Semblanzas: 226
ORTEGA, DON JAIME.
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Su ambición era ser general, y lo consiguió tan pronto como que sin duda es el mas joven entre todos los de su clase. El gabinete puritano le dió el empleo de mariscal de campo en septiembre de 1847, de cuyas resultas quedó sujeto á reelección; pero el gobierno actual lo combatió y derrotó en el campo electoral. Después hicieron las paces, como sucede siempre entre los moderados, y tomó nuevamente asiento en el Congreso: hoy está de segundo cabo en Valencia.
Delgado, esbelto y muy ágil. Los que lo veían volar á caballo por el Prado y por las calles, lo creían un aturdido, pero no tiene nada de eso. Es un diplomático de primera clase; tiene talento siempre, y aplomo cuando le parece oportuno, y conoce la aguja de marear en la corte, sin que á S. S. sea capaz de marearlo nadie.