132 POLÍTICA DOMÉSTICA
sin experiencia en una vía de ilusiones y de peli- grosa libertad, la joven esposa encuentra á cada paso pérfidas asechanzas y funestas sugestiones: la simpatía de unas personas, la maldad de otras y la envidia de las más parecen entenderse y coligarse- contra ella. Supongamos que su carácter, su inte- ligencia y las buenas enseñanzas que haya recibido le den fuerzas para evitar consecuencias fáciles de prever, y que no labre la ruina de su casa con las locas prodigalidades del lujo y la vanidad; pero: ¿tendrá el mismo imperio sobre los impulsos y necesidades de su corazón? Antes el amor de la familia con sus puros y suaves reflejos había dado suficiente luz áesa alma candorosa; ahora un vago delirio se apodera de ella, revelándole un sentimien- to indefinible, y en su crédula inexperiencia quiere armonizarlo con la estimación que ya profesa á tan generoso marido; pero luego reconoce que sólo un amor filial es capaz de ofrecerse en pago de atención y solicitud verdaderamente paternales. Entonces una lucha terrible y constante se produce en esa joven desgraciada.
La religión, la virtud y la conciencia comprimen,. en lo más recóndito de tan atormentado corazón, un sentimiento que no puede ceder desde luego; una tristeza profunda, cuya verdadera causa nadie: puede sospechar, ni aun viendo á quien la experi-
