Seis veces ha dado mayo
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Seis veces ha dado mayo tributo en flores al sol, que desea ver el fruto de su esperanza, mi amor, sin que anime este cuidado una hora de posesión en tanto tiempo, mi dicha y vuestro largo favor. ¡Mirad si será milagro que el gusto conserve en flor en el jardín del deseo tanto tiempo una afición, y qué tal estará un alma, que es mía, y habita en vos, sustentándola seis años la vista sin posesión! Bien sé yo, señora mía, que un discreto comparó, con propiedad y agudeza, el amante al labrador; y que para que éste goce la cosecha con sazón, compra un día de descanso por un año de sudor. Mas ¿qué labrador habrá que no deje la labor que en seis años de trabajos no da frutos, sino yo? Sembré al principio esperanzas en fe que me prometió el pronóstico del gusto un año de bendición; y pasados seis de penas nunca el agosto llegó, siendo en cosechas de amores el agosto la ocasión. Ya sé que responderéis, puede ser que con razón, que culpe mi cortedad y no vuestra obligación, pues cogidos los cabellos que su frente me ofreció, sin ver su calvo castigo gozara vuestro favor. Mas si el dar cinco de corto seis años me castigó, asegundad y veréis cuan diestro en el juego estoy. Dueño mío, no haya más; dad fruto como dais flor, que se nos va todo en flores y yo acabándome voy. (De "Los Cigarrales de Toledo")