Releyendo tus páginas
Apariencia
RELEYENDO TUS PAGINAS
P
or salvar de la seca a tres rosales,aunque estaba cansada y era noche,
olvidéme un instante de mis males
y “agua —dije— he de darles a derroche”.
Y busqué los rosales. Busqué en vano:
del cantero, esa vez, todas las plantas
parecieron rosales a mi mano;
¡y las plantas regadas fueron tantas!
En tallos que jamás dieron espinas
tocó mi mano espinas enconosas
y mi mano halló rosas peregrinas
en ramas donde nadie verá rosas.
Si alguien mi confusión adivinara
tal vez, creyéndome a1 dolor ajena,
ebria de poesía me juzgara.
Tú lo sabes: yo estaba ebria de pena...