Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile/1835/Sesión de la Cámara de Senadores, en 14 de setiembre de 1835

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Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile (1835)
Sesión de la Cámara de Senadores, en 14 de setiembre de 1835
CÁMARA DE SENADORES
SESION 32 ORDINARIA, EN 14 DE SETIEMBRE DE 1835
PRESIDENCIA DE DON GABRIEL JOSÉ DE TOCORNAL


SUMARIO. —Nómina de los asistentes. —Aprobacion del acta de la sesion precedente. —Cuenta. —Memoria de Guerra i Marina. —Reconocimiento de la deuda interna. —Negociaciones con España. —Acta. —Anexos.

CUENTA[editar]

Se da cuenta:

De la Memoria de Guerra i Marina, presentada por el Ministro del ramo. (Anexos núms. 652 a 683.)

ACUERDOS[editar]

Se acuerda:

  1. Aprobar el artículo 5.º del proyecto de lei que reconoce las deudas internas del Estado. (V. sesiones del 11 de Setiembre i del 17 de Octubre de 1835.)
  2. Aprobar el proyecto de acuerdo que autoriza las negociaciones con España. (V. sesiones del 7 i del 16.)

ACTA[editar]


Sesion del 14 de Setiembre

Asistieron los señores Barros, Benavente, Echéverz, Elizondo, Elizalde, Eyzaguirre, Gandarillas, Ortúzar, Portales, Renjifo, Rozas, Vial del Rio i Meneses.

Aprobada el acta de la anterior i no habiendo de que dar cuenta, se puso en segunda discusion el artículo 5.º de la lei sobre reconocimiento de la deuda interior, propuesto por las Comisiones en su respectivo informe, i fué aprobado conforme a la indicacion del señor Vial del Rio, en los términos siguientes:

Art. 5.ºSi llegase el caso de compensar las donaciones a que se refiere la parte 23 del artículo 1.º, se entenderá que la Nacion solo es obligada a reconocer el valor que hubiesen tenido según tasacion las propiedades cedidas al tiempo que se recibieron de ella los agraciados; i no será de abono ninguna cantidad reclamada por éstos a título de mejoras, perjuicios e intereses."

Habiendo quedado con este artículo concluida la lei, acordó la Sala que se pasase a la Cámara de Diputados ántes de la aprobacion del acta.

En seguida, tuvo lugar la discusion particular sobre el proyecto pasado por la Cámara de Diputados, a consecuencia del Mensaje del Presidente de la República, sobre entablar negociaciones con la España; i fueron aprobados en los mismos términos del proyecto los artículos desde el 1.º hasta el 4.º inclusive, del modo siguiente:

Artículo primero Que el Congreso con curre con el Gobierno en la necesidad de entablar negociaciones con la España.

Art. 2.ºQue está al arbitrio del Gobierno entablarlas en la Corte de Madrid o en cualquier otro punto que le parezca conveniente.

Art. 3.ºQue el Congreso no aprobará tratado alguno de paz en que no se reconozca la Independencia i soberanía de la Nacion chilena bajo la forma de Gobierno establecida.

Art. 4.ºQue el Congreso no ratificará ninguna condicion onerosa."

Sin concluirse la discusión del artículo 5.º, se suspendió la sesion.

A segunda hora, se presentó el Ministro de la Guerra i leyó la Memoria correspondiente a los Ministerios de Guerra i Marina, que debía presentar en este período conforme a lo dispuesto por la Constitucion. Concluida la lectura, se levantó la sesion. —TOCORNAL, Presidente.


ANEXOS[editar]

Núm. 652[editar]


MEMORIA QUE EL MINISTRO DE ESTADO EN LOS DEPARTAMENTOS DE GÜERRA I MARINA PRESENTA AL CONGRESO NACIONAL. -ANO DE 1835.

