Quejas de doña Lambra
Apariencia
Yo me estaba en Barbadillo, en esa mi heredad; mal me quieren en Castilla los que me habían de guardar; los hijos de doña Sancha mal amenazado me han, que me cortarían las faldas por vergonzoso lugar, y cebarían sus halcones dentro de mi palomar, y me forzarían mis damas casadas y por casar; matáronme un cocinero sofaldas de mi brial. Si de esto no me vengáis, yo mora me iré a tornar. Allí habló don Rodrigo (bien oiréis lo que dirá): —Callades, la mi señora, vos no digades atal; de los infantes de Salas yo vos pienso de vengar; telilla les tengo urdida bien se la cuido tramar, que nacidos y por nacer, de ello tengan que contar.