Revista de la semana del No. 32, 1869
E
l jefe del vecino imperio se ve en calzas prietas al querer pasar de ministros autómatas á ministros responsables, á hombres responsables de sus actos. Bien puede ser que conceda de buen grado y mejor gracia cuanto se susurra que es la sustancia del Senatus-consultum; pero una cosa es querer y otra encontrar los materiales para hacer una máquina parlamentaria, en un pueblo que ya se había olvidado del constitucionalismo. ¿Dónde diablos va á buscar ahora á esos ministros? La mayoría se ha quedado descarnada con la sustracción del numeroso grupo llamado partido tercio .
Esta nueva fracción no es bastante para formar mayoría, n la izquierda lo consentiría por cuanto hay en el mundo; y por remate del miserere no tiene cabeza según se dice, porque Emilio Ollivier, aunque famoso, no ha logrado ganar la entera confianza de todos. Pues en la izquierda no hay que pensar, no siendo otra su mira sino echar abajo la constitución; y libertad por libertad, antes quiere socialismo que imperio liberalizado. Tal es el aspecto que en general presenta el horizonte de la política en la vecina Francia, y no hay que admirarse de que el gran director de la orquesta no se atreva á dar el golpe y ande con pies de plomo antes de marcar compases nuevos.
La noticia de que en nuestra anterior revista nos lucimos cargo referente al colosal proyecto de Mr. de Lesseps, es objeto de admiración, de encomio y de comentarios en la prensa extranjera, llegando á decir un periódico, que si este ingeniero logra aguar el árido desierto del Sahara, nada lo detendrá después en su carrera de trasformaciones, y veremos cómo emprende el calentar el Polo Norte, establecer compañías para proveer á las naciones de lagos, islas, ríos, bosques y todos los fenómenos físicos, á precios arreglados, amen de mudar montañas al menor aviso y establecer agencias en todas las partes desolar sistema. Todo puede ser.
Y ya que de grandes empresas hablamos, no dejaremos de recordar el mensaje del emperador al presidente Grant, luego qué estuvo en juego el cable trasatlántico francés. Cuando se sumergió el primero entre Inglaterra y Norte-América, se mostró el espíritu religioso de los protestantes en el primer telégrama cambiado entre ambos pueblos, que era un testo sagrado.
El que dirige el emperador es eminentemente diplomático y se limita á enviar saludes y deseos de prosperidad. Cada uno trata de lo que mala. La expedición, aunque mas feliz y pronta que las anteriores, porque siempre el ejercicio nace maestros, no dejó de, tener su día de peligro en una tempestad furiosa en que el Gran Oriental se mecía magestuoso sobre las olas y en que un balance violento rompió el cable, haciéndolé escapar con la rapidez, que fue cogido por los trabajadores, preparados con garfios, á pocas pulgadas cerca de la punta, que equivale á coger la ocasión por un cabello. El éxito es no obstante tan satisfactorio, ( que nadie se acuerda de estos sustos ni repara en menudencias que pudieron haber inutilizado tan costosa expedición.,
Entre los acontecimientos que actualmente causan sensación en Francia, figura el proceso de Pie y Taillefer, editores de l'Etendard. Padecían estos del delirio editorial, que consiste en tentar todos los vados y hacer todos los sacrificios imaginables á trueque de disponer de veinte columnas de impresión diarias, con las cuales se figuraban conmover los cimientos del mundo. Para echarlo á la calle estafaron la friolera de 2.800,000 reales, abismo que fue creciendo y cubriéndose con un crimen tras otro hasta que
Llegado el punto ya del rompimiento
que los precisos hados señalaron
fueron á dar con sus cuerpos desde el lujoso gabinete hasta las tristes mansiones del presidio.
En Italia se proyecta solemnizar grandemente la terminación de la colosal empresa del túnel de los Alpes. Turin, que primero y más que otras ciudades, ha de aprovechar de la nueva vía, resuelve celebrar su apertura con una exposición universal, semejante á la de París de 1867, la cual tendrá efecto en la primavera del año 1872. El ayuntamiento, presidido por el conde de San Martino, después de maduramente deliberado, aprobó el proyecto presentado á exámen por una comisión ad hoc. El sitio designado es el jardín de Valentino ó plaza de armas, y el edificio, que debe ser deshecho después como el de Kensington, en Lóndrés, y el del Campo de Marte, en París, cubrirá cien mil varas en cuadro. El consejo está por tomar una parte de costas y porque los espositores. ó los gobiernos, paguen los gastos que ocasione el local que ocupen. Los planos se reciñen desde luego y parece que os arquitectos han de tener en cuenta que sea lo más barato posible, pues no es cosa de tirar el dinero en una jaula para cuatro dias.
Los sucesos políticos de Inglaterra son tan singulares y escéntricos como todas las cosas de esta tierra. ¿Quién había de creer que después de la famosa sesión del dia 20 de julio en la Cámara de los lores, y la casi excomunion lanzada por un arzobispo á los tratantes en desamortización y libertad eclesiástica, había de verse el bill famoso provisto de sanción real y los liberales cantando una victoria tan completa? El mismo Mr. Gladstone está asombrado de su triunfo y ha tenido que humillarse hasta pedir perdón por haber vencido. Los que creen que la libertad es el gran secreto del éxito en materias religiosas, deben estar muy satisfechos con este suceso, uno de los más graves y revolucionarios en la historia de la legislatura inglesa. Al fin se vé que Inglaterra quiere administrar justicia á la desatendida Irlanda, sin temor á las amenazas de los protestantes; pero queda la cuestión territorial, y no sabemos si seguirá nominando el mismo espíritu fen la imperial asamblea. Probablemente se trocarán los papeles y los vencidos de hoy serán los vencedores de mañana, para que se cumpla el refrán de ni el bien, cumplido; ni el mal acabado.
