al tercero por la mañana vieron venir una numerosa compañía de indios, los varones embijados, desnudos, con solo un caracol por delante, con penachos de plumas en las cabezas y lanzas en las manos: las mugeres pintadas de colorado, con un pañete por delante y girnaldas de flores en las cabezas; y á lo último de aquella comitiva venia un venerable anciano, con el pelo largo y blanco: este hizo un profundo acatamiento á los Padres y les dijo en lengua que pudieron percibir: que fuesen muy bien venidos: que cómo habían tardado tanto á riesgo que él se hubiera muerto? que los estaban esperando por horas con muchos deseos de servirles: que no los culpasen de no haber venido antes á saludarlos: que la causa habia sido entender que vendrian por tierra y que para esto tenían puestas atalayas en las cimas de los montes. Atónitos quedaron los Religiosos con tan no esperado razonamiento y preguntándole al buen viejo quien le habia dado noticia de su venida? Respondió que estando un dia en sus labores y siembras se le apareció un niño blanco y tan hermoso, que no habia visto otro como él, y mirándolo con cariñoso aspecto le dijo: Sábete que no has de morir hasta que seas cristiano: aquí han de venir unos hombres blancos, con la ropa hasta los pies, del color de esta tierra: en llegando dales acogida y no permitas les hagan enojo, porque son Ministros de Dios, quien te hace esta señalada merced, porque tú has hecho bien y sustentado á los que no tienen sustento. (Es de advertir, que este venerable anciano, aun en su gentilidad, se ocupaba en obras de misericordia, sembraba maiz para socorrer á los necesitados, componia las discordias y hacia otros buenos oficios con sus semejantes). Lleno de gozo al oír estas razones el P. Comisario procuró consolar al viejo, prometiéndole hacer con él todos los oficios de padre y de pastor. Inmediatamente trataron los indios de hacer alojamiento para los Religiosos, junto á un rio llamado Xarúa y al dia siguiente se hizo una iglesia muy capaz y se pusieron cruces en los caminos y otros lugares. Comenzaron los Padres á instruir y catequizar á sus clientulos y habiendo bautizado al viejo y toda su familia, siguieron muchos indios su ejemplo, asi por el amor y ve-