiit, ingrata fronte negaris,
    neu tibi pro vano verba benigna cadant.
irritata venit, quando contemnitur illa, 25
    nec meminit iustas ponere laesa minas:
at quo sis humilis magis et subiectus amori,
    hoc magis effectu saepe fruare bono.
is poterit felix una remanere puella,
    qui numquam vacuo pectore liber erit.

Tú guárdate de desear enfrentarte a tu amada malhumorada,
o decirle palabras soberbias, o estar callado largo tiempo;
o, si algo ha pedido, con frente ingrata negárselo,
o te caigan sus benignas palabras en el vacío.
Irritada viene cuando se la menosprecia
y, herida, no se acuerda de quitar sus justas amenazas.
Por el contrario, cuanto más seas humilde y sometido al amor,
tanto más a menudo podrás disfrutar de sus buenas consecuencias.
Éste podrá permanecer feliz con una sola amada,
el que nunca será libre en su desocupado corazón.



XI. - Estancia de Cintia en Bayas


Ecquid te mediis cessantem, Cynthia, Baiis,
    qua iacet Herculeis semita litoribus,
et modo Thesproti mirantem subdita regno
    proxima Misenis aequora nobilibus,
nostri cura subit memores adducere noctes? 5
    ecquis in extremo restat amore locus?
an te nescio quis simulatis ignibus hostis
    sustulit e nostris, Cynthia, carminibus?

¿Por ventura algo te falta, Cintia, en pleno centro de Bayas,
por donde se extiende la senda de Hércules a lo largo de la costa?
Y, mientras admiras, sometidas hace poco al reino de Tesproto,
las aguas próximas del conocido Miseno,
¿penetra en tu corazón el cuidado de hacer comparecer noches que se acuerden de mí?
¿Por ventura algún rincón queda en el extremo de tu amor?
¿Acaso algún rival que desconozco, fingiendo las llamas de una pasión,
te ha quitado, Cintia, de mis poesías de amor?


atque utinam mage te remis confisa minutis
    parvula Lucrina cumba moretur aqua, 10
aut teneat clausam tenui Teuthrantis in unda
    alternae facilis cedere lympha manu,
quam vacet alterius blandos audire susurros
    molliter in tacito litore compositam!
ut solet amoto labi custode puella, 15
    perfida communis nec meminisse deos;
non quia perspecta non es mihi cognita fama,
    sed quod in hac omnis parte timetur amor.

¡Ojalá más, confiada a remos pequeños,
una muy pequeña barca te detenga en el lago Lucrino,
o te sujete encerrada en la ola débil de Teutras
la cómoda linfa para ceder al remar con ambas manos,
antes que tengas tiempo de oír cariñosos susurros de otro,
dulcemente bien dispuesta en el silencioso litoral!
Como suele dejarse llevar mi amada, cuando el guarda alejado está,
pérfida y sin recordar los dioses que nos son comunes;
no porque no eres para mí reconocida por tu bien probada fama,
sino porque en este lugar todo amor es temido.


ignosces igitur, si quid tibi triste libelli
    attulerint nostri: culpa timoris erit. 20
ah mihi non maior carae custodia matris
    aut sine te vitae cura sit ulla meae!
tu mihi sola domus, tu, Cynthia, sola parentes,
    omnia tu nostrae tempora laetitiae.
seu tristis veniam seu contra laetus amicis, 25
    quicquid ero, dicam 'Cynthia causa fuit.'
tu modo quam primum corruptas desere Baias:
    multis ista dabunt litora discidium,
litora quae fuerunt castis inimica puellis:
    ah pereant Baiae, crimen amoris, aquae!

Me perdonarás, pues, si algo triste te traen mis libritos:
la culpa será del miedo.
¡Ah, para mí no sería más importante la custodia de mi querida madre,
ni sin ti mi vida tendría sentido alguno!
Tú eres mi única casa, tú, Cintia, mis únicos padres,
tú todos los tiempos de mi alegría.
Ya triste venga yo, ya, por el contrario, alegre con mis amigos,
como quiera que esté, diré: "Cintia la causa fue."
Tú ya, cuanto antes, abandona la corrompida Bayas:
esas playas ocasionarán el divorcio a muchos,
playas que han sido enemigas para las castas doncellas:
¡ah, desaparezcan las aguas de Bayas, acusación del amor!



