Proyecto para traer Colonias agrícolas del puerto de Hamburgo á la Provincia del Guayas en el Ecuador.

De Wikisource, la biblioteca libre.

En la Ciudad de Guayaquil á los siete dias del mes de Marzo de 1840. Reunidos en la sala de Gobierno á las ocho de la noche varios vecinos respetables, que fueron invitados por el Sr. Gobernador de la Provincia, con el objeto de tratar sobre el asunto mas interesante al fomento y prosperidad del pais, cual es el de mejorar la agricultura; pues siendo una de las fuentes principales por donde se adquiere la riqueza pública, se halla tan atrasada y aun olvidada entre nosotros:

Despues de instalada la reunion, el Sr. Gobernador tomó la palabra para manifestar el motivo de la convocación, y lo útil y necesario que seria á esta provincia y á ña República entera el cultivo de nuestro fecundo suelo, y los medios que podian adoptarse para la consecucion de un objeto tan útil como laudable; lo que verificó en el discurso siguiente:—

“SEÑORES: “Veo con la mayor complacencia que el espíritu de asociacion se va formando entre nosotros, y que este es el fruto de la paz de que felizmente gozamos, y el signo mas positivo de un porvenir alhagüeño. El entusiasmo con que se acojió el proyecto de introducir en este hermoso rio la navegacion por el vapor, y la facilidad con que se ejecutó, me han alentado á reuniros, Señores, y á proponeros un nuevo proyecto, que merecerá la aprobacion de vuestro ilustrado celo por los progresos del pais.

“Todos los dias oímos quejas sobre el estado de pobreza en que nos hallamos. Y ¿cuáles son las causas? A la verdad son muchas las que concurren á tan funesto resultado: pero una de las mas influentes, en mi modo de pensar, es la falta de trabajo útil aplicado con intelijencia al cultivo de nuestro fecundo y variado suelo. Esta poderosa causa proviene de la falta de brazos útiles, de la falta de conocimientos rurales, de moralidad en la clase de jornaleros, de policía, de órden y de sistema de justicia en los campos; en fin, la carencia de un Código rural pone en evidencia el atraso en que se halla nuestra agricultura, sin la cual no puede haber acumulación de trabajo útil en la variedad y en la abundancia de los productos, y por consiguiente no puede haber industria, comercio, ni riqueza pública. A estos motivos, que provienen de nosotros mismos, podemos agregar otros, que resultan de los vicios de nuestras leyes; pero no es del caso entrar ahora en estos pormenores.

“La agricultura, que en algun modo puede llamarse la nodriza del jénero humano, es la mas importante de las ciencias, y es precisamente la mas descuidada entre nosotros: ni una Cátedra tiene en la Universidad, ni nadie se ha dedicado á su estudio.—Esta ciencia, reputada por sagrada entre los Chinos, fue tan venerada desde la mas remota antigüedad, que sus primeros sabios, los inventores de los instrumentos aratorios, merecieron los honores divinos; y esta especie de culto que les rindió la razon universal, se ha conversado entre las naciones ilustradas de los siglos modernos. Entre ellas la agricultura es el objeto de la mas viva solicitud de los sabios y de los gobernantes: ella ha sido enriquecida por el jénio de las ciencias, celebrada por los poetas, analizada por los filósofos, considerada por los publicistas, y explicada por los economistas, por el influjo que ejerce en la prosperidad de los pueblos, ensanchando la esfera de sus goces por medio de un trabajo útil, dirijido por la libertad, aprobado por la razon y sostenido por la virtud. Asi pues, la libertad, la razon y la virtud entran en los elementos de la agricultura, y basta esta consideracion para dar á conocer su importancia en las sociedades modernas. “Penerados de estas verdades y convencidos de que la falta de brazos y el atraso de nuestra agricultura concurren poderosamente á tenernos sumidos en la miseria, será un acto mui plausible de patriotismo el buscar los medios de atajar tamaño mal, y de remover los obstáculos que impiden hoi la prosperidad de los campos. Este es el proyecto que os vengo á proponer, y el que espero recibiréis con el agrado que siempre os causa toda nueva idea, que tiende al fomento y progresos del pais.

