Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile/1823/Sesión del Congreso Constituyente, en 13 de agosto de 1823

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Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile (1823)
Sesión del Congreso Constituyente, en 13 de agosto de 1823
CONGRESO CONSTITUYENTE
SESION 2.º, EN 13 DE AGOSTO DE 1823
PRESIDENCIA DE DON JUAN EGAÑA


SUMARIO —Cuenta. —Ceremonial de recibimiento de las autoridades. —Juramento del Director Supremo i del diocesano. —Renuncia del Director Supremo. —Felicitación de la Cámara de Justicia i de mas corporaciones. —Acta. —Anexos.

CUENTA[editar]

Se da cuenta:

De un mensaje en que el Supremo Director informa acerca del estado de la República i hace renuncia del mando supremo. (Anexos núms. 20 i 21. V . sesiones del 23 de Julio de 1822, del 14 de Abril i del 14 de Agosto de 1823 i del 22 de Noviembre de 1824.)


ACTA[1][editar]

Se abrió la sesión a las nueve de la mañana.

Esta se redujo a ordenar el ceremonial con que se debia recibir al Supremo Director, Iltmo obispo i corporaciones. (V. sesión del 6 de Noviembre de 1820, etc., documento 22 de los Antecedentes de la Convención Preparatoria de 1822 i sesión del 16 de Noviembre de 1824.)

Acordado, esperó la sala se le avisase la venida de aquél. Entró al fin, i tomando el asiento que se le habia designado, leyó el mensaje que dirijia al Congreso, dando razón de su administración i renunciando el mando.

En seguida prestó juramento de obediencia al Congreso en manos del Presidente, siguiéndose a él el diocesano i demás cuerpos del Estado.

Finalizada esta ceremonia, el Supremo Director se desprendió de las insignias de tal. El Congreso, entónces, espresó unánimemente que su voto era que continuase en el mando interino hasta que se elijiese el propietario. El hizo entónces, la resistencia mas viva a admitirlo; pero al fin, lleno de emocion i gratitud, cedió a las instancias del Congreso i se retiró con la investidura del Ejecutivo.

El Congreso fué felicitado en este acto por la Cámara de Justicia i demas corporaciones, i el señor Presidente contestó a nombre de él excitándolas a que todas concuriesen con sus trabajos e ilustración al desempeño de los sagrados encargos de los pueblos.

En este estado se levantó la sesión i se retiraron los señores diputados.


ANEXOS[editar]

Núm. 20[editar]

Señores Diputados:

El dia en que, despues de doce años de destruida la Representación Nacional, ve la Patria volverse a reunir sus representantes, pacífica i legalmente, i debiendo el augusto carácter que revisten a la mas libre elección de sus conciuda danos, debe ser el de mayor consuelo para los chilenos i un dia igual quizá a los memorables 18 de Setiembre i 12 de Febrero. Pasado tan largo espacio de alternativas i sacrificios, vais, señores, a recojer el fruto de vuestros trabajos i de vuestra esperiencia, aprovechando las lecciones que al fin de la revolución os dan los sucesos de nuestro país i de las demás secciones independientes de América. Yo congratulo a la Nación porque ha llegado al término en que debe recibir con oportunidad las ventajas a que es llamada i que han de asegurarla un destino feliz.

El estado de los negocios públicos presenta esperanzas lisonjeras, i voi a poneros a la vista el cuadro de mi administración. La guerra de América parece acercarse a su término. Demasiados desengaños ha recibido la España en trece años de revolución, i hoi siente en sí misma cuán injusto es atacar la libertad i los derechos de los pueblos, i cuán difícil triunfar en esta lucha. La paz no puede distar mucho, i el Gobierno debe estar dispuesto a admitirla con la dignidad que corresponde al pueblo que rije; con el Ínteres de que en el fin de esta contienda ve el principio del reposo i de la prosperidad, i con las ventajas recíprocas que preparan la identidad de usos, idioma i educación i el sentimiento de amor a la libertad i de establecerse sólidamente que anima hoi a ámbas naciones. Cualesquiera que sean los planes de los gabinetes europeos con respecto a España i por diversas que aparezcan sus combinaciones, no puede serles un objeto indiferente, la emancipación de América. Lejos nosotros de ese tumulto de pretensiones e intereses encontrados, ni inspiramos celos ni somos un obstáculo a la felicidad de aquellos Estados. La independencia americana les ofrece, por el contrario, una inmensa perspectiva de bien. En nuestras relaciones, nuestros puertos i nuestras producciones abiertas a todas las naciones, encuentran ventajas que la política no permite repulsar. Proclamada la independencia desde el Mississipi hasta el Cabo de Hornos, sostenida con gloria i decreciendo las fuerzas enemigas a medida que la contienda ha durado i héchonos mas poderosos, ya solo resta que nos organicemos i consolidemos nuestro Gobierno para hacernos mas respetables.