Si en cumplimiento de una institucion fundamental de la República, debe serme mui grato comparecer ante vosotros para daros cuenta de los Departamentos de Guerra i Marina, de que se dignó encargarme S. E. el Presidente, me es también mui sensible carecer de los medios precisos, para poderos presentar una relacion completa i circunstanciada, que os proporcione todas las noticias e instrucciones que se necesitan para correjir con acierto defectos mas o ménos intolerables, remediar males graves i perniciosos, i llenar en lo posible las exijencias de estos ramos de la Administracion Pública, de cuyo arreglo no puede negarse que pende en gran parte la firme organizacion de la sociedad.

En efecto, si esperase recojer todos los datos precisos para formar una Memoria cabal, me vería en la necesidad de no cumplir con nuestra Constitucion i en muchos años no podrían esponerse al Cuerpo Lejislativo las noticias que deben dirijir sus operaciones.

Por consiguiente, yo debo manifestaros la que he podido recojer despues de haber practicado cuantas dilijencias han estado al alcance del Ministerio.

Si ellas no proporcionan una instruccion completa, ofrecen al ménos, bastante luz para hacer algunas reformas oportunas, que gradualmente nos vayan poniendo en estado de obtenerla.

DEPARTAMENTO DE LA GUERRA

Me complazco de poderos asegurar que el Ejército se encuentra en un pié de arreglo mas lisonjero que el que debía esperarse, atendido el poco tiempo a que salimos de la esclavitud colonial, i a que una gran parte de él lo hemos ocupado en disensiones domésticas, mas propias para destruir que para ordenar un Ejército.

Su ríjida disciplina nos hace esperar que en adelante no servirá de instrumento a los desorganizadores, i que por el contrario será el mas firme apoyo de las leyes i del Gobierno, que aguardará resignado todas las alteraciones que el cuerpo político reciba de sus representantes; que obedecerá la lei que se le imponga, i que, aun cuando la Nacion se ajite muchas veces al poner en ejercicio sus imprescriptibles derechos, será el Ejército un fiel observante de su disciplina.

A fin de asegurar mas esta feliz situacion del Ejército, i hacerlo mas susceptible i capaz de recibir importantes mejoras, que con el tiempo lo coloquen al nivel de los mejores del mundo, se estableció la Academia Militar de donde deben salir jóvenes llenos de instruccion a reemplazar los valientes que nos dieron patria i libertad.

En este establecimiento, dirijido por un jefe instruido, adornado de virtudes i de un celo infatigable, reciben una completa educación militar ochenta jóvenes propietarios i seis supernumerarios aspirantes. Las clases son desempeñadas por hábiles profesores, que han llenado sus obligaciones a entera satisfacción del Gobierno i del público, que han presenciado ya varias veces exámenes brillantes; por tanto, ha creido el Congreso justo i oportuno premiar tan constantes tareas concediendo un grado en el Ejército a alguno de estos profesores, que a mas de la enseñanza han desempeñado otras funciones en el establecimiento; los demás, si no han recibido un premio, no son ménos acreedores a la consideracion del Gobierno, que sabe distribuir la justicia a su debido tiempo.

Los jóvenes cadetes, a mas de un completo conocimiento de las armas de infantería, caballería i artillería, de las ordenanzas i demás deberes militares, estudian el idioma español, ciencias exactas, fortificación permanente i pasajera, el ataque i defensa de plazas i obras de campaña, la táctica, la estratejia, los puentes, las minas i reconocimientos militares.

Por esta esposicion se ve que no solo saldrán jóvenes para destinar a las armas de infantería, caballería i artillería sino también injenieros; mas, no podrá ser completo el plan de estudios para las clases científicas, si no se proporcionan al establecimiento al ménos los libros e instrumentos mas urjentes que constan de una lista que me ha pasado el director, los cuales deben encargarse a Europa, i de cuyo costo se dará cuenta oportunamente. Nuestros caminos, puentes, edificios públicos i particulares, la falta de planos jenerales i topográficos i otros varios objetos de incalculable importancia, claman imperiosamente porque este establecimiento reciba una preferente atencion del Gobierno i de las Cámaras.