“Se trata, pues, de ranimar nuestra decadente agricutura, y de darle brazos fuertes y vigorosos dirijidos por la intelijencia y la práctica en el cultivo de las tierras. ¿De dónde los sacarémos con las mayores ventajas posibles?—La experiencia nos indica la Alemania como el pais mas adecuado para conseguir colonos capaces de transformar tristes desiertos en risueñas campiñas, como las que se admiran en Fredericktown y demas pueblos de Pensilvania, en donde tanto florecen las colonias. Un célebre Americano, el ilustre Olavide, puso en planta el proyecto de ir á buscar á orillas del Rhin y del Elba labradores para poblar las fragosas montañas de Sierra Morena, y convertirlas de cuevas de ladrones en campos amenos y en aldeas hermosas y bien arregladas. EL carácter paciente, honrado y bondadoso del labrador alemán se adapta á toda clase de temperamentos y climas, como lo comprueba la numerosa colonia de Alemanes que existe en las inmediaciones del Rio Janeiro. Los alemanes, tan frios en su apariencia, como ardientes en su entusiasmo de honor, se empeñan en todas partes en cumplir exactamente con sus obligaciones, y en dar repetidas pruebas de que el constante trabajo unido á la intelijencia todo lo vence, y que el terreno mas ingrato y rebelde, cediendo al industrioso afán del cultuvador, le rinde al fin, el fruto de su forzada fecundidad. De Alemania, de esa cuna del sistema representativo, de esa tierra de honradez, de razon y de buena pasta humanal, si me es permitido expresarme asi, sacarémos los nuevos trabajadores, que han de reanimar la vida de nuestros campos y crear nuevas riquezas en el pais.

“La ocasión nos es mui favorable. El Sr. Enrique Adam, capitan de la barca hamburguesa “Josefina” se compromete á traernos 300 jornaleros alemanes, bajo las condiciones que despues se leerán. “El jornal que ganará entre nosotros cada labrador, será de 4 reales diarios, inclusa la comida, ó bien de 3 reales de jornal y un real de comida, y deberá trabajar 300 dias al año. Él se dedicará al cultivo del café, algodón, tabaco; á la introduccion de nuevas verduras, frutas y vejetales; á la cria de ganados, al engorde de toda especie de aves. El cultivo del café, del algodón y del trabaco debe ser preferido á todo trabajo. Por cartas que hemos recibido últimamente de Europa, sabemos que el algodón y el café de esta provincia tienen buena estimacion en aquellos mercados, en donde pueden siempre expenderse con ventaja.

“La introduccion de 300 Alemanes va á producir en nuestros campos, no una revolucion de sangre y rapiña, como las que hemos visto hasta aquí, sino una grata mudanza de contento y comodidad, una feliz transicion de la miseria á la prosperidad. Las ventajas que vamos á reportar son de mucha consideración; y, prescindiendo de las políticas y morales, que están al alcance de todos, me ceñiré á manifestar las pecuniarias que debemos esperar de este nuevo refuerzo de 300 brazos, fuertes, robustos y constantemente aplicados al trabajo.

“Sabido es en las Antillas, en la isla de Borbon, en Moka y demas puntos en donde se cultiva el café, que 30 hombres bastan para plantar, rozar, cuidar y cosechar cien mil matas de café: trescientos Alemanes, pues, podrán cultivar 900.000 árboles al año. Está igualmente demostrado que cada planta de café produce al año de 4 á 10 libras, y tomando 6 libras por mata, que es un término casi medio, resultará que cien mil árboles producen 6.000 quintales al año, y los 900.000 producirán 54.000 quintales de café, que vendidos al precio de 8 pesos en la plaza, darán una suma de 432.000 pesos. “Al mismo tiempo que los Alemanes cultivan el café, atienden al algodon y al tabaco; y según un cómputo aproximado puede calcularse que cosecharán 20.000 quintales de algodon, que, desmotado y pronto á embarcarse, puede venderse á 10 pesos quintal, dando por resultado una suma de 200.000 pesos.