Entretanto, nuestras relaciones con los Estados del continente continúan estrechándose cada dia i el Ínteres común hace mas fuerte esta alianza, de que pende la seguridad de la independencia. Él Perú lucha aun con sus opresores i éstos alcanzan todavía triunfos que aflijen a la humanidad, con nueva efusión de sangre, sin mas fruto que retardar algunos dias el destino inevitable de la América; pero aquel heroico pueblo hace sacrificios estraordinarios i los Estados aliados empeñan su honor en defender la libertad en el territorio peruano. La República de Colombia ha remitido un ejército respetable en su auxilio i la segunda espedicion chilena, próxima a salir de nuestros puertos, se unirá a aquellos bravos para aniquilar la dominación española, Yo he considerado que la terminación de la guerra pende de estos últimos esfuerzos i no he perdonado sacrificios. Se han suministrado auxilios en armamento i en numerario. El ejército de Intermedios está abastecido por algún tiempo. La ocupacion de la capital es un suceso absolutamente sin influjo en el éxito de la guerra. El enemigo voluntariamente se ha precipitado en el abismo que se le preparaba i los ejércitos aliados, fieles a su primitivo plan de campaña, han ocupado los puntos que aseguran sus operaciones. El Callao acaba de ser socorrido con un convoi de víveres, i la fuerza de Intermedios, elevada a mas de doce mil hombres, tomará posesion del Perú para lanzarse últimamente sobre Lima, donde el despecho i las necesidades terminarán, con los enemigos que allí se encierran, la guerra de trece años. Chiloé entonces formará una parte de la República. El Ministro de Relaciones Estenores os dará cuenta de dos tratados concluidos con el Gobierno del Perú. He pasado por el disgusto de que quedase sin efecto el que se habia celebrado con Colombia, pero este accidente no ha interrumpido la buena armonía entre ámbas Repúblicas; i yo he presentado las bases para la formación de otro que lleve adelante nuestras íntimas relaciones i sea igualmente ventajoso. La España oirá la voz reunida de los Estados aliados que no se separarán un punto de lo que piden el honor nacional i los intereses del continente.

La Nación ha espulsado de su territorio a los enemigos. Las cuadrillas de bandidos, que aun tomaban el nombre del Rei de España para asolar la provincia de Concepción, han sido incesantemente perseguidas i deshechas, Su principal caudillo, el execrable Pincheira, rindió la vida en su última incursión sobre Linares. Los habitantes de las campañas de Concepción han conocido en fin que los malvados que proclamaban la dominación real, no eran los enemigos de la independencia, sino de sus propiedades i de su reposo, i el nombre de la Patria los une para repulsar estas hordas de asesinos. Las medidas de dulzura paternal que se han adoptado, han hecho ponerse bajo la protección de nuestras armas a los sencillos vecinos que parecieron al principio favorecer sus movimientos. La mayor parte de los caudillos rebeldes sirven hoi a la causa de la Patria o permanecen tranquilos bajo la fe de la amnistía concedida. Concepción, en suma, no tiene ya mas que una opinion de libertad. Una correría que debe hacerse luego que concluya la estación lluviosa al lado oriental de los Andes por la parte de Lináres i San Cárlos, destruirá el único punto que ha servido de reunión a los bandidos i cesarán para siempre sus esperanzas de sangre i devastación.

Valdivia, es en el dia el punto de primera atencion como el único que permanece espuesto a los ataques enemigos. Allí existe una división respetable que en estos mismos dias se aumenta con tropas que salen de Santiago. Se ha nombrado un jefe esperto que, al mismo tiempo que en caso necesario dirija las operaciones de la guerra, promueva la prosperidad de aquel territorio importante. Conociendo el Gobierno que el gran interes de la Patria es reducir a vida social a los indios vecinos que manifiestan felices disposiciones, ha procurado llenar las misiones con sujetos capaces de llevar a cabo esta empresa.

Los rigores de la estación hicieron suspender en Abril el bloqueo sobre Chiloé, que entonces era inútil. Va a renovarse en la primavera para asegurar completamente la libertad del Sur.

Los araucanos, nuestros padres, han recordado las glorias del antiguo Arauco. Seducidos por manejos bárbaros i por una conducta que armaba al hermano contra el hermano, ellos degradaban la memoria de sus constantes esfuerzos por la libertad, haciéndose ajentes de la tiranía española. Desengañados hoi de su error, han jurado una paz eterna a sus hermanos, i el pueblo de Santiago ha visto con ternura rodear me los ilustres descendientes de Caupolican, Vilumilla i Curiñancu. Han hecho mas. Me han prometido restituir tres mil familias prisioneras, i ser los primeros aliados de la Nacion; i al atar sus lanzas i presentar el ramo de canelo al comisionado del Gobierno, han vertido lágrimas sobre los males a que incautamente concurrieron. Yo he comprometido la fe de la Nacion en celebrar un parlamento jeneral en la próxima primavera, que he juzgado también conveniente para estender la línea de demarcación de la frontera. Arruinados casi todos los antiguos fuertes, la seguridad del Estado pide su nueva construccion con arreglo a las variaciones políticas ocurridas. Ya me anticipé a proponer al Senado Conservador este proyecto que no fué tomado en consideracion i de que espero se ocupe el Congreso, con preferencia por su arduidad i necesidad de medidas reparatorias.