XII. - Añoranza de Cintia


Quid mihi desidiae non cessas fingere crimen,
    quod faciat nobis Cynthia, Roma, moram?
tam multa illa meo divisast milia lecto,
    quantum Hypanis Veneto dissidet Eridano;
nec mihi consuetos amplexu nutrit amores 5
    Cynthia, nec nostra dulcis in aure sonat.
olim gratus eram: non ullo tempore cuiquam
    contigit ut simili posset amare fide.
invidiae fuimus: num me deus obruit? an quae
    lecta Prometheis dividit herba iugis? 10

¿Por qué no me faltas para dar forma a la acusación de inactividad,
porque me retardaría, Roma, Cintia?
Tantas muchas millas ella se ha alejado de mi lecho,
cuanto el Hípanis está distante al véneto Erídano;
y no me nutre los amores que su abrazo acostumbra
Cintia, ni en mi oído dulce suena.
En otro tiempo yo le era grato: en ningún tiempo a nadie
le tocó en suerte para que pudiera amar con una fidelidad similar.
La envidia fuimos: ¿Acaso me ha soterrado un dios?
¿O una hierba recogida en las cumbres de Prometeo nos divide?


non sum ego qui fueram: mutat via longa puellas.
    quantus in exiguo tempore fugit amor!
nunc primum longas solus cognoscere noctes
    cogor et ipse meis auribus esse gravis.
felix, qui potuit praesenti flere puellae 15
    (non nihil aspersus gaudet Amor lacrimis),
aut, si despectus, potuit mutare calores
    (sunt quoque translato gaudia servitio).
mi neque amare aliam neque ab hac desistere fas est:
    Cynthia prima fuit, Cynthia finis erit.

No soy yo el que había sido: un largo camino cambia de modo de ser a las enamoradas.
¡Cuán grande en corto tiempo huyó el amor!
Ahora por primera vez a conocer solo largas noches
estoy obligado y a ser yo mismo para mis propios oídos pesado.
Dichoso el que pudo llorar en presencia de la amada
(no poco goza el dios Amor cuando se ve esparcido en lágrimas),
o, si fue menospreciado, pudo cambiar las llamas de amor
(existen también goces cuando se ha cambiado de esclavitud).
Pero para mí ni amar a otra ni por ésta cesar de amar me es lícito:
Cintia la primera fue, Cintia el término será.



XIII. - Que seas feliz, Galo


Tu, quod saepe soles, nostro laetabere casu,
    Galle, quod abrepto solus amore vacem.
at non ipse tuas imitabor, perfide, voces:
    fallere te numquam, Galle, puella velit.
dum tibi deceptis augetur fama puellis, 5
    certus et in nullo quaeris amore moram,
perditus in quadam tardis pallescere curis
    incipis, et primo lapsus abire gradu.
haec erit illarum contempti poena doloris:
    multarum miseras exiget una vices. 10

Tú, como a menudo sueles, de mi desgracia te alegrarás,
Galo, porque esté solo y libre de mi amor, arrebatado.
Pero no yo en persona imitaré, pérfido, tus palabras:
¡engañarte nunca, Galo, tu amada quiera!
Mientras crece la fama que tienes de engañar a muchachas
y, decidido, en ningún amor buscas pausa,
perdido por alguna empiezas a palidecer con tardías cuitas de amor
y, al caer resbalando al primer paso, a alejarte.
Éste será el castigo por menospreciar el dolor de aquéllas:
de muchas las desgraciadas vueltas hará salir una sola.


haec tibi vulgaris istos compescet amores,
    nec nova quaerendo semper amicus eris.
haec non sum rumore malo, non augure doctus;
    vidi ego: me quaeso teste negare potes?
vidi ego te toto vinctum languescere collo 15
    et flere iniectis, Galle, diu manibus,
et cupere optatis animam deponere labris,
    et quae deinde meus celat, amice, pudor.
non ego complexus potui diducere vestros:
    tantus erat demens inter utrosque furor. 20

Ésta te reprimirá esos vulgares amores
y, buscando aventuras, no siempre su favorito serás.
Esto me lo ha enseñado no un rumor malo, no un augur;
lo he visto yo: ¿puedes, por favor, decir que no soy un testigo?
Yo he visto que tú languidecías, atado por el cuello entero,
que llorabas, Galo, largo tiempo con las manos echadas sobre ella,
que deseabas poner tu alma en sus queridos labios,
y lo que luego pasaba, amigo mío, mi pudor lo oculta.
Yo no pude separar vuestros abrazos:
tan grande era la loca pasión entre vosotros dos.


