POLÍTICA DOMÉSTICA 75
«Después de la Divinidad»—dice Platón—«es me- nester honrar ante todo á los autores de nuestros dias; ésta es la primera, la más grande, la más in- dispensable de todas las deudas . . .
«Debemos persuadirnos de que cuanto poseemos pertenece á aquellos de quienes hemos recibido el nacimiento 'y la educación, y que debemos consagrar, sin reserva, á su servicio, los bienes de fortuna, los del cuerpo, y en fin, los del alma, devolviéndoles así con largueza los cuidados y trabajos que nuestra in- fancia les costó, y redoblando nuestras atenciones á medida que las reclamen las necesidades de su edad ...»
Tratemos constantemente con respeto religioso á nuestros padres; cedamos á su enojo; dejemos libre curso á su resentimiento, sea que lo muestren por palabras ó por acciones; y consideremos que el pa- dre que se cree ofendido por su hijo, tiene derecho á irritarse contra éste.
Empero por dulce y bello que sea el lenguaje de Platón, hay un lenguaje más dulce y bello aún: el de la Sagrada Escritura.
«Honra á tu padre y á tu madre, como el Señor te