Revista de España: Boletín 06

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Revista de España
Tomo II, Número 6: Boletín bibliográfico
Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO.




LIBROS ESPAÑOLES.


Estudios sobre la filosofía de Santo Tomás, por el M. R. P. Fray Ceferino González, del Sagrado Orden de Predicadores, Catedrático de Sagrada Teología en la Real y Pontificia Universidad de Manila. Manila, 1864. Tres tomos en 4.° con XXXVIII-1837 páginas.

La circustancia de no haber empezado á circular en Europa hasta fecha bastante reciente, su mérito no común, su notable significación en el presente momento histórico de la ciencia española y el interés que de algún tiempo á esta parte inspiran entre nosotros las especulaciones filosóficas, inaugurando una revolución intelectual de incalculable trascendencia, muévenos á decir algunas palabras acerca de la obra del sabio dominico asturiano, sin perjuicio de que en el fondo de esta Revista se haga de ella la critica amplia y concienzuda que merece.

Grandes eran la postración y el descrédito del escolasticismo, como de todo lo perteneciente á la Edad Media, cuando empezó á correr el siglo XIX. Crímen de leso buen gusto se reputaba á la sazón el estudiarle, cuanto más el formar en las filas de sus profesores. No se veia en él otra cosa que un conjunto de sutilezas pueriles y vanas cavilaciones, indignas de ocupar la atención de las personas ilustradas. Mas luego que Kant y sus sucesores pusieron en boga otra filosofía, si distinta de la escolástica en cuanto al fondo, muy parecida en la forma y en el tecnicismo, y sobre todo, luego que Cousin enarboló la bandera ecléctica, dando singular importancia al estudio histórico de la filosofía, aquella aversión injusta empezó á perder terreno y á trocarse en respetuosa benevolencia. Desde entonces la estimación del escolasticismo ha ido creciendo sucesivamente. Se le estudió primero como monumento histórico de uno de los períodos más fecundos del entendimiento humano; hubo después quienes como Raimes y Rósmini, sin pretender restaurarle en toda su integridad, adoptasen no obstante algunas de sus principales teorías; y por último, han aparecido en distintos puntos de Europa muchos y muy doctos escritores que intentan renovarlo por completo, oponiéndole al racionalismo y al tradicionalismo, como un término medio equidistante de uno y otro. A la cabeza de este movimiento de regreso hacia la filosofía de la Edad Media, vemos á Fredault en Francia, á Trendelenburg y Kleutgen en Alemania, y á Ráulica, Pianciani, Liberatore, Sanseverino y otros muchos en Italia, verdadero foco del neo-escolasticismo, eficazmente promovido por la famosa revista intitulada La Civiltà Cattolica.

España, que fué la última en romper con las tradiciones peripatéticas, ha sido también la última en concurrir á la empresa de restablecerlas. El Padre Cuevas, Ortí y Lara, Tejado y el P. González son los más distinguidos propugnadores que el neo-escolasticismo ha hallado en la Península. Entre ellos sobresale indudablemente el P. González, que bien puede colocarse al nivel de Balmes. Su voluminosa obra, metódica exposición apologética de la filosofía de Santo Tomás, si cede en las dotes del estilo á la de M. Jourdain, premiada por la Academia francesa, la aventaja en claridad y exactitud, revelando un juicio más recto y seguro y un conocimiento más profundo de la materia sobre que ambas versan. Dividida en seis libros, ofrece el primero la Crítica general de la filosofía escolástica, la Ontología, Cosmologia, Psicología, é Ideología de Santo Tomás los cuatro siguientes, y el sexto y último su Moral y Politica. No se limita el P. González á declarar la mente del Santo doctor y á corroborar sus doctrinas sobre los puntos principales de cada una de dichas partes de la Filosofía, sino que, cuando la ocasión se ofrece, pone en parangón con él á los más célebres filósofos antiguos y modernos, cotejando sus respectivas teorías en orden á las más arduas y reñidas cuestiones filosóficas. Descartes, Malebranche, Leibnitz, Genovesi, Kant, Cousin, los tradicionalistas, los frenólogos. Balmes, Rósmini, Maret, la escuela sensualista, la escuela escocesa, etc., etc., dan materia al P. González para muy importantes consideraciones, juzgándolos con el criterio tomista, y tirando á demostrar que cuanto de sólido contienen no es más que un reflejo de la filosofía del doctor Angélico. ¡Lástima que no haya hecho un estudio análogo de la Teodicea de Santo Tomás, comparándola con la de los principales filósofos, y señaladamente con la de otras sectas escolásticas! Mucho celebraríamos que á ello dedicase una obra especial.