La guerra que se ha hecho en Concepcion se ha distinguido, como sabeis, señores, por un carácter particular de devastacion i ruina. Ella, en los últimos tiempos, ha consistido en partidas de bandidos, donde tomando el nombre del Rei los mas atroces criminales i seduciendo con el cebo del pillaje a la multitud miserable i sin recursos, han atacado las poblaciones, asesinando sin distinción i sin piedad a los habitantes, in cendiando las habitaciones i plantíos, talado los campos, saqueado los muebles i estraido los ganados. Allí se han reproducido escenas de horror que dejan atras las mas feroces de que ha podido gloriarse la tiranía en la triste guerra de América. Tantos males fisicos han desmoralizado gran parte de aquellos habitantes, i acostumbrado a estas correrías, las mas veces fructuo sas, a los vagos i sedientos del pillaje que existían en la provincia. La miseria a que, por otra parte, han quedado reducidos es un estímulo a la depredacion. El Congreso debe ocuparse sériamente de aplicar remedios oportunos. La seguridad de aquel territorio excitará al cultivo de los terrenos a la industria i a los trabajos útiles. Esta se conseguirá con la línea de demarcación propuesta i la amistad con los araucanos. El establecimiento de colonias estranjeras llenará el vacío de la poblacion; i el ejemplo de agricultores, fabricantes i artesanos aplicados constantemente al trabajo, correjirá la depravacion de las costumbres, asociará a su industria a los naturales i formará la prosperidad nacional. Al ver repulsado este plan por el Senado Conservador, yo he contado con que el Congreso le adoptará. Una justa libertad, el repartimiento de terrenos, la minoracion de derechos, franquicias prudentemente concedidas, un Banco de fomento tomado de empréstito para la proteccion del comercio, agricultura e industria; una exacta policía i la proteccion del Gobierno a los trabajadores que se distingan, restablecerá mui en breve aquella desgraciada i benemérita provincia.

Las otras, si no han sido teatro de una guerra actual, han sufrido todo su peso i consecuencias; caudales opulentos se han reducido a la nada i un desorden funesto en las exacciones ha detenido el progreso que las circunstancias políticas daban a las labores de la agricultura, de la minería i de la industria. Pero estos males se compensan superabundantemente con el imponderable incremento de la esportacion i del consiguiente jiro interior. La labranza de los campos se hace mas fructuosa i atrae mayor número de brazos. El comercio se aumenta rápidamente. El pabellon de Chile flamea en todos los puertos del Pacífico, en número tan crecido de bajeles que hace ventaja a los de los nuevos Estados de América reunidos. La industria necesita de grandes estímulos i proteccion. Yo recomiendo al Congreso las fábricas de paños, de papel i de cáñamo que he establecido, prometiendo solemnemente a los empresarios fomentos del Banco del empréstito. Ellas serán las primicias de la industria chilena elevada al grado que piden la situacion i circunstancias del país; i dando ocupacion a un número crecido de brazos, evitarán los crímenes que producen el ocio i la miseria. Los batallones chilenos se presentan, conforme a mis decretos, vestidos en su mayor parte con jéneros del país; i la hermosa fábrica del Hospició que ha bastado a surtir esta necesidad, es acreedora a una especial protección por sus lisonjeras esperanzas. Yo he alentado la constancia i las fatigas de su autor, cierto de que la infancia de estos establecimientos, a manera de la del hombre, es la época que exije mas cuidado.

El amor de la comodidad ha pasado a los ha bitantes de las campañas i con él, la aplicacion consiguiente al convencimiento de que solo puede adquirirse con el trabajo; así es que el cultivo de los terrenos aumenta i las costumbres de los labradores se suavizan i se mejoran. La venta ya dispuesta de los denominados pueblos de indios; la abolicion de los retractos i otras medidas indirectas para prohibir las reuniones de grandes propiedades rurales i promover la división de las actuales, son medidas tan necesarias como importantes.

La division del Estado en departamentos, disposicion saludable del Congreso de Plenipotenciarios (i que desgracias, que no ha estado en mano evitar, han dejado sin cumplimiento hasta hoi), debe llevarse a efecto cuanto ántes. Esta medida contiene en sí misma otras que darán impulso muí activo a la prosperidad nacional.

El Ministro de Gobierno os pasará un proyecto del réjimen interior i económico de los departamentos. Un comisionado ha sido encargado de un viaje científico i estadístico, que debe suministrar los conocimientos necesarios para el arreglo i direccion de los negocios interiores. Se ha mandado examinar los puntos en que puedan abrirse puertos cómodos i seguros i señaladamente Iloca, Topocalma i San Antonio, por donde las delegaciones agricultoras aumenten el jiro i esportacion; i el estado actual de la Patria exije, señores, una medida que recomiendo fuertemente al celo del Congreso. Tal es el estrecho encargo que dé al Poder Ejecutivo para que visite el territorio de la Nación. En todas las provincias hai males urjentes que remediar i saludables instituciones que plantear. En trece años de revolucion i guerra, todas ellas han recibido heridas que conviene cicatrizar, i nuevo i permanente arreglo, no podrá establecerse sin este paso.

