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se le dieron para el efecto 60 infantes y 500 indios amigos de los ejercitados y esperimentados en la guerra. Era el motivo del Cabildo, que no se quedase aquella cordillera ocupada de numerosos pueblos sin reducir; y que estos indios indómitos y fieros inquietaban y movían á los del Quiché, ya conquistados. Había ya mas de seis meses que trabajaba Gaspar Arias en esta espedicion, en cuyo tiempo, no obstante lo proceloso del invierno, tenia ya dominados algunos pueblos entonces bien numerosos y apreciables por su abundante territorio: hallábase Gaspar Arias sobre los muros de Uspantán,por el mes de Setiembre de 1529, cuando tuvo noticia que el Visitador Orduña lo habia depuesto del oficio de Alcalde, nombrando otro en su lugar: (lib. cit. fol 109) inquieto con este aviso Gaspar Arias, que siempre fué muy zeloso de su honor y reputación, sustituyó sus comisiones en Pedro de Olmos, que le pareció apropósito para facción de tanto peso, y entregándole las instrucciones y poderes correspondientes, partió para Guatemala á defender su justicia. ¡Cuanto mejor le fuera abandonarla, para no recibir aquí una afrenta y allá dejar perder lo ya adquirido!

Pedro de Olmos, ó muy resuelto, ó inadvertido, contra el sentir de los otros Cabos mas expertos, quiso dar un asalto al pueblo de Uspantán, que bien atrincherado, y guarnecida su albarrada, tenía á mas de esto una emboscada de 2,000 hombres, los que al tiempo de acometer los nuestros á la trinchera, los cortaron por la retaguarda, con grande asolación de nuestros indios amigos, y no poco daño de los Españoles, que salieron muchos heridos de esta pelea, entre ellos el Capitán Olmos. Pero lo mas doloroso de este infortunio fué, que quedando muchos indios prisioneros del enemigo, fueron sacrificados al ídolo Esbalanquen, sacándoles los corazones vivos para ofrecerlos al demonio. Con esto aterrados nuestros indios desampararon el campo y tomaron la vuelta para Guatemala: y aunque el Teniente de Gobernador del partido del Quiché, Juan de León Cardona, salió al paso y los detuvo; mas esta diligencia no pudo importar á nuestras gentes, cuando ya cargados de fardaje y de los pocos víveres que tenian, abrien-