Entretanto, aunque no somos escolásticos, no podemos menos de recomendar la lectura de los Estudios á cuantos deseen imponerse á fondo de la filosofía de Santo Tomás en particular y del escolasticismo en general. En dicha obra la encontrarán perfectamente resumida. No es muy elegante el estilo, ni muy castizo el lenguaje; pero se distinguen por claros y naturales, que es lo principal en libros de este género.

Rudimentos de Arqueología Sagrada, por D. José Villa-amil y Castro, académico correspondiente de la Real de la Historia. Lugo, imprenta de Soto Freiré, 1867. Un tomo en 8.° de 280 páginas.

Despertar en nuestro pais la afición á los estudios arqueológicos y contribuir á restablecer el buen gusto en las artes relacionadas con el culto religioso; tal es el fin que el Sr. Villa-amil y Castro se propuso al escribir esta obrita, donde presenta con buen método, claridad y precisión, los principios fundamentales de la Arqueología Sagrada, ocurriendo á una necesidad generalmente sentida y allanando el camino para estudiar y comprender tratados más extensos y costosos que se han publicado en Francia y otras naciones. En la Introducción hace una reseña histórica de dicha materia; clasifica los estilos arquitectónicos, y define los caracteres determinantes de cada uno de ellos. Sobre la arquitectura religiosa versa la primera parte, en que se ocupa de los elementos de construcción, de los materiales y ornatos, y del interior y exterior de las iglesias. En la segunda parte trata del moviliario sagrado, de los varios artes que concurren á elaborarle, y de los diversos objetos que lo constituyen. Un apéndice acerca de la música sagrada, que tan principal papel desempeña en el culto católico, un vocabulario francés-español de algunos términos técnicos de arquitectura, convenientísimo para poder manejar los tratados franceses de arqueología, y dos láminas representativas de los elementos arquitectónicos y de los enseres y muebles de las iglesias, coronan oportunamente el libro del Sr. Villa-amil y Castro. Su utilidad salta á la vista. Se han creado comisiones de monumentos en todas las provincias; se han dado á luz doctos escritos arqueológico-descriptivos acerca de nuestras antigüedades; pero ni aquellas por su mala organización, ni estos por su índole especial, ni unos ni otros, por lo poco difundidos que se hallan los conocimientos arqueológicos elementales, han podido servir, ni servirán gran cosa para evitar las profanaciones artísticas, los crímenes de leso buen gusto que á menudo comete en nuestros templos la ignorancia. Los Rudimentos de Arqueología Sagrada son más á propósito para ejercer una influencia saludable en esta parte. Si, como nos lo hace esperar la circunstancia de estar dedicados al Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo de Santiago, su lectura se generaliza en el clero, que es el más directamente llamado á poner en práctica la doctrina que contienen, pronto irán desapareciendo la manía de pintarrajear las columnas de las iglesias, las restauraciones y construcciones que desdicen del estilo general de los edificios que se realizan, las imágenes y decoraciones grotescas, la música profana y otras irregularidades semejantes, que tanto suelen deslucir, ó la severa majestad de los templos, ó la grave hermosura del culto católico, ó ambas cosas juntamente. En nuestro concepto, para corregir esa perversión del buen gusto, convendría mucho además que en todas las catedrales hubiese un canónigo entendido en arqueología y diplomática, que tuviera á su cargo: 1.º Explicar los Rudimentos de Arqueología Sagrada en el seminario conciliar respectivo. 2.º Cuidar del archivo y biblioteca del Cabildo; y 3.° Velar por la conservación de los monumentos eclesiásticos de la diócesis, y evitar toda infracción de las leyes del buen gusto en la ornamentación de los templos, en el moviliario sagrado, en la música religiosa, etc., etc. Este canónigo podria ser el que hoy se llama chantre, exigiéndose para obtener tal plaza haber cursado todas las asignaturas que comprende la Escuela superior de diplomática. Quizá entonces volviese á haber en el seno de nuestra clerecía antiquarios como Buriel, Pérez Bayer, Florez, Villanueva, etc., etc., que ilustrasen la ciencia y la historia con honra y provecho de la Iglesia y del Estado, realizando por completo la mira que ha guiado al Sr. Villa-amil y Castro en la composición de sus Rudimentos de Arqueología Sagrada. No hacemos más que indicar la idea; ahora ventílenla los periódicos y corporaciones consagrados á fomentar la religión ó enaltecer las artes.

Historia de Galicia, por Manuel Murguía. Tomo I. Lugo. Soto Freire, editor, 1865.— En 4.°, XXVI-599 páginas.