Las ajitaciones e incertidumbres de la guerra oponían un obstáculo casi insuperable a las instituciones que deben ser el fruto de la paz. Mis antecesores han espuesto a la Nacion: que en nada pondría los ojos que no clamase por una institucion, por una reforma, por una obra que emprender i que un nuevo Gobierno tendria que crearlo todo. Al entrar a dirijir el Estado he sentido yo el peso de esta verdad i el penoso deber que ella me imponía. Una reforma o, por mejor decir, un trastorno tan jeneral no es obra de cortos dias. Mientras algunas se emprendian, era preciso disponer los ánimos i allanar obstáculos para intentar otras. Un Gobierno menesteroso i sin fondos de que disponer ¡qué dificultades no en cuentra para llevar adelante sus deseos! ¡Cuán escasas son también las manos auxiliares, las manos que presten un constante i eficaz empeño en un pueblo que, recien elevado a la libertad, se resiente aun de la educación i hábitos de la esclavitud. Sin embargo, yo he tentado las mejoras posibles por ahora en todos los ramos de la administracion; he preparado medios para continuar otras.

Para ello mi primer cuidado ha sido inspirar un sentimiento de seguridad i libertad que, serenando los ánimos, haga gozosos los dias de la Patria i renueve el espíritu público. Puedo lisonjearme de que la época de mi administracion ha sido también la de la justa libertad de los chilenos. Conociendo que de la educacion de la juventud pende la suerte de las naciones, aquella creí que éste debia ser mi primer empeño.

El Instituto Nacional, restablecido entre los conflictos de la guerra, no correspondia a las esperanzas que la Patria formó de él. Yo he decretado el establecimiento de un instituto normal para la instrucción jeneral de todas las clases del pueblo. El se va a fijar en la capital del Estado i debe contener un departamento para la educación científica, otro para la educacion industrial i otro para la práctica de las ciencias.

El plan propuesto es verdaderamente vasto, pero no superior a los esfuerzos que merece objeto tan digno. Una comision se ocupa de este encargo hasta ponerlo en ejercicio, i espero que corresponda a mi confianza, si el Congreso auxilia tan importante empresa con los fondos que propuse al Senado Conservador i que os propondrá mas detallados el Ministro de Gobierno. He decretado igualmente el establecimiento de Institutos Departamentales, nivelados por el de Santiago, en las cabeceras de provincia, i en las capitales de delegación, los Institutos i escuelas que permitan sus recursos. Se trabaja en este plan por medio de las personas mas aptas. Su realizacion no es obra de un momento, pero sí, de corto tiempo continuando con desvelo i constancia. Demasiado convencidos estareis, señores, de que los hombres se rejeneran por la infancia, para que necesiteis de especial recomendacion en favor de un establecimiento que tanto necesita de proteccion i en que la Patria fija sus esperanzas. Impelido por los mismos motivos, he establecido una Biblioteca Nacional, dotado sus sirvientes i señalado fondos para acopio de libros clásicos. He tomado providencias para multiplicar las escuelas en las poblaciones i en las campañas. Están dadas las órdenes para que se sitúen en todas las parroquias i ya no existirá en el Estado una casa de regulares que no tenga la pension de concurrir a la instruccion pública. El Superintendente Jeneral de Instruccion cuidará de que ésta no sea desempeñada por personas que estravíen las ideas de la infancia o que no las dirijan ventajosamente como corresponde.

La educación de las niñas, descuidada siempre en nuestro país, empieza hoi a dirijirse i protejerse con el interes que pide esta mitad del jénero humano, destinada para desparramar las primeras semillas de virtud i elevacion en el corazon de los que han de pasar a rejir los destinos de la Patria.

La administración de justicia, en el estado de abandono en que se halla, debia llamar con preferencia los cuidados de un Gobierno que se nteresase en el honor i en el bien de la Nacion. Testigo sois, señores, de los males que ella padece en este ramo importante de que penden la seguridad i el reposo de los ciudadanos. Yo pasé al Senado Conservador un proyecto de lei que abrazaba un sistema completo de administracion de justicia, adaptable a las circunstancias del país i conforme a la práctica de las naciones que se hallan en el primer grado de civilizacion.

El fué recibido con elojio, aunque no se tomó en consideracion a pesar de la urjencia con que recomendé su adopcion. El Ministro de Gobierno os lo presentará, i yo espero que admitido o modificado por la sabiduría del Congreso, se dé a la Patria este gran bien que no ha podido dilatársele sin injusticia.

Se han promovido instituciones de beneficencia pública. Mi primitivo plan de traslacion de hospitales i su consiguiente arreglo i direccion, ha sido objeto particular de mis cuidados i ha excitado tambien los del Senado Conservador. Son inesplicables las angustias que ajitan al Gobierno cuando, convencido de la necesidad de crear o protejer estas instituciones, lucha con la escasez de todos los fondos públicos. Sin embargo, yo he tomado providencias que prometen el cumplimiento de mis deseos, i espero que el Congreso autorice al Ejecutivo para el cambio de algunos bienes nacionales destinados a este fin, conforme al proyecto de decreto que le pasará el Ministro de Gobierno.

