Romance de la mujer del duque de Guymaraes de Portugal
Apariencia
-Quéjome de vos, el rey, por haber crédito dado del buen duque, mi marido, lo que le fue levantado. Mandástemelo prender no siendo en nada culpado; mal lo hicisteis, señor, mal fuisteis aconsejado, que nunca os hizo aleve para ser tan maltratado, antes os sirvió, ¡mezquina!, poniendo por vos su estado; siempre vino a vuestras cortes por cumplir vuestro mandado; no lo hiciera, señor, si en algo os hubiera errado, que gente y armas tenía para darse a buen recaudo; mas vino como inocente que estaba de aquel pecado. Vos, no mirando justicia, habéismelo degollado. No lloro tanto su muerte, como verlo deshonrado con un pregón que decía lo por él nunca pensado. Murió por culpas ajenas, injustamente juzgado; él ganó por ello gloria, yo para siempre cuidado. Agora vivo en prisiones en que vos me habéis echado, con una hija que tengo, que otro bien no me ha quedado; que tres hijos que tenía habéismelos apartado: el uno es muerto en Castilla, el otro, desheredado, el otro tiene su ama, no espero verle criado, por el cual pueden decir inocente desdichado. Y pido de vos enmienda, rey, señor, primo y hermano, a la justicia de Dios de hecho tan mal mirado, por verme a mí con venganza y a él sin culpa, culpado.