Revista de la semana del No. 46, 1869
E
lacontecimiento político que en estos últimos dias ha tenido el privilegio de escitar emás vivo interés y ser objeto-de los comentarios de la prensa, es sin duda la dimisión del ministro de Marina, señor don Juan Topete. Cuantos conocen ecarácter firme y honrado de tan ilustre marino, conocen también que, aunque retirado depoder, seguirá prestando e más decidido apoyo á la obra de regeneración iniciada en la bahía de Cádiz; pues no solo sus palabras solemnes en las Córtes, sino su conducta y todos sus actos asi lo persuaden y aseguran. La Reforma, periódico republicano, dice y con razón, hablando ael señor Topete:
«Mientras un solo español sienta dentro de su alma verdadero amor ó la libertad, mientras el patriotismo exista en el corazón de los hijos de España, habrá un recuerdo de gratitud para el marino don Juan Topete, sin cuya resolución acaso aun seria España patrimonio de tiranuelos miserables, ó de torpes favoritos.»
Asi lo creemos también y experimentamos una satisfacción verdadera cuando la prensa, desentendiendose del espíritu de bandería y de esas pequeñeces personales que tanto la dañan, sabe hacer justicia y tributar la merecida alabanza á la abnegación y apa- triotismo. Deseamos que la cartera de Marina recaiga en quien sepa velar por los intereses y prosperidad de nuestra Armada, tan íntimamente enlazados con la «importancia y grandeza de la nacion.
Ni el Océano con su incesante flujo y reflujo experimenta más alternativas que las candidaturas para el sólio vacante español: ya parece que está en alza la del duque, de Montpensier, ya la del joven sobrino de rey de Italia, ya la de don Fernando de Portugal, y cuando se espera verlas confirmadas por el voto de la nación representada en Córtes, surgen de improviso particulares circunstancias que inutilizan los trabajos hechos y obligan á desandar lo andado, asemejándose este asunto á la famosa tela de Penélope, en que todo era tejer y destejer. Pero si la consolidación monárquico-democrática del pais nada gana con tales dilaciones, no sucede lo mismo á la república. Vencida en su intempestivo conato á mano armada, rehace sus filas y espera con razón del curso de los acontecimientos el triunfo que no ha podido conseguir en los campos de batalla. Puede creerse por muchas razones que no carecen de fundamento lógico tales esperanzas. Porque cuanto se retarda la solución monárquica, otro tanto gana la idea, y más que la idea, la costumbre republicana. Mirando con atención al horizonte de la política, se ve en primer término la interinidad en que hoy nos encontramos, dilatándose indefinidamente; después el breve reinado de un monarca que cualquiera que sea, no podrá llenar las grandes aspiraciones del pais y perderá el trono después un período de turbulencias y más allá la república. Tal es el aspecto que presentan las cosas: dispénsenos el lector que, sin tener el don de profecía, hablemos con tal seguridad de lo futuro; mas si lo futuro nace y se deriva de lo presente, no será demasiado atrevimiento imaginar las facciones del hijo, teniendo en cuenta las del padre.
Todos cuantos hablan del estado de la insurrección cubana, así españoles como estranjeros, creen que se hallará terminada dentro del presente año. No para combatir, pues los rebeldes huyen de todo encuentro, sino para ocupar militarmente aquella gran estension de comarcas, donde se guarecen entre el monte y la manigua, son necesarios muchos hombres; y en vista de esto, sigue la organización y remisión de batallones voluntarios formados en la península. Ultimamente se han organizado con rapidez uno de voluntarios de Madrid, otro de Oviedo, con enombre de Covadonga, y son varias las provincias donde se organizan otros que á la mayor brevedad saldrán para su destino.
Llevan todos vestuario completo, menaje, fornituras, bolsas de municiones, botiquines, calzado de repuesto y escelentes armas; todo lo cual, con Jas pagas de marcha de los oficiales, haberes de tropa desde el principio de su organización y trasporte por el ferro-carril solo cuesta un millón próximamente por batallón; siendo de notar que igual fuerza, alistada en Inglaterra para la campaña de Abisinia, costaba cinco millones; y en los Estados-Unidos, para la campaña del Sur, solo el enganche ascendió a ciento setenta mil duros. Además varios vapores de guerra han salido para Cuba con fuerzas de infantería de marina.