Nuestra línea de frontera i todas las plazas fuertes de la República quedaron casi en un completo abandono desde que principió la guerra de la Independencia. En algunas de estas se han hecho algunos cortos reparos, i en otras que están casi destruidas no se ha procurado ni aun saber lo que importaría su reparacion, porque no se han creido ser importantes para la defensa; mas, en uno i otro caso, se echa ménos al hábil injeniero que debe dirijir la reparacion de unas e instruir la inutilidad de las otras.

La Inspeccion Jeneral del Ejército que debe considerarse como la fuente de la disciplina e instruccion militar, i que por un principio de economía debe de reunir la direccion jeneral de todas las armas, recibirá también grandes mejoras en su organizacion i réjimen, habiendo militares instruidos de que echar mano para el desempeño de las varias secciones de que debe componerse. Es, pues, fuera de toda duda la preferente atencion que exije la Academia Militar, i que, por consiguiente, el Gobierno debe ser completamente autorizado para hacer todos los gastos urjentes que demanda.

Acompaño un estado de la fuerza permanente que existía a fines del año pasado; por él se ve que, a excepcion de uno, todos los demás cuerpos del Ejérciro carecen de la fuerza de su dotacion; ni es posible completarla miéntras carezcamos de la lei que determine el modo de hacer la recluta, o miéntras subsista la tarifa de sueldos, que las tristes circunstancias de una guerra con un enemigo poderoso obligaron a adoptar.

El miserable Erario no podía sostener sus obligaciones, i era necesario establecer economías; aquella guerra demandaba sacrificios superiores a nuestras fuerzas; puede decirse que hubo un pacto tácito de donde nació la reduccion de los sueldos, pacto que ha debido cesar desde que hemos entrado en una carrera ordinaria. Es mui probable que, con solo esta medida i sin dictar otras mas odiosas, tuviésemos los hombres necesarios para llenar el Ejército, que se compondría entónces de voluntarios honrados que ofrecerían mas facilidad para el arreglo del Ejército i mas garantías.

No es posible en justicia dejar trascurrir ya mas tiempo, sin adoptar alguna medida que proporcione hombres con que reemplazar el Ejército; es necesario considerar que actualmente 110 se licencia al soldado, aun cuando se cumpla el tiempo de su enganche i que no se puede obrar de otro modo, sino hemos de dejar espuestos los pueblos a los honores de la anarquía i a merced de los bárbaros que no pierden ocasion de desolar nuestras campiñas, llevando la destruccion por donde quiera que no encuentran defensa.

Considérese también que el soldado es un ciudadano chileno que tiene derecho a todas las garantías que ofrece la Constitucion, i que tiene ademas al mérito de perder su libertad por un número de años, para alejar los riesgos que amenazan constantemente a la sociedad; que es su defensor i un brazo del Estado digno de todo aprecio, porque en él descansan la seguridad, los intereses, los derechos i aun las vidas de sus individuos; que es, en fin, un ciudadano que no tiene muchos goces, i que solo la gloria i un duro réjimen puede hacerle soportar fatigas i riesgos, que no son bien conocidos sino por quien ha tenido ocasion de presenciarlos.

Descanso en la conciencia de los señores representantes al hacer esta indicacion en favor de los que han sobrevivido a una guerra destructora, i que actualmente luchan defendiendo nuestra frontera del Sur, contra un enemigo mas funesto que el terremoto del 20 de Febrero.

El Ejército está pagado, i si su vestuario aun no se le ha completado, ha dependido de la escasez de la plaza, en que han faltado varios artículos, especialmente el paño.

La caballería consume un número excesivo de caballos, i lo peor es que no es posible evitar este mal bajo el método que hasta aquí se ha seguido.