Una comunicación curiosa de Roma refiere algo de los proyectos formados por las personas que organizan concilio. Los artículos del Syllabus parece que serán convertidos en cánones, y abolidas las órdenes religiosas á escepcion de cinco, á saber: los jesuítas, los dominicos ó predicadores, los franciscanos, los benedictinos y los lazaristas ó misioneros. El clero regular sufrirá alguna disminución por representar en la iglesia el elemento democrático ó republicano, y en cambio se aumentará el poder de los obispos, aboliendo la inamovilidad de los curas. Esto se dice y la verdad en su lugar.
También nos dicen los últimos telégramas que en Viena se ha pedido por el municipio la supresión de todos los conventos, y que se presentará á las cámaras un proyecto de ley, si nó para suprimirlos todos, para reducir su número. En cambio, dícese que en consejo celebrado bajo la presidencia de Don Carlos, resolvieron los aconsejantes restablecer en España las comunidades religiosas en los conventos que no estuviesen vendidos, de modo que donde una puerta se cierra, ciento se abren, y váyase lo uno por lo otro.
Y hénos ya metidos en el gran suceso del día en «nuestra España, al decir de unos plagada de carlistas, y en opinión de otros, asegurada de esta clase de devaneos. Don Cárlos y su córte, sus planes y proyectos, sus entradas y salidas, y la continua alza y baja, aparición y desaparición de las partidas en nuestro territorio, llenan la mitad de los diarios y ocupan casi todo el dia á los noticieros y á los curiosos. El gobierno, sin embargo, parece no tenerles mas miedo, sino que cueste al Tesoro lo que se necesita para otras atenciones.
Al fin, un periódico de Londres, y no de los mas acreditados por su exactitud, se adelantó á decirnos nada menos que el ministro americano en Madrid traía instrucciones pata tratar con el Regente sobre la adquisición de Cuba, mediante pago al contado, se sobre entiende, de millonadas de duros, que no se pescan truchas a bragas enjutas. Válganos Dios, y qué diplomacia supondría en los consejeros del general Grant el pensamiento de una embajada semejante, cuando e mis topo debe saber la oposición que en el gobierno y en el pueblo español encontrarían tales propósitos y negociaciones; pero está visto que los extranjeros se echan por esos trigos de Dios siempre que hablan de nuestras cosas. Con ser nosotros mas francos, nunca comentaríamos la torpeza de encargar á nuestro ministro en Lóndres que tratase de negociar la devolución de Gibraltar con el gobierno, y eso que Mr. Bright está dispuesto á dárnoslo hasta de valde y las gracias encima.
En punto á documentos diplomáticos, ya que estamos en este terreno, merece especial mención la circular dirigida por nuestro ministro de Estado á los representantes de España en las córtes extranjeras, publicada en la Gaceta del 26 de julio. En la breve, exacta, elocuente y patriótica consideración que encierra de los trabajos y marcha de nuestra obra política, se distingue entre todos los documentos de este género, y constituye con la de 19 de octubre la más rápida, cuanto elevada reseña de nuestra peregrinacion nueva en los caminos de la libertad y las reformas. No dudamos que tal documento ha de ejercer dicaz influjo en los gabinetes extranjeros y rectificar completamente los falsos conceptos formados sobre nuestra situación y nuestro carácter, y dicho se está que este resultado cederá en provecho de más íntima comunicación con los diversos pueblos, hasta ahora recelosos ó reacios, por no conocer á fondo nuestro espíritu ni tendencias.
Grande es el movimiento que se nota ya en todos los puntos celebrados de baños y de excursiones veraniegas; pero naturalmente acrece en todas partes e número de víctimas, ya del insaciable Océano, ya de las impasibles y peligrosas montañas, ya de los trenes a graves accidentes expuestos. En Suiza ha perecido, sepultándose en un abismo insondable, uno de los más atrevidos ingleses aficionados á trepar por el Mont Blanc. En Norte América se han sucedido desastres en las líneas férreas con rapidez asombrosa, y aunque el perecer los pasajeros de un convoy no sea cosa que alarme mucho los nervios de los yankees, el considerar que muchos pasajeros salvados del choque, fueron abrasados por el agua hirviente, teniendo á su lado personas que no podían salvarlos aunque lo intentaron, hace reflexionar sériamente sobre la construcción y condiciones de los vehículos y sobre cuál sea el sistema que más seguridades ofrece á los viajantes. Por lo demas, en todas partes cobra Neptuno su anual tributo de los aventurados ó imprudentes que nunca escarmentaron en cabeza agena.
Concluiremos esta revista dando una buena nueva á los hombres de ciencia y de letras, tal como pocas veces es dado á un cronista. El celebrado profesor Max-Müller acaba de publicar una traducción y explicación de los sagrados himnos del Rig-Veda, que son de las composiciones más antiguas que existen en e género humano, y la fuente de donde se tomaron materiales para los Vedas ó escritura santa de los Brahmas. Los himnos son 1.020, en número, y, por lo general, cortos. Están dedicados á las grandes fuerzas ó elementos de la naturaleza: á Indra, el dios del firmamento, al fuego, al sol á la luna.
Nicolás Díaz Benjumea.