200 POLÍTICA DOMÉSTICA
conforme con sus nuevos gustos; ya viste librea y recorre sucesivamente todos los grados de su oficio, sin mostrar verdadera adhesión á sus amos. A cada ascenso que sele concede, su moralidad des- ciende; y en medio de abusos de todo género y de frecuentes veladas, su corrupción avanza, su salud se quebranta y su incapacidad para el servi cio se manifiesta: el amo que lo tomó ayer como cosa de uso, lo echa hoy como cosa inútil. ¡Un hospital es el asilo del sirviente caido en su ca- rrera de imprevisión, sin haber hecho ahorro al- guno; y allí recibe los últimos socorros de la caridad pública, y revela su pesar por haber aban- donado la vía del orden, de la economía y de la estimación, para seguir la escabrosa senda de la corrupción, del desprecio y de la miseria!
Contemplemos, por último, á esa joven hija de una honrada familia artesana. Acaba de dejarla tutela de su madre, para trabajar en un oficio poco lucrativo, pero lo bastante para la satisfacción de razonables deseos y de necesidades poco costosas. Desde "que llega á ser oficiala, suele reunirse con mujeres en situación semejante, pero con más me-