Hace unos cinco ó seis años se celebró en Santiago, bajo los auspicios de la Sociedad económica de Amigos del País de aquella ilustre ciudad, un Congreso agrícola, donde reunidos gran número de gallegos amantes de la prosperidad pública, discutieron con amplitud y elevación de miras las más trascendentales cuestiones relativas al pasado, presente y porvenir de la propiedad territorial y su cultivo en las cuatro provincias hermanas, dando relevantes pruebas de ilustración, á la vez que de patriotismo. No fué de las menos señaladas el unánime acuerdo de recomendar eficazmente á las Diputaciones provinciales que pensionasen al Sr. Murguía para escribir la Historia de Galicia, cuya falta era generalmente sentida. El carácter tradicional que siempre ha tenido la agricultura y la necesidad de conocer lo que esta fué y las causas que han influido en su actual constitución para determinar lo que debe ser en Galicia, bastarán á poner de manifiesto que semejante acuerdo no desdecía de un congreso como aquel, cuanto menos de una reunión de gallegos instruidos y patriotas.

Ignoramos si las Diputaciones han dado oidos á tan loable excitación. El Sr. Murguía ha procurado corresponder á la honrosa confianza que su probado talento, instrucción y laboriosidad inspiraban á sus más distinguidos paisanos. De ello es claro testimonio el primer tomo de la Historia de Galicia que tenemos á la vista, patente muestra también de los adelantos del arte tipográfico en aquel país, y más aun del generoso arrojo del editor Sr. Soto Freire, que en una capital de cuarto ó quinto órden, y en medio de la crisis que España está atravesando de algunos años á esta parte, ha emprendido publicación tan difícil, costosa y arriesgada, sin desanimarse por el mal éxito de otras publicaciones análogas anteriormente acometidas.

Desde el Prólogo, en que da noticia razonada de las principales obras históricas referentes á Galicia, antes de ahora escritas, anticuadas unas como las de Huerta y Gándara, incompletas otras como las de Verea y Aguiar y Padin, que se quedaron en los principios, y expone el estado actual de los estudios históricos y el método que ha seguido en la composición de su libro y el fin á que aspira, se conoce ya que el Sr. Murguía no es un historiador vulgar, sino que está á la altura de su asunto y comprende las exigencias de la época, y tiene fuerzas para seguir dignamente las huellas de Thierry y de Herculano; pero donde más gallarda muestra ofrece de sus superiores dotes es en el Discurso preliminar que sigue á dicho Prólogo, ocupando 189 páginas, y que puede considerarse como una verdadera filosofía de la Historia de Galicia, no menos notable por la elevación de miras y copia de conocimientos que arguye, que por la acertada disposición del plan y por la belleza del estilo, grave sin monotonía, galano y pintoresco sin degenerar en un relumbrante é inoportuno lirismo.

Las mismas buenas prendas descubrimos en los dos capítulos de Consideraciones generales que el Sr. Murguía ha creído, y con razón, conveniente anteponer al cuerpo de su obra, presentando un cuadro completo y animado de la etnografía, filología y geografía de Galicia, juntamente con su descripcion geológica, mineralógica, botánica y zoológica, debida á la pluma del aventajado naturalista Sr. López Seoane. Al examinar las razas, costumbres, tradiciones, dialecto, música y poesía populares de su país natal, muéstrase el Sr. Murguía justo apreciador de la importancia de estos elementos de la vida y civilización de los pueblos, comparándolos con los de otras naciones, para determinar sus orígenes y afinidades, guiado por los adelantos que tales estudios han hecho fuera de España en nuestros dias.

Preparados los lectores con el resumen filosófico de la historia de Galicia contenido en el Discurso preliminar, y con la tan erudita como amena pintura de la constitución moral, intelectual y física de aquel pueblo, que hallamos en las Consideraciones generales, tienen ya cuantas nociones previas necesitan para comprender el espíritu y designios que rigen la pluma del historiador y seguirle sin esfuerzo en su narración á través de los siglos. Versa esta en el primer libro de la obra (último del presente volumen) sóbre los primitivos pobladores de Galicia, el establecimiento de los celtas de la primera rama ó Gaels, la irrupción Kimrica, las expediciones de los celtas gallegos, sus costumbres, trajes, armas, idiomas, navegación y monedas, y termina con un interesantísimo estudio acerca de los monumentos célticos que á cada paso se encuentran en Galicia. Aunque á Verea y Aguiar le cabe la honra de haber sido el primer escritor gallego que hablase con alguna extensión y criterio de los celtas, devolviendo á su patria glorias hasta entonces desconocidas, no se ha de negar que el Sr. Murguía presenta en esta parte mucha novedad, combinando los resultados de sus propias observaciones etnográficas, filológicas y arqueológicas con las copiosas luces que le suministran los sabios celtistas ingleses, fanceses y alemanes, de donde saca muy ingeniosas y verosímiles conjeturas que abren ancho campo á la investigación y á la crítica.