He restablecido el hospicio de pobres. Nada inspira ideas tan tristes de un país ni degrada tanto el carácter nacional como la mendicidad. Ya en Santiago se habia hecho excesiva; i la holgazanería usurpaba la compasion debida a la verdadera miseria i privaba a la agricultura i a las artes de un número considerable de brazos. El hospicio, en su nueva planta, evita este mal, dando acojida a los imposibilitados de adquirir el sustento i proporcionando ocupacion a los que son aptos. Nuestra falta de industria pone en Chile en el número de los verdaderos pobres a las mujeres de la clase infeliz, que no encuentran labores útiles a que dedicarse. Aquí hallará remedio su miseria, i un remedio que evite la prostitución i contribuya así al aumento de la poblacion. La casa de espósitos se ha encargado a un celoso administrador, que lleva adelante los trabajos de la Junta de Beneficencia. El restablecimiento i contínuo ejercicio de la Junta de Sanidad influye ventajosamente en la salud pública, i el precioso preservativo de la vacuna propagado nuevamente en todas las poblaciones del Sur hasta Concepcion, i situado allí con un facultativo que he hecho salir para dedicarse a este esclusivo cuidado, libra al país de su plaga mas asoladora.

La falta de un buen sistema de policía i lo defectuoso de nuestros códigos criminal i de instrucción de procesos, hace que los delitos ni se precavan ni se castiguen oportunamente. Ámbos objetos merecen la mas séria consideración del Congreso que, en cuanto al primero, encontrará preparados sus trabajos en el plan que le pasará el Ministro de Gobierno. Las cárceles, en su sistema actual, en su organización interior i aun en la localidad que se les ha dado en Chile, desmoralizan en alto grado, i son mas bien una escuela en donde el delincuente aumenta su depravacion i aun la metodiza i reduce a arte; ni podian esperarse otros efectos de la larga mansion de reos mezclados indistintamente sin consideracion al estado de sus costumbres i sumerjidos en un continuado ocio. Yo he procurado aplicar remedios que por lo pronto hagan ménos terrible este mal. He arreglado las visitas de cárcel, he tratado de organizar su economía i policía interior i consultado la breve resolucion de las causas. El reglamento de administracion de justicia proporciona ademas en este punto la enmienda de los abusos, pero he creido sobre todo indispensable el establecimiento de nuevas cárceles i casas de correccion. Ellas deben emprenderse a toda costa porque cualquiera que sea el sacrificio que por ahora se haga, va a compensarse excesivamente en la reforma de las costumbres i en la seguridad pública. He empezado por la capital. La necesidad que me imponía la Constitucion provisoria de consultar al Senado Conservador para emprender nuevas obras, ha retardado mis pasos por haber hasta hoi suspendido su contestacion. Yo la aguardo del Congreso, que se instruirá de mi plan, de mis excitaciones a la Municipalidad i de otras medidas.

Un decreto jeneral que comprende la reforma de cuantos abusos se notaban en el órden interior de los pueblos i en las costumbres, me ha parecido lo conveniente en las actuales circunstancias. Hartos males se han remediado ya. El nuevo departamento de policía que ha de crearse, conforme al plan de que he hablado, velará sobre su cumplimiento.

La policía de salubridad, comodidad i aseo ha recibido un fuerte impulso. El Gobierno ha creido que, en la situacion deplorable de este ramo, no degradaba su dignidad contrayéndose inmediatamente a sus pormenores. Este departamento se ha arreglado; se trabaja en él; el Gobierno proteje, cela i reconviene, i es de esperarse que sucesivamente se adelante todo lo que le es perteneciente, si los encargados a quienes ya esclusivamente deben imputarse las faltas, llenan como espero mis instrucciones.

Se ha establecido igualmente el departamento de policía rural. El triste estado de los caminos, puentes, curso de las aguas, cuidado de los ganados, etc., reclamaba el celo del Gobierno i creo haber satisfecho los deseos públicos con las providencias tomadas a este objeto. El proyecto de lei sobre réjimen interior de los pueblos, llamará particularmente la atención del Congreso, en cuanto, al tratar de la abolicion de los Cabildos, organiza en todos la policía i promete suficiente seguridad de que serán constantemente atendidas la educacion, la industria i jeneralmente la policía en todos sus ramos.

La fuerza militar ha recibido considerables reformas. El sagrado empeño de auxiliar laguerra del Perú, me ha obligado a aumentar, con los requisitos constitucionales, el número i la fuerza de los batallones. Las contínuas reclutas se disciplinan constantemente i las primeras se hallan con regular instruccion. La contabilidad del ejército ha sido increíblemente mejorada i se desempeña con pureza, con ahorros del Erario i con satisfaccion de los defensores de la Patria. Los trabajos de maestranza se aumentan con los aprestos precisos para las espediciones del Perú i Valdivia, i este departamento debe al celo de su jefe un grado de arreglo i economía que hace honor al sistema militar de la República. El ejército chileno subsiste hoi en los puntos adonde le han llamado o la defensa de nuestros aliados o el peligro de nuestro territorio. Pero, ya sea que obre en el Perú, en Valdivia o en las fronteras de Concepcion, la Patria, debe gloriarse de su moral i bravura. Sus jefes, por una dilatada carrera de pruebas honrosas, se han hecho acreedores al reconocimiento nacional. Yo os los recomiendo, señores. Han aterrado al enemigo en los campos de batalla; han sido los mas firmes apoyos de la libertad i del órden interior.