“La cosecha de tabaco puede dar 12.000 quintales, que, vendidos al precio de 12 pesos, rendirán la cantidad de 144.000 pesos. “Reunidos los productos de estos tres ramos de segura exportacion, se obtendrá la suma de 776.000 pesos, y poniéndonos en una escala mas baja, la de medio millon de pesos. “La creacion de este capital, por medio de nuevas exportaciones, es el gran beneficio que sacará la agricultura del Guayas de este proyecto de colonizacion alemana, teniendo la ventaja de dejar para el cultivo del cacao los mismos brazos que hoy se dedican á este trabajo. “Siendo despues fácil renovar todos los años la importacion de labradores alemanes, la ejecucion de este utilísimo proyecto nos abre una nueva perspectiva de prosperidad, cuya progresion ascendente podemos calcular por lo que ha sucedido en la Isla de Cuba. “En el año de 1804 la Isla de Cuba era tan pobre, que necesitaba del situado de Méjico para mantener las tropas que la guarnecian. La revolucion de Santo Domingo arrojó á sus playas un crecido número de emigrados franceses, que introdujeron el cultivo del café, que perfeccionaron el del azúcar, y dieron nuevo impulso á todos los ramos de su agricultura: esta atrajo el comercio de la Europa; y en menos de veinte años, la Isla, que antes producia mui poco, se convirtió en una mina agrícola mas rica, mas productiva y constante que todas las minas juntas de Méjico; logrando aquellos isleños arrancar anualmente de las entrañas de la tierra mas de 24 millones de pesos. En los años de 26, 27 y 28, segun refiere el Sr. Torrente, la aduana de la Habana producia mas de tres millones de pesos, y toda la Isla mantenía una guarnicion de 16 á 20.000 hombres, bien pagados, bien vestidos y racionados. La escuadra que sostenia para la defensa de sus costas, se componia de 17 buques de guerra, entre nacios de 74, fragatas de 50, y bergantines de 22, ascendiendo el número total de cañones á 530.—Este es uno de los grandes prodijios que pueden citarse de la feliz union de la agricultura con el comercio, y se ha realizado bajo el sistema colonial de la España, solo á la sombra de la vivífica proteccion del comercio libre: lo que prueba que la libertad de comercio, apoyada en un buen sistema rural, ejerce tan májico influjo en los pueblos, que los pueden hacer prosperar, á pesar de las trabas que encuentran en el despotismo político de sus instituciones.

“Y nosotros, republicanos independientes y libres, colocados en medio de una naturaleza aun mas privilejiada que la de la Isla de Cuba, ¿qué nombre mereceremos, si en algunos años no conseguimos resultados algo parecidos á los que acabo de referir? ¿Á qué deben los Estados Unidos del Norte América su admirable grandeza, sino á sus libertades públicas, que tanto protejen la inmigracion el comercio, la agricultura, la industria y la venta de tierras baldías? Imitemos tan buen ejemplo, y por patriotismo demos principio á este nuevo proyecto de colonizacion, que es tan ventajoso al interes público como al individual. Nada se aventura en un ensayo, repetido en tantas ocasiones, en tan diversos climas, y siempre con buen éxito. Nuestra nueva situacion política exije que abramos nuevos canales de riqueza pública; y los mas seguros son los que proporcionan poblacion, industria y propiedad.—Venezuela, que lleva en el dia la vanguardia de la civilizacion americana, se penetró de esta verdad, y su ilustrado Gobierno se ocupó del importante negocio de sacar de las islas de Canarias activos trabajadores para labrar sus tierras, ofreciendo 30 pesos por la introduccion de cada uno de ellos. Desde entonces se ha reanimado su agricultura, y ha prosperado al punto de haber hecho olvidar los estragos de la guerra. “La libertad, llenando de vida y de variados frutos nuestros fértiles campos, empieza á hacernos saborear las delicias de la Independencia,” escribe de Coro un padre anciano á un hijo que tiene en nuestra filas con el grado de primer comandante. El estado de penuria en que se halla nuestro tesoro no permite por ahora á nuestro liberal Gobierno hacer, como en Carácas, esa clase de erogaciones: por lo tanto, será mas meritorio en nosotros hacer este primer ensayo individual, y sobre los datos que nos subministre, poner al Ejecutivo en aptitud de realizar en escala mayor este benéfico plan de colonias agrícolas. Animados del noble entusiasmo de adelantar la riqueza de nuestro territorio, busquemos con la brújula del patriotismo el puerto de Hamburgo; saquemos del norte de Alemania, no conquistadores, como los que invadieron el Sur de la Europa, sino activos ajentes de empresas agrícolas; entre las olas del Atlántico allanemos el paso á estos nuevos pobladores de los bosques equinocciales, á estos vigorosos gastadores de la Honrosa Lejion del trabajo, que vienen, con sus hachas afiladas, no para abrir trincheras, ni preparar campos de mortandad y de victoria, sino para derribar árboles, descuajar tierras, contener ríos, y llenar de vida y placer los desiertos que nos rodean, y que solo piden brazos, para colmarnos de abundancia y de riquezas. Que vengan cuanto antes, pues en ellos libramos nuéstras esperanzas de ventura pública, fundada en el trabajo, en la moral, en la industria y en la prosperidad agraria.”

