Respuesta de Obregón y Villa a Carranza (1914-09-21)

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Sr. D. Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista.

México, D.F.

Tenemos el honor de referirnos a la atenta nota que se sirvió usted dirigirnos como contestación a nuestro memorándum.

A fin de que la presente sea la expresión del sentir general de la División del Norte y para poder estudiar el asunto con toda la atención que su importancia requiere, han sido consultados los señores Generales de dicha División y se les han sometido, tanto la Convocatoria que se sirvió usted hacer para la Junta que debe tener lugar en México el 1° de octubre próximo, como la nota a que al principio nos referimos.

El sentir general de esta División, debemos decirlo con franqueza, es contraria a la celebración de esa Junta, no sólo porque ésta no fue prevista en el Plan de Guadalupe que en un principio sirvió de única bandera a la Revolución, sino porque las bases para la constitución de dicha Junta se consideran poco democráticas; pues que los senores Generales y gobernadores convocados no llevan la representación de sus tropas, sino que su nombramiento procede de una sola y misma persona.

En verdad que en el pacto de Torreón la División del Norte propuso la celebración de una Convención y podría ahora tachársenos de inconsecuentes a la celebración de la Junta por usted convocada; pero hay que advertir que aquella Convención se propuso sobre bases más democráticas y con un objeto de zanjar dificultades que por fortuna en la actualidad ya no existen.

Al no estar prevista en el Plan de Guadalupe la celebración de esa Junta, se falta, en nuestro humilde concepto, a lo que en el mismo Plan se propone de un modo inmediato; es decir, la reorganización del Gobierno Constitucional; y al no especificarse de antemano en la Convocatoria la clase de reformas que habrán de acordarse, se corre el riesgo de que la cuestión agraria, que, puede decirse, ha sido el alma de la Revolución, sea postergada y hasta excluida por la resolución de otras cuestiones de menor importancia.

Consideramos, por otra parte, que el estado de desorden, de debilitamiento económico y financiero a que ha llegado nuestro país por virtud de una guerra prolongada, exigen, imperiosamente, antes que todo, el restablecimiento en el interior y en el exterior, del crédito nacional, y esto sólo podrá conseguirse mediante la constitución de un Gobierno que tenga por origen la voluntad popular y no un movimiento revolucionario.

Hemos ofrecido al pueblo de un modo explícito el inmediato restablecimiento del orden constitucional y no la continuación del actual estado de incertidumbre, que sin duda seguirá si se establece un interinato largo, que, como todos los interinatos, carecerá de la fuerza que tiene un Gobierno electo popularmente.

No debe ocultársenos que la invitación a la Junta, por no precisar programas ni indicar las cuestiones que serán tratadas, ha producido en el país gran alarma que es necesario hacer cesar, y esto sólo se conseguirá haciendo público que los objetos primordiales de ella son la inmediata convocatoria a elecciones de Poderes Federales y la implantación de la Reforma Agraria.

Desde el punto de vista de la conveniencia política, es también de capital importancia que las elecciones se lleven a efecto cuanto antes para evitar que el elemento reaccionario, en la actualidad desorganizado, pueda oponer obstrucciones al nuevo Gobierno, como vimos desgraciadamente en la época del señor Madero.

Por otra parte, como es nuestra convicción de que para que haya paz orgánica no sólo es condición indispensable el establecimiento de un Gobierno Popular, sino que también lo es la repartición de las tierras, no podremos asistir a la Junta por usted convocada sin tener previamente la seguridad de que en su seno será resuelta esa cuestión en un sentido prácticamente favorable para las clases populares.

En tal virtud, aunque somos opuestos a la idea de la Junta, tal como va a funcionar y por las razones asentadas, sin embargo, como un testimonio de subordinación y de respetuosa consideración al Primer Jefe del movimiento constitucionalista, iremos a ella; pero en la inteligencia de que, en primer término, se resolverá el refrendo a dicho Primer Jefe del cargo de Presidente Interino de la República; en segundo, la inmediata convocación a elecciones generales, y en tercero, la aprobación de medidas cuyo resultado sea el reparto de tierras, a reserva de ser sancionado por el próximo Congreso General.

Es nuestro deber manifestar a. usted que fuera de las cuestiones apuntadas, la División del Norte no se podrá considerar obligada por ningún otro acuerdo que se tome en la Junta.

Protestamos que al obrar así sólo buscamos honradamente dar satisfacción a los ideales de la Revolución y, con ello, una paz firme y duradera a nuestra República.

Sírvase usted aceptar las muestras de nuestra consideración muy distinguida.

Constitución y Reformas.

Chihuahua, septiembre 21 de 1914.

Creo que la resolución favorable de los tres puntos indicados consolidarán la paz y salvarán los intereses nacionales.

General Alvaro Obregón. Rúbrica. General Francisco Villa. Rúbrica