No solo en la Península se hacen estos preparativos:
por el encargado de los archivos de nuestra legación
en Méjico se participó al ministerio de Estado que varios españoles residentes en aquel país desean trasladarse a Cuba, costeándose armas y viaje, para formar
parte como voluntarios en la guerra contra los enemigos de España. Asi lo han hecho, disponiendo el Regente que se les dé gracias por su noble y patriótico
comportamiento, y que se publique para su satisfacción
en los periódicos oficiales.
Sábese por cartas de Nueva-York, que muy en breve quedarán terminadas las cañoneras que en los Estados-Unidos se construyen por cuenta del Gobierno, y estarán listas para salir en seguida á vigilar los mares de las Antillas.
Parece que don Carlos de Borbon y los partidarios de la causa carlista reaniman sus ya desalentadas esperanzas y se proponen tentar fortuna nuevamente, encomendando al famoso Cabrera la dirección de su empresa. Asi lo aseguran algunos periódicos estranjeros y nacionales, mientras lo niegan los órganos absolutistas; pero la verdad es que las autoridades españolas de la frontera pirenáica han apresado varias reme- sas de armas y efectos bélicos, entre ellas dos, una de 700 fusiles y otra de 800 del calibre de 15 adarmes y construcción tosca; pero útiles para la guerra.
Por su parte, doña Isabel, después de anunciar un nuevo manifiesto á la nación, causa de muchos comentarios anticipados, suspende el publicarlo y pide consejos á sus adictos sobre cuál debe ser su conducta en las actuales circunstancias. El del marqués de Miradores, más que consejo parece una reconvención; pues se limita á manifestar franca y esplícitamente que la abdicación debió tener lugar hace ya un año, y que entonces hubiera producido los mejores resultados. Mas ¿cómo habia de abdicar cuando su propio orgullo las interesadas sujestiones de sus favoritos movían su ánimo en sentido contrario?
Para el 17 demes actua se ha fijado en definitiva la inauguración del gran canal del istmo de Suez. Este día memorable pasarán de un mar á otro más de sesenta buques divididos en cinco escuadras, por el órden siguiente: los yachts de los soberanos y los príncipes; el Pelouse, á cuyo bordo irá el consejo de administración de la compañía; los buques de guerra de diversas naciones; los mercantes de compañías comerciales, y por útimo los barcos de recreo pertenecientes á particulares. Se cantará un gran himno relativo á la solemnidad, cuya letra ha sido traducida á sus respectivos idiomas por poetas de todas las naciones europeas, y deseamos conocer en la sonora lengua castellana, aunque tememos sea bastante inferior al asunto que lo motiva. No todos los grandes hechos de la humanidad hallan un cantor como el de la Imprenta, la Vacuna, Guzman el Bueno y Trafalgar.
Los libre-pensadores de París redactan un programa para un Congreso que debe verificarse en Napoles al mismo tiempo que el Concilio en Roma. En este programa se defiende la libertad de conciencia y la instrucción gratuita y obligatoria. El comité de París enviará diputados á Nápoles para hacer la guerra al pontificado.
Madrid toma cada dia mayor animación con el regreso continuo de familias pudientes, la apertura de muchas sociedades particulares y teatros de aficionados y la fundación de varios círculos destinados á la propagación de diversas clases de conocimientos. Mucho ha llamado la atención la apertura de un «Círculo Magnetológico-espiritista.» que celebrará curiosas reuniones semanales. A la inauguración asistió numerosa concurrencia, entre la que se notaban personas de reputación en muchos ramos del saber humano. Este círculo ha fundado para la propagación de sus doctrinas una revista quincenal, cuyo primer número aparecerá á mediados del presente. Se titulará El Alma.
Con gran solemnidad y concurrencia se celebró en la plaza de la Cebada el aniversario por la muerte del patriota Riego. Además de la milicia y pueblo, asistieron á la ceremonia religiosa varias comisiones de las lógias de Madrid, por ser Riego gran maestre de la masonería española en la época de su muerte. Se celebraron dos misas rezadas en el altar del catafalco, situado en el mismo lugar donde fue ajusticiada aquella víctima dé la libertad. Después habló brevemente sobre la significación de aquel acto el comandante de voluntarios don Vicente Rodríguez, y la inmensa concurrencia se retiró con el mayor órden y compostura. Pocos actos públicos recordamos que hayan dejado tan honda impresión en los corazones.
N. C.