Despues que el Sr. Gobernador concluyó su alocucion, se leyó el Proyecto de contrata que debia celebrarse entre los subscriptores y el Capitan, en caso de completarse el número de los individuos que dicho Capitan se obligaba á conducir, habiendo fijado por mínimum el de ciento cincuenta hombres labradores. El Proyecto es como sigue:— “Enrique Adam, Capitan de la Barca Josefina, se obliga á conducir á esta ciudad, en todo el año venidero de 1841, ciento cincuenta Alemanes, jóvenes de 18 a 36 años, sanos, robustos, industriosos, de buenas costumbres, y que no hayan estado en las cárceles por delitos graves. “Los vecinos subscriptores se obligan á pagar á dicho Capitan cien pesos por el pasaje de cada uno de los labradores que reciban con las condiciones ya espresadas. “Se obligan ademas á poner en Lóndres, en el mes de Octubre de este año, 3750 pesos á buena cuenta del total de los fletes, para que sean entregados á dicho Capitan, prévia su fianza, á satisfaccion del consignatario, para responder de dicha cantidad, en caso de faltar el Capitan por algun accidente al cumplimiento de su obligacion. “Se obligan por último á entregarle 11.250 pesos, resto de los fletes, en el acto de recibir los labradores bajo las condiciones espresadas. “Los vecinos subscriptores se obligan, con respecto á los labradores, á pagarles tres reales diarios, subsministrándoles los alimentos,ó cuatro reales diarios sin ellos, y á prestarles, por cuenta de su trabajo, todos los recursos necesarios para ocurrir á sus enfermedades y demas necesidades de la vida. “Los labradores, en el hecho de engancharse con el Capitan, é instruidos de los compromisos que por la presente contraen los vecinos de Guayaquil, se obligarán á trabajar en labores agrícolas diez horas en cada dia de los no feriados en este pais, y por el término de cuatro años, y á descontar por cuartas partes en cada uno de ellos el importe del flete que por su pasaje se haya pagado al Capitan.”

Terminada esta lectura, se puso en discusion el plan indicado por el Señor Gobernador y el Proyecto de contrata, y despues de haberse emitido diferentes opiniones sobre ambos particulares, se acordó que cada uno de los concurrentes podia subscribirse por el número de labradores que quisiese, y que respecto á ser este proyecto de tanta conveniencia pública, como particular, seria mui oportuno se le diese publicidad por la prensa, con el intento de que, llegando á noticia de todos los vecinos del Ecuador, puedan subscribirse para tomar los agricultores que necesiten, en la intelijencia que el máximun que ha designado el Capitan, que se obliga á conducirlos, es el de trescientos; y que se admitirán las subscripciones hasta dicho número en la Secretaria de la Gobernacion, á donde deberán dirijirse por sí, ó por apoderados dentro del término de treinta dias, que es el que puede permanecer dicho Capitan en esta capital.

Á consecuencia del citado acuerdo los individuos presentes se subscribieron por el número de trabajadores que tuvieron á bien, cuyo número asciende á ciento; pero no habiéndose completado, que es el de ciento cincuenta, se suspendió todo procedimiento ulterior, hasta cubir el déficit, para lo que, y en virtud de lo acordado por la reunion, se dará publicidad á estos documentos. Con lo que se concluyó este acto.

Bibliografía[editar]

  • La Balanza de Guayaquil, Abril 11 de 1840. No 28. Tom 1º. Págs. 1-4.