342 POLÍTICA DOMÉSTICA
miento del carácter.—Una persona cuya inteligen- cia sólo se ha ocupado en lo que le concierne, está harto dispuesta á no considerar otra cosa: usted sabe hasta qué punto es dificil hacer comprender á la gente vulgar lo que á sus intereses no atañe—difi- cultad que se agrava tanto más, cuanto mayor es la ignorancia. —Aprendiendo á ejercitar nuestro jui- cio sobre objetos de interés general, adquirimos el hábito de considerar las cosas en sí mismas, y no ex- clusivamente con relación á nuestra personalidad. La instrucción nos preserva generalmente de la pequeñez de espíritu, que da gran importancia á cosas de poca monta; nos enseña á juzgar imparcial- mente por medio de la comparación, y cuanto más ensancha la esfera de nuestros pensamientos, menos disposición tenemos para considerar como gran cosa lo que nos toca.
Sin adquirir gran instrucción, Mariquita puede llegar á tener, por medio de la lectura, conoci- mientos y hábitos que le aumenten bastante la acti- vidad de su inteligencia y la elevación de su carác- ter. La afición á los libros la preservará del vacío y languidez del alma, que tanto peligro ofrecen á la juventud: vale mucho encontrar fuera de nosotras un interés inocente á que recurrir en los momentos en que sentimos penosamente el peso de la existen- cia, y en que podríamos lanzarnos, con demasiada