non sic Haemonio Salmonida mixtus Enipeo
    Taenarius facili pressit amore deus,
nec sic caelestem flagrans amor Herculis Heben
    sensit ab Oetaeis gaudia prima rogis.
una dies omnis potuit praecurrere amantes: 25
    nam tibi non tepidas subdidit illa faces,
nec tibi praeteritos passast succedere fastus,
    nec sinet: addictum te tuus ardor aget.

No así, mezclado al Enípeo de Hemonia, a la hija de Salmoneo
apretó con cómodo amor el dios de Ténaro;
ni así, el ardiente amor de Hércules
sintió los primeros goces de las hogueras fúnebres del Eta, la celestial Hebe.
Un solo día pudo preceder todos tus amantes:
pues te infundió no tibios ardores ella,
y no permitió que te saliera los pasados orgullos,
ni dejará que te vayas: tu propia pasión conducirá que tú seas un esclavo de ella.


nec mirum, cum sit Iove dignae proxima Ledae
    et Ledae partu gratior, una tribus; 30
illa sit Inachiis et blandior heroinis,
    illa suis verbis cogat amare Iovem.
tu vero quoniam semel es periturus amore,
    utere: non alio limine dignus eras.
qui tibi sit felix, quoniam novus incidit, error; 35
    et quotcumque voles, una sit ista tibi.

Y no es sorprendente el hecho de que ella esté próxima a Leda, digna de Júpiter,
y de que sea más grata que la prole de Leda, ella sola más que las tres;
de que ella sea, pues, más atrayente que las heroínas del Ínaco,
de que ella con sus propias palabras obligue amar a Júpiter.
Pero tú, ya que de una vez vas a morir de amor,
sírvete de ello: no de otro umbral eras digno.
Que encuentres la felicidad, ya que un desconocido extravío cae dentro de tu espíritu;
y de cuantos querrás tengas a ella sola.



XIV. - Riqueza y amor


Tu licet abiectus Tiberina molliter unda
    Lesbia Mentoreo vina bibas opere,
et modo tam celeris mireris currere lintres
    et modo tam tardas funibus ire rates;
et nemus omne satas intendat vertice silvas, 5
    urgetur quantis Caucasus arboribus;
non tamen ista meo valeant contendere amori:
    nescit Amor magnis cedere divitiis.

Aunque tú, arrojado suavemente en el agua del Tíber,
vino de Lesbos en copa hecha por Méntor bebas,
y ya admires cómo tan rápidas barcas corren,
ya cómo tan lentas naves con cuerdas van;
y aunque todo tu bosque extienda con copa sus árboles plantados,
cuantos árboles abruman el monte Cáucaso,
no sin embargo eso tendría fuerza para rivalizar con mi amor:
no sabe el dios Amor ceder ante grandes riquezas.


nam sive optatam mecum trahit illa quietem,
    seu facili totum ducit amore diem, 10
tum mihi Pactoli veniunt sub tecta liquores,
    et legitur Rubris gemma sub aequoribus;
tum mihi cessuros spondent mea gaudia reges:
    quae maneant, dum me fata perire volent!
nam quis divitiis adverso gaudet Amore? 15
    nulla mihi tristi praemia sint Venere!

Pues ya una deseada quietud pase ella conmigo,
ya con cómodo amor pase el día entero,
entonces llegan a mi morada las aguas del Pactolo,
y se recoge perla bajo la superficie del mar Rojo;
entonces dan garantía solemne de que ante mí han de ceder los reyes mis goces:
¡qué permanezcan hasta que los hados quieran que yo muera!
Pues ¿quién de sus riquezas goza cuando en su contra está el dios Amor?
¡Ningún premio tenga yo si malhumorada está Venus conmigo!


illa potest magnas heroum infringere vires,
    illa etiam duris mentibus esse dolor:
illa neque Arabium metuit transcendere limen
    nec timet ostrino, Tulle, subire toro, 20
et miserum toto iuvenem versare cubili:
    quid relevant variis serica textilibus?
quae mihi dum placata aderit, non ulla verebor
    regna vel Alcinoi munera despicere.