La escuadra ha sido reparada en el modo que permitian las circunstancias, i hoi ha aumentado su fuerza con la adquisicion de una hermosa corbeta. Está surtida de los pertrechos i aprestos que tanto necesitaba, i he procurado aplicar a su servicio, oficiales patricios que, imitando los ejemplos de su antiguo vice-almirante, den a su Patria los dias gloriosos que hasta aquí habian hecho distinguir la marina chilena. El Ministro de Guerra i Marina os propondrá el proyecto de creacion de un colejio de guardias marinas en Valparaíso.

La Hacienda pública se halla en estado decadente i necesita formarse. Rodeados contínuamente de atenciones que exijian incesantes gastos, solo se ha procurado consultar a los apuros del momento, sin pensar jamas en el establecimiento de un sistema formal de rentas, que ha sido mi plan jeneral desde mi ingreso a la administracion. El Ministro de Hacienda os presentará los trabajos emprendidos a este fin, que yo recomiendo al celo del Congreso. Miéntras tanto, se han tomado aquellas providencias bastantes a contener los males urjentes. Una comision trabaja en el arreglo de empleados i oficinas. La deuda pública se ha mandado consolidar i os será consolatorio saber que va a terminar la revolucion; que se ha sostenido la guerra por tan largo espacio i con tanta gloria; que se ha dado la libertad al Perú; que se espulsaron las fuerzas marítimas enemigas del Pacífico; i que se ha ocurrido al peligro donde quiera que el interes de la libertad ha invocado el auxilio de Chile, sin que la deuda nacional, por el resultado de tales gastos, exceda, segun los cálculos hechos, de dos millones de pesos, sin incluir el empréstito último de Lóndres, a cuyos fondos se ha procurado dar la mejor inversion posible para hacerle ménos gravoso, absteniéndose relijiosamente el Gobierno de usar de parte alguna para las necesidades públicas.

La estension que habia tomado el contrabando i el dolor de ver perder al comercio su moral con un manejo fraudulento, me impelie- ron a solicitar la rebaja de derechos de aduana. Está decretada i en práctica tiempo há, i ya se dejan sentir los efectos de esa providencia que ha dado mayor actividad al jiro, mas legalidad a las introducciones i que acaso no minora los provechos del Erario.

Tal es el estado de los negocios i los trabajos de mi administracion. Yo no presento obras concluidas. Apénas ha bastado el tiempo para intentarlas; destruir preocupaciones, reformar abusos i organizar precisamente todos los ramos, pide circunspeccion, vigor, tiempo i constancia. He hecho establecimientos; he decretado arreglos; propongo también a la sabiduría del Congreso el fruto de mis meditaciones i esperiencia. El ardiente celo que debe animar a ios Representantes de la Nacion, los adoptará o modificará segun lo exijiere la conveniencia pública, i el Gobierno que me suceda hallará trazado el camino, quedándole solo empeñar su constancia para conducir al término. Emprender i querer realizar grandes obras en un momento, manifiesta inesperiencia, i es las mas veces obstruir desde el principio los caminos de hacer el bien. Sin embargo, la Nacion ansia por rejenerarse. Sus inmensos sacrificios en trece años merecen ciertamente por recompensa una Constitucion sabia i bienhechora. ¡Felices vosotros, señores, que, al conocimiento de las necesidades de nuestra Patria, reunís la confianza pública i la esperiencia provechosa de la revolucion con que podais desempeñarla dignamente! Encontráis un pueblo dócil i jeneroso. No existen usos envejecidos ni clases privilejiadas con que luchar. La Patria convierte hoi su atencion hácia vosotros. Vuestra concordia, vuestro celo noble i puro va a formar el bien de una posteridad inmensa.

Resta ahora, señores, que yo dé cuenta de mi conducta política en los movimientos que prepararon vuestra reunion; nuevo motivo por que tanto he ansiado este dia. Aunque solo fui el ejecutor de la voluntad de los pueblos i aunque todos los habitantes de Chile abrazaron con ardiente entusiasmo mi resolucion, debia yo, sin embargo, a mi honor el paso de haber hecho una esposicion de ella i sus motivos, porque las naciones que nos observan no tienen a la vista este testimonio de la voluntad de los ciudadanos; mas, resuelto a sacrificar al bien público mis afecciones i mis intereses personales, creí conveniente imponerme por entónces un silen cío que era necesario para conciliar ánimos i reunir voluntades. Mis esfuerzos por la libertad pública eran demasiado nobles i sinceros para que envolvieran el fin de exaltar algún partido o degradar alguna clase. Yo he mirado a todos los chilenos como una gran familia reunida por el vínculo jeneroso del amor a la Patria, e interesada en no envilecer su dignidad con disturbios entre sí.

