Romance de la linda Infanta
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Estaba la linda infanta a la sombra de una oliva, peine de oro en las sus manos, los sus cabellos bien cría. Alzó los ojos al cielo en contra do el sol salía, vio venir un fuste armado por Guadalquivir arriba; dentro venía Alfonso Ramos, almirante de Castilla. -Bien vengáis, Alfonso Ramos, buena sea tu venida. ¿Y qué nueva me traedes de mi flota bien guarnida? -Nuevas te traigo, señora, si me aseguras la vida. -Diéselas, Alfonso Ramos, que segura te sería. -Allá llevan a Castilla los moros de la Berbería. -Si no me fuese por qué, la cabeza te cortaría. -Si la mía me cortases, la tuya te costaría.