Ella puede la gran fuerza física de los héroes anular,
ella, además, para el insensible corazón ser el dolor:
ella ni ha temido atravesar el umbral de Arabia
ni teme, Tulo, subir a un tálamo de púrpura,
ni a un joven desgraciado por todo el lecho hacer dar vueltas:
¿qué alivia la seda de tejido variado?
Mientras Venus me asista aplacada,
no dudaré en menospreciar cualquier reino o, incluso, los regalos de Alcínoo.



XV. - Incumplimiento de la fidelidad prometida


Saepe ego multa tuae levitatis dura timebam,
    hac tamen excepta, Cynthia, perfidia.
aspice me quanto rapiat fortuna periclo!
    tu tamen in nostro lenta timore venis;
et potes hesternos manibus componere crines 5
    et longa faciem quaerere desidia,
nec minus Eois pectus variare lapillis,
    ut formosa novo quae parat ire viro.

A menudo yo muchas penas de tu ligereza temía,
exceptuada sin embargo, Cintia, esta perfidia.
¡Mira a cuán grande peligro me puede arrastrar la fortuna!
Tú, sin embargo, a mi temor insensible te muestras:
tanto puedes con las manos poner en orden tus cabellos de ayer,
como en prolongada pereza ocuparte de tu cara,
y no menos adornar tu pecho con piedras preciosas de Oriente,
como una hermosa doncella que con un nuevo hombre se dispone a ir.


at non sic Ithaci digressu mota Calypso
    desertis olim fleverat aequoribus: 10
multos illa dies incomptis maesta capillis
    sederat, iniusto multa locuta salo,
et quamvis numquam post haec visura, dolebat
    illa tamen, longae conscia laetitiae.
Alphesiboea suos ultast pro coniuge fratres, 15
    sanguinis et cari vincula rupit amor.
nec sic Aesoniden rapientibus anxia ventis
    Hypsipyle vacuo constitit in thalamo:
Hypsipyle nullos post illos sensit amores,
    ut semel Haemonio tabuit hospitio. 20

Pero no así Calipso, conmovida por la partida de Ulises,
había llorado en otro tiempo a las solitarias olas:
muchos días ella, afligida, con los cabellos sin arreglar,
había permanecido sentada, diciendo muchas cosas al injusto mar,
y, aunque nunca después habría de verlo, se dolía ella,
sin embargo, conocedora de la larga felicidad.
Alfesibea se vengó de sus propios hermanos por su esposo;
de su propia sangre, pues, los vínculos rompió el amor.
Ni así, angustiada por los vientos que se llevaban precipitadamente al Esónida,
Hipsípila se mantuvo en desocupado lecho:
Hipsípila ningún amor después de aquél sintió,
una vez que se consumió por la hospitalidad de Hemonia.


coniugis Euadne miseros elata per ignes
    occidit, Argivae fama pudicitiae.
quarum nulla tuos potuit convertere mores,
    tu quoque uti fieres nobilis historia.
desine iam revocare tuis periuria verbis, 25
    Cynthia, et oblitos parce movere deos;
audax ah nimium, nostro dolitura periclo,
    si quid forte tibi durius inciderit!
alta prius retro labentur flumina ponto,
    annus et inversas duxerit ante vices, 30
quam tua sub nostro mutetur pectore cura:
    sis quodcumque voles, non aliena tamen.

Evadne, dejándose llevar por las desgraciadas llamas de su esposo,
murió, fama de la castidad de las argivas.

Ninguna de ellas pudo convertir tu carácter
para que tú también pasaras a ser una conocida historia.
Deja ya de cometer perjurios con tus palabras,
Cintia, y ahorra provocar a los dioses olvidadizos;
¡ah, demasiado osada, vas a dolerte del peligro que corro,
si algo por casualidad más duro de soportar se te precipitara!
Antes los nutridos ríos se deslizarán con corriente adversa respecto al mar,
y antes el año transcurrirá a la inversa,
que mi amor por ti cambie en el fondo de mi corazón:
sé como quieras, pero no me seas ajena.


tam tibi ne viles isti videantur ocelli,
    per quos saepe mihi credita perfidiast!
hos tu iurabas, si quid mentita fuisses, 35
    ut tibi suppositis exciderent manibus:
et contra magnum potes hos attollere Solem,
    nec tremis admissae conscia nequitiae?
quis te cogebat multos pallere colores
    et fletum invitis ducere luminibus? 40
quis ego nunc pereo, similis moniturus amantes
    non ullis tutum credere blanditiis.