Tiempo hacia que la Nacion deseaba la convocacion de un Congreso Jeneral, constituirse i recuperar sus derechos. La vista de una reunion de hombres que no eran elejidos por los pueblos; de una reunion que con ofensa i escándalo público se abrogaba el título i los derechos de representacion nacional, preparándose a formar la Constitucion permanente del Estado i nombrar su jefe supremo, excitó en alto grado el descontento e indignacion de los pueblos. Los de la Intendencia de Concepcion, a cuya frente yo me hallaba i que, por la larga série de padecimientos 1 trabajos que sin interrupcion habian consagrado a la libertad, ansiaban mas por la recompensa de una constitucion obra de la voluntad jeneral, se dirijian a mí como a quien debiese esclusivamente libertarlos del mal que les amenazaba. Apénas podrá describirse posicion mas crítica que en la que entonces me situaron las circunstancias. Yo conocía la justicia de aquellas reclamaciones i mis sentimientos personales eran los mismos. La libertad de Chile habia sido el objeto constante de mis fatigas, i recordaba que las primeras balas arrojadas contra los opresores de la Patria, habian sido dirijidas por mí al desembarco de Pareja, así como las últimas en la reciente espedicion de Arauco; pero debia sostener el orden, la unidad de la Nacion i no empeñarla en una desavenencia interior. Tomé el temperamento de escribir reservadamente al Director Supremo, interesando su propia gloria en que suspendiese los trabajos de la Convencion i reuniese un Congreso libre. La remision de la nueva Constitucion, para ser proclamada i jurada, fué la señal de alarma que rompió las barreras que habia yo procurado oponer al descontento público. Los ánimos exaltados, la indignacion de un ejército i de un pueblo; los avisos de ciudadanos distinguidos de la capital, todo preparaba una desastrosa guerra civil. Yo solo aspiraba al orden i a la legalidad de los pasos que se intentaban. Solicité i obtuve de aquel pueblo jeneroso que ántes de todo movimiento reuniese a los representantes de la Intendencia, a cuyo juicio i circunspeccion sometiese su ardor, dejando así lugar a la reflexion i a la consideracion de los resultados. La Asamblea Provincial se reunió i decretó que la libertad de la Nacion debia sostenerse a toda costa, dirijiendo yo las armas i los recursos de aquellos pueblos contra los que intentasen oprimirla. Proclamé entónces públicamente la necesidad de que se reuniese la Nacion en un Congreso Jeneral que la diese Constitucion i Gobiernos lejítimos. Lo espuse así a las autoridades de la capital i comenzé los movimientos que podrían proporcionar una conciliacion, huyendo siempre los desastres de la guerra civil. Toda la justicia de la causa que habia abrazado no podía borrar en mi alma la imájen horrible de la sangre de los chilenos, vertida por sus mismos hermanos. El cielo oyó los votos de los pueblos i favoreció los sentimientos de mi corazon. La provincia de Coquimbo siguió los pasos i conducta que le había señalado el ejemplo de Concepcion. Las delegaciones de Santiago se reunieron al grito jeneral de la Nacion, i el jefe, hasta entonces obedecido, conoció cuántos males evitaba a su Patria dejándola en libertad. El pueblo de Santiago, siempre magnánimo, dió el ordenado paso del 28 de Enero, i cesaron por entonces los peligros de una contienda entre el Gobierno i los pueblos; pero amenazaban los mas funestos de una guerra entre los mismos pueblos, efecto de la anarquía i de las diferentes pretensiones.

Evitar este mal fué el objeto de mi repentino arribo a las inmediaciones de Santiago, con un pequeño ejército insuficiente para obrar hostilmente o sostener aspiraciones personales; pero bastante para que, unido a la consideracion con que sin excepcion distinguía el pueblo mi nombre, me pusiese en aptitud de apartar de la Patria los males en que podría sumerjirse. Mas que prevision, era ya esperiencia que disuelto el Gobierno Supremo, las provincias tardarían en acordar el establecimiento del que debiese subrogarlo; que las pasiones se exaltarían; que las opiniones i las pretensiones se aumentarian en el entretanto i que, conservando las Intendencias su actitud armada, podrían atacarse entre sí. La de Concepcion mantenia fuerzas mas espertas, pueblos mas guerreros instruidos en trece años de batallas i sobre todo el noble orgullo de haber elevado la primera voz de libertad. Debí disminuir aquella fuerza. En Santiago un ejército formado por los cuidados i atenciones del ex-Director, podia, según indicó la Junta Gubernativa, conservar entre los soldados restos de adhesion a su antiguo jefe; convenia calmar las inquietudes i mantener en la division que traia conmigo una fuerza nuestra, pronta para contener cualquiera excitacion a un rompimiento. Creí un deber mio, un deber imprescindible, hacerme cargo de la fuerza armada para impedir desastres i sostener el órden. Solicité legalmente, como el oficial de mayor graduacion, i la Junta Gubernativa accedió con jenerosa confianza, a que yo fuese el Comandante Jeneral del Ejército que existia en la provincia de Santiago.

La misma Junta hizo en su mensaje una pintura tan enérjica como verdadera de las desavenencias i anarquía que se preparaban a devorar la Nacion. Ya abismados hasta los pequeños pueblos en disputas sobre teorías i derechos, se habia derramado la sangre chilena en las po blaciones. Mi alma se innundaba en amarguras al considerarme a la cabeza de movimientos que ofrecian resultados tan tristes. Escribí a las provincias; supliqué a las asambleas; interpuse la consideracion que me dispensaban i las excité a la union, protestando al mismo tiempo que no me mezclaria en sus deliberaciones, que respetaría la voluntad de los pueblos espresada pacíficamente; pero que, dividida la Nacion en Gobiernos de hecho independientes, no sometería la fuerza armada a la disposicion de alguna de estas fracciones, i que el ejército permanecería sin mezclarse en movimientos para obedecer las resoluciones del Congreso Jeneral i el Gobierno que él constituyese, debiendo yo responder de esta conducta al mismo Congreso. Tal fué mi resolucion que la Junta Gubernativa copió en su mensaje a la Asamblea Provincial.

