Reflexiones o sentencias: 39
§ 381. El extremo placer que tenemos en hablar de nosotros mismos, nos debe hacer temer que no le daremos á los que nos escuchan.
§ 382. Lo que de ordinario nos impide descubrir el fondo de nuestro corazon á nuestros amigos, no tanto es la desconfianza que tenemos de ellos, como la que tenemos de nosotros mismos.
§ 383. Los débiles no pueden ser sinceros.
§ 384. No es una grande desgracia obligar á los ingratos; pero lo es insoportable el estar obligado á un picaro.
§ 385. Remedios hay para curar la locura, pero no los hay para curar un espíritu revoltoso.
§ 386. No conservariamos por mucho tiempo los sentimientos que debemos tener de nuestros amigos y bienhechores, si nos tomasemos la libertad de hablar á menudo de sus defectos.
§ 387. Loar á los príncipes de las virtudes que no tienen, es injuriarlos impunemente.
§ 388. Mas cerca estamos de amar á los que nos aborrecen, que á los que nos aman mas de lo que quisieramos.
§ 389. Solo los despreciables son los que temen ser despreciados.
§ 390. No está menos á merced de la fortuna nuestra sabiduría, que nuestros bienes.