¡Qué no te parezcan de tan poco valor esos ojitos,
a través de los cuales a menudo se me ha confiado tu perfidia!
Por éstos tú jurabas que, si algo hubieses estado fingiendo,
se te cayeran en el hueco de las manos:
¿Y de cara al poderoso Sol puedes levantarlos,
y no tiemblas consciente del delito cometido?
¿Quién te forzaba a ir tomando un color cada vez más pálido de tu rostro,
y a pasar al llanto contra la voluntad de tus ojos?
Por ellos yo ahora muero, pero he de aconsejar a amantes similares:
"¡En ningún halago es seguro confiar!"



XVI. ...... (En preparación)



XVII. - Lamento del poeta


Et merito, quoniam potui fugisse puellam,
    nunc ego desertas alloquor alcyonas.
nec mihi Cassiope salvo visura carinam,
    omniaque ingrato litore vota cadunt.
quin etiam absenti prosunt tibi, Cynthia, venti: 5
    aspice, quam saevas increpat aura minas.
nullane placatae veniet fortuna procellae?
    haecine parva meum funus harena teget?
tu tamen in melius saevas converte querelas:
    sat tibi sit poenae nox et iniqua vada. 10

Y con razón, puesto que pude huir de mi amada,
ahora yo a los solitarios alciones dirijo la palabra.
Y no Casíope ha de ver la nave en que estoy a salvo,
pues todos mis deseos en un ingrato litoral caen.
Es más, incluso ausente, Cintia, te son favorables los vientos:
¡Mira cuán terribles amenazas hace sonar el aire!
¿Acaso ninguna fortuna vendrá a aplacar la tormenta?
¿Acaso esta insignificante arena cubrirá mi cadáver?
Tú, sin embargo, a mejor mis crueles quejas convierte:
¡bastante castigo te sea la noche y las hostiles aguas!


an poteris siccis mea fata reposcere ocellis,
    ossaque nulla tuo nostra tenere sinu?
ah pereat, quicumque rates et vela paravit
    primus et invito gurgite fecit iter!
nonne fuit levius dominae pervincere mores 15
    (quamvis dura, tamen rara puella fuit),
quam sic ignotis circumdata litora silvis
    cernere et optatos quaerere Tyndaridas?

¿Acaso podrás con secos ojitos reclamar mi destino,
y ningún hueso mío tener en tu regazo?
¡Ah, perezca quienquiera que naves y velas preparó
primero y, contra la voluntad del mar, se abrió camino!
¿Acaso no fue más simple dominar los caprichos de mi amada
(aunque dura de soportar, sin embargo fue una muchacha especial),
que así las costas rodeadas de desconocidos bosques
distinguir con la vista y buscar a los deseados hijos de Tíndaro?


illic si qua meum sepelissent fata dolorem,
    ultimus et posito staret amore lapis, 20
illa meo caros donasset funere crines,
    molliter et tenera poneret ossa rosa;
illa meum extremo clamasset pulvere nomen,
    ut mihi non ullo pondere terra foret.
at vos, aequoreae formosa Doride natae, 25
    candida felici solvite vela choro:
si quando vestras labens Amor attigit undas,
    mansuetis socio parcite litoribus.

Allí, si algún destino hubiera hecho desaparecer mi dolor,
y mi última piedra estuviera de pie sobre mi amor enterrado,
ella habría regalado sus queridos cabellos en mi funeral
y, suavemente, pondría mis huesos sobre delicada rosa;
ella habría pronunciado mi nombre sobre mi última ceniza,
para que la tierra me fuera leve.
Mas vosotras, hijas marinas de la hermosa Dóride,
soltad las blancas velas en propicio coro:
¡Si alguna vez el dios Amor, deslizándose, llegó a tocar vuestras olas,
mirad por vuestro amigo en amansadas costas!