Los movimientos de la provincia de Concepcion que operaron un trastorno tan jeneral i tan deseado, no costaron a la Nacion, señores, una gota de sangre; no costaron lágrimas; no distrajeron a los habitantes de sus labores; uno solo no esperimentó vejaciones ni prisiones. La inquieta malignidad que se complace en los odios i en las rivalidades, no consiguió por esta vez triunfo alguno. Los majistrados, los funcionarios públicos permanecieron en sus destinos. Ningun ciudadano fué examinado, ni aun desdeñado por su opinion. Todos conocieron que el movimiento unánime de la Nacion, jeneroso como ella, se dirijía a cimentar la libertad incompatible con las persecuciones. Chile habia visto ejemplos atroces de usurpacion del Gobierno por la fuerza militar. El ha comparado la conducta que observó el Ejecutivo en todo este período. A vosotros, señores, toca pronunciar. El tiene derecho a comprobar con vuestro testimonio que, en las deliberaciones de las Asambleas o del Congreso de Plenipotenciarios, jamas influyeron temores o aspiraciones de los militares.

Ver a la Nacion en tal estado de libertad; veros reunidos, señores, me ha costado fatigas i sinsabores que solo puede endulzar el contento de este dia. Aun me ha costado mas: yo he sacrificado mi honor i mi reputacion. Al admitir el mando suprremo provisorio, me ha obligado la Nacion a traspasar delicadezas de que no es posible prescindir i a ofrecer una idea equívoca de mi conducta i sentimientos. El testimonio íntimo de mi conciencia, el de las personas sabedoras de mis intenciones i sinceridad de mi resistencia, no alcanzará a satisfacerme para con los que, ciertos de mis comprometimientos anteriores, me han visto, sin embargo, ocupar la Direccion Suprema. Si se ha exijido de mí, lo que es raro exijir, lo que tal vez no conviene a la Patria exijir de sus hijos i lo que es inmensamente mas doloroso que derramar la sangre en los combates, tiempo es ya de que la Nacion me restituya mi honor, i que si yo he sufrido por darla la libertad, la tenga para manifestar al mundo que no he deseado ser Director Supremo. Hacedme, señores, la justicia de creerme sincero. Cuando os hablo en estos términos está mui léjos de mí la idea de reputarme el hombre importante, que atrae sobre sí la atencion de sus conciudadanos para encargarle aquel elevado destino, pero temo. Cesaron ya las consideraciones que pudieron influir en el Congreso de Plenipotenciarios. La Nacion está reunida i nadie puede proporcionarla mas bien su felicidad i el mantenimiento del órden que vosotros mismos. Con viene tambien al honor del Congrego que él dé un testimonio evidente de que está en libertad i el ejemplo de que no todos los Congresos se reuen para encargar el mando supremo al que los convoca. Habiendo yo tenido a mi cargo truirá mi opinion que no podrá poner a cubierto esta misma resistencia repetida por cuantos mandan? Yo quedo bastantemente recompensado. He procurado el bien de la Patria. Si he cometido errores en los cortos dias de mi administracion, hallarán su disculpa en la rectitud de mi intencion. He satisfecho el deseo mas vehemente de mi corazon; veo a los Representantes de la Nacion reunidos en plena libertad. Diviso desde aquí el principio de la sólida felicidad de la Patria. Nada me resta que apetecer. —Palacio Directorial, doce de Agosto de mil ochocientos veintitres. —Ramon Freire . — Mariano de Egaña.



Núm. 21[editar]

Al Ejército

Soldados:

Habeis llenado grandes deberes i satisfecho grandes aspiraciones. Habeis conquistado la independencia de la Patria en los campos de batalla; habeis sostenido el órden i el imperio de las leyes en medio de vuestros conciudadanos. Gracias os sean dadas, defensores de la libertad. Vuestras fatigas se hallan recompensadas.

A la sombra de vuestros laureles se reunen pacíficamente los representantes de la Nacion para establecer su felicidad.

Yo me retiro del mando supremo llevando conmigo el noble orgullo de pertenecer al ejército chileno. No os he olvidado: vuestros heróicos sacrificios quedan recomendados a la Nacion, que encuentra un testimonio de ellos en la misma situacion feliz a que se ve elevada. Conservad los sentimientos que os han hecho tanto honor.

Recordad que no existe la libertad sin peligros, donde la fuerza armada no sujeta a la potestad civil, o donde los militares se juzgan con dere chos distintos de sus demás conciudadanos. Rodead a los padres del pueblo: sed el apoyo mas firme de sus decisiones.

Compañeros: donde quiera que nos llame el honor o la defensa de la independencia americana, me tendreis a vuestro lado; i no habremos proporcionado a la Patria una paz gloriosa sino para respetar i sostener los derechos del pueblo. —Santiago, Agosto 13 de 1823. —Freire . —Mariano de Egaña


  1. Esta sesion, cuya acta no existe en el libro respectivo del archivo del Senado, ha sido trascrita del Redactor de las Sesiones del Soberano Congreso, número, I. (Nota del Recopilador.)