Entre las Ilustraciones con que termina este tomo, llaman nuestra atención principalmente la primera, donde hallamos una buena colección de refranes gallegos, y la segunda, que contiene algunos lindos romances populares de la misma comarca, sin que por esto desconozcamos la importancia de las cuatro restantes con relación á la industria geografía y numismática antiguas de Galicia. Son asimismo muy recomendables las láminas que lo acompañan, representando monumentos, vistas y trajes gallegos, y particularmente las que nos ofrecen algunos cantos y aires reducidos á la notación musical.

Cuando el Sr. Murguía haya dado remate á su obra, será la ocasión de juzgarla en sus condiciones internas y discutir su espíritu y doctrinas con la amplitud que requiere y merece. Por ahora solo añadiremos que si en los restantantes tomos se conserva á la misma altura que en el primero, tanto respecto al fondo como ala forma (aunque en esta sean de notar uno que otro galicismo, originados de la lectura de libros franceses á que le obligaba la índole del asunto), bien podrá gloriarse de haber dotado á Galicia de una historia digna de figurar al lado de la de Portugal, por A. Herculano, y de la de Granada, por Lafuente Alcántara. ¡Ojalá todas nuestras provincias históricas tuviesen cronistas tan eruditos y diligentes y de tan elevado criterio como el señor Murguía! ¡Ojalá en todas apareciesen (y de seguro aparecerían si las Academias Española y de la Historia les diesen estímulo, abriendo certámenes sobre tales materias) sujetos entendidos que, conociendo el gran valor histórico y filológico de los dialectos, creencias mitológicas, cuentos vulgares, usos y costumbres de las diferentes comarcas, se dedicasen á estudiarlos (como, aunque sucintamente, lo hace el Sr. Murguia en algunos lugares de su libro), á fin de que, ya que desaparezcan borrados por el movimiento cosmopolita del siglo, se conserven siquiera en la memoria del mundo sabio, y con ellos un no pequeño caudal de luces para averiguar los orígenes y elementos históricos de nuestra nacionalidad y de nuestro lenguaje!

Dos cuadernos. Cuadros sociales y composiciones diversas, por D. Pedro María Barrera. Madrid, imprenta de los Sres. Rojas.

Muy joven es, según hemos oido, el autor de este librito, estimable por más de un motivo. Casi todas las poesías que comprende están animadas de un pensamisnto moral (sin que el poeta se dé aires de predicador ni de misántropo) salpicadas de bellezas y, lo que es más raro en quien cuenta pocos años, escritas con singular sobriedad de figuras retóricas y versos inútiles. Algunas, como la titulada Melancolía, señaladamente en sus últimas estrofas, son sentidas, y lo son, con verdad, sin afectación ninguna. De los defectos del libro no hay que hablar en estos apuntes que no son un juicio crítico: quien lo haga podrá señalarlos, y creemos que el autor sabrá notarlos también y corregirlos en su dia. Laudable es escribir y publicar poesías en España, cuando tan apartada tenemos todos la atención de lo ideal y de lo bello, y más laudable la generosa idea del Sr. Barrera de dedicarlas á otro poeta, no muy dichoso y expatriado.

Gramática alemana, nuevo método teórico y práctico, escrito especialmente para los españoles etc.; dividido en dos tomos y una clave de temas, por Carlos Fernandez de Castroverde. Leipzig, imprenta de F. A. Brokhaus. 1868.

Es libro utilísimo, y, á nuestro ver, la mejor Gramática alemana que hasta ahora se ha publicado en castellano. La parte teórica está tratada con buen orden y suma claridad, mostrando el autor que es un excelente gramático y un buen filólogo, y deteniéndose como debe en el estudio de la sintaxis, de la inversión y períodos alemanes.

El segundo tomo es una Crestomatia ó colección de trozos escogidos, en prosa y verso, de los mejores autores alemanes. Esta colección está hecha con muy buen gusto y tino, "ofreciendo al alumno dificultades progresivas, principiando por los cuentos y fábulas más sencillas, y acabando por el estilo clásico más elevado." Para dar una idea de la riqueza é importancia de la colección, diremos que forma un tomo en 4.º de más de 400 páginas, de edición muy compacta, esmerada y correcta, que contiene fragmentos en prosa y composiciones poéticas enteras de Schiller, Goëthe, Uhland, Platen, Bürger, Rückert, Lessing, ambos Humboldt, ambos Schlegel, Arndt, Müller, Tiedge, Klopstock, y otros autores ménos famosos y conocidos en España.