XVIII. - Quejas a la naturaleza


Haec certe deserta loca et taciturna querenti,
    et vacuum Zephyri possidet aura nemus.
hic licet occultos proferre impune dolores,
    si modo sola queant saxa tenere fidem.
unde tuos primum repetam, mea Cynthia, fastus? 5
    quod mihi das flendi, Cynthia, principium?
qui modo felicis inter numerabar amantes,
    nunc in amore tuo cogor habere notam.
quid tantum merui? quae te mihi crimina mutant?
    an nova tristitiae causa puella tuae? 10

Estos parajes, sin duda desiertos y taciturnos para la queja,
y el desocupado bosque posee el soplo del Céfiro.
Aquí está permitido mostrar sin castigo las ocultas penas,
si por lo menos las rocas son las únicas que pueden conservar la lealtad.
¿De dónde primero evocaré, Cintia mía, tu orgullo?
¿Cuál comienzo me das, Cintia, para llorar?
Yo, que hace poco entre los felices amantes me contaba,
ahora en tu amor se me obliga a tener una nota.
¿Qué tanto he merecido? ¿Qué acusaciones de mi parte te cambian de modo de ser?
¿Acaso una nueva amante es la causa de tu mal humor?


sic mihi te referas, levis, ut non altera nostro
    limine formosos intulit ulla pedes.
quamvis multa tibi dolor hic meus aspera debet,
    non ita saeva tamen venerit ira mea,
ut tibi sim merito semper furor, et tua flendo 15
    lumina deiectis turpia sint lacrimis.
an quia parva damus mutato signa colore,
    et non ulla meo clamat in ore fides?
vos eritis testes, si quos habet arbor amores,
    fagus et Arcadio pinus amica deo. 20

Vuelve a mí, inconstante, porque ninguna otra a mi
umbral ha llevado sus hermosos pies.
Aunque muchas amarguras te debe este dolor mío,
no cruel, sin embargo, vendrá mi ira
de tal manera que yo para ti sea con razón siempre furor y, llorando,
tus ojos se afeen a lágrima viva.
¿Acaso porque, cambiado el color de mi rostro, doy pocas señales de amor
y ninguna fidelidad en mi cara se anuncia?
Vosotros seréis testigos, si un árbol tiene algún amor,
haya y pino, queridos del dios de Arcadia.


ah quotiens vestras resonant mea verba sub umbras,
    scribitur et teneris Cynthia corticibus!
ah tua quot peperit nobis iniuria curas,
    quae solum tacitis cognita sunt foribus!
omnia consuevi timidus perferre superbae 25
    iussa neque arguto facta dolore queri.
pro quo continui montes et frigida rupes
    et datur inculto tramite dura quies;
et quodcumque meae possunt narrare querelae,
    cogor ad argutas dicere solus aves. 30
sed qualiscumque's, resonent mihi 'Cynthia' silvae,
    nec deserta tuo nomine saxa vacent.

¡Ah, cuántas veces resuenan mis palabras bajo vuestras sombras,
y se escribe el nombre de Cintia en las tiernas cortezas!
¡Ah, cuántas cuitas de amor me ha producido tu injusticia,
cuitas que sólo ha conocido tu callada puerta!
Acostumbro a soportar medroso todas las órdenes de una soberbia,
y a no quejarme de sus hechos con dolor expresivo.
Por esto cordillera, frío antro
y duro descanso se me da en una senda salvaje;
y todo lo que mis quejas pueden contar,
se me obliga a decirlo solitario a las expresivas aves.
Pero, como quiera que seas, resuenen para mí "Cintia" los bosques,
y no las desiertas rocas estén libres de tu nombre.



XIX. - Amor más allá de la muerte


Non ego nunc tristis vereor, mea Cynthia, Manes,
    nec moror extremo debita fata rogo;
sed ne forte tuo careat mihi funus amore,
    hic timor est ipsis durior exsequiis.
non adeo leviter nostris puer haesit ocellis, 5
    ut meus oblito pulvis amore vacet.
illic Phylacides iucundae coniugis heros
    non potuit caecis immemor esse locis,
sed cupidus falsis attingere gaudia palmis
    Thessalis antiquam venerat umbra domum. 10

Yo no ahora temo, Cintia mía, los funestos manes,
y no me preocupo del destino que la última hoguera debe;
pero que por casualidad el funeral que tengo carezca de tu amor,
este miedo es más duro de soportar que las mismísimas exequias.
No hasta tal punto insignificantemente Cupido estuvo fijo a mis ojitos,
para que mi propia ceniza esté libre de olvidar tu amor.
Allí, en los lugares sombríos, no pudo estar sin recuerdo
de su encantadora esposa el héroe descendiente de Fílaco,
sino que, deseoso de llegar a tocar a su amor con engañosas manos,
había venido como sombra tesalia a su antigua casa.


illic quidquid ero, semper tua dicar imago:
    traicit et fati litora magnus amor.
illic formosae veniant chorus heroinae,
    quas dedit Argivis Dardana praeda viris:
quarum nulla tua fuerit mihi, Cynthia, forma 15
    gratior et (Tellus hoc ita iusta sinat)
quamvis te longae remorentur fata senectae,
    cara tamen lacrimis ossa futura meis.

Allí, cualquier cosa que sea yo, siempre me diré que soy tu sombra:
atraviesa incluso las orillas del destino un gran amor.
Allí vengan a coro las hermosas heroínas,
las que dio a los héroes griegos el botín de Troya:
ninguna de ellas será para mí, Cintia, más grata que tu figura,
y (esto así la justa Tierra permita)
aunque te reserven los hados una larga vejez,
queridos sin embargo van a ser tus huesos a mis lágrimas.


quae tu viva mea possis sentire favilla!
    tum mihi non ullo mors sit amara loco. 20
quam vereor, ne te contempto, Cynthia, busto
    abstrahat a nostro pulvere iniquus Amor,
cogat et invitam lacrimas siccare cadentis!
    flectitur assiduis certa puella minis.
quare, dum licet, inter nos laetemur amantes: 25
    non satis est ullo tempore longus amor.

¡Qué lo cual tú viva puedas sentir sobre mi ceniza caliente!
Entonces para mí la muerte no sería amarga en lugar alguno.
¡Cuánto temo, Cintia, que, menospreciada mi tumba,
te aleje de mi ceniza el injusto dios Amor,
y te obligue, forzada, a enjugar las lágrimas que se te caen!
También se doblega con asiduas amenazas la muchacha fiel.
Por lo cual, mientras se puede, mutuamente gocemos los amantes:
nunca es suficientemente largo el amor.



XX. ...... (En preparación)



XXI. - Epigrama sepulcral


Tu, qui consortem properas evadere casum,
    miles ab Etruscis saucius aggeribus,
quid nostro gemitu turgentia lumina torques?
    pars ego sum vestrae proxima militiae.
sic te servato possint gaudere parentes, 5
    haec soror acta tuis sentiat e lacrimis:
Gallum per medios ereptum Caesaris enses
    effugere ignotas non potuisse manus;
et quaecumque super dispersa invenerit ossa
    montibus Etruscis, haec sciat esse mea.

Tú, que te das prisa por escapar a una desgracia común,
soldado herido de los terraplenes etruscos,
¿por qué ante mi gemido vuelves tus hinchados ojos?
Parte yo soy inmediata de vuestra milicia.
Así, estando tú a salvo, puedan alegrarse tus padres;
que mi hermana comprenda estos sucesos fuera de tus lágrimas:
Galo, que había escapado a través de las espadas de César,
no pudo huir de manos desconocidas;
y cualesquiera que sean los huesos que encuentre sobre esparcidos
en los montes de Etruria, sepa que éstos son los míos.



XXII. - Firma y rúbrica


Qualis et unde genus, qui sint mihi, Tulle, Penates,
    quaeris pro nostra semper amicitia.
si Perusina tibi patriae sunt nota sepulcra,
    Italiae duris funera temporibus,
cum Romana suos egit discordia cives— 5
    sic mihi praecipue, pulvis Etrusca, dolor,
tu proiecta mei perpessa's membra propinqui,
    tu nullo miseri contegis ossa solo—
proxima suppositos contingens Umbria campos
    me genuit terris fertilis uberibus.

Quién soy, de dónde es mi linaje, Tulo, y cuál es mi casa,
me preguntas en nombre de nuestra siempre amistad.
Si los sepulcros de Perusa, en nuestra patria, te son conocidos,
funerales de Italia en tiempos difíciles,
cuando la Discordia romana trastornó a sus propios ciudadanos
(mío es principalmente, ceniza etrusca, este dolor:
tú has tolerado que insepultos queden los miembros de un allegado mío,
tú con ninguna tierra cubres los huesos del desgraciado),
la vecina Umbría, que es limítrofe de sus llanuras a su falda,
fértil, me vio nacer en sus tierras fecundas.




(Página en construcción)