En este año ha mandado el Gobierno hacer un ensayo con trescientos, que deben mantenerse con grano bajo de techo; por este medio cree que se logrará conservar estos animales en buen estado de servicio, en la rigurosa estacion del invierno; i que, al mismo tiempo, se evitará que perezcan muchos, como jeneralmente sucede con los que fatigados i mal tratados en el servicio fuerte que han prestado en el verano, se largan a la intemperie a comer los primeros pastos que hacen brotar las lluvias; así es que se debilitan de tal modo que léjos de poder servir mueren de hambre i frió, de donde resulta que se inutiliza también la tropa de caballería por falta de ellos, hasta que son reemplazados con nuevos i considerables desembolsos; pues es ya esta una especie no mui abundante. Por el medio indicado, se conseguirá también que el soldado viva, por decirlo así, al lado de su caballo, que tenga de él mas conocimiento, que lo adiestre en las maniobras, i que, tomándole como es natural una especie de afecto, lo cuide i aun lo alivie en sus tareas i marchas penosas.

No falta quien opine por la disminucion del Ejército, pensando que sería suficiente el que mantenía aquí la España. Olvidan, sin duda, que este no constituía esclusivamente su defensa, i que hemos corrido un dilatado espacio en las costumbres. Entónces estábamos habituados a obedecer, i a nadie le ocurría la perniciosa idea de que tenía derecho para trastornar el órden público, i deponer las autoridades porque cometían tales o cuales actos que no se creían justos, o porque no se rejían por tales o cuales principios; hoi es preciso que haya fuerza suficiente no solo para contener al enemigo estranjero, sino también para detener la audacia de los desorganizadores, que por desgracia abundan en los paises republicanos, particularmente cuando han acabado de salir de su infancia, i aun no han afianzado suficientemente sus instituciones.

Si puede ser perjudicial i peligroso un Ejército superior a las exijencias domésticas de un pueblo que no se halla inmediatamente amenazado, tampoco debe descuidarse ni descansar absolutamente en la rectitud de los demás, porque por desgracia son repetidos los ejemplos de agresion, así es que aun cuando disfrute hoi Chile de una tranquilidad al parecer imperturbable, no debe descuidar sus medios de defensa, a fin de evitar los enormes males que por su falta pueden sobrevenirle.

Los señores representantes deben recordar los fundamentos que espuso el Gobierno, no ha mucho tiempo, en el Mensaje que pasó con el fin de que se señalase el número de tres mil hombres, de que debía componerse el Ejército permanente; entre ellos fué el de necesitarse una fuerza respetable para contener las incursiones de los bárbaros i guarnecer con seguridad nuestras frontera; también se tuvo presente que había necesidad de bastante número de tropas para cubrir de algún modo las guarniciones, que deben existir en diferentes puntos de la República. Valdivia i Chiloé carecen de la suficiente fuerza para llenar sus guarniciones, i su distancia de los demás pueblos de la República deja mui descubiertas a estas dos interesantes provincias i mui espuestas a un asalto estranjero, particularmente de españoles, con quienes aun, por desgracia, no estamos en paz.

El Gobierno procurará mas adelante proveer de medios para la segura conservacion de estos puntos, los cuales, si fuere necesario, propondrá a las Cámaras para su aprobacion. Por ahora, baste decir que por los adjuntos estados números 2 i 3 se ve que en la plaza de Valdivia, cubierta la escasa guarnición de los puntos mas precisos, quedan libres solo dieziseis hombres i en Chiloé veintiséis, debiéndose notar que varios puestos están guardados por solo un hombre.

Por el estado número 4 se manifiesta el servicio que presta el Ejército en las guarniciones de la frontera, i el que debería ser, según la opinion del respetable Jeneral, a quien está encomendada la seguridad i defensa de ella. El mismo estado demuestra también que están desguarnecidas un gran número de plazas, porque las operaciones de la campaña con los indios hacen necesaria la concentracion de la fuerza.

En fin, sería molestar demasiado la atencion de los señores representantes acumular razones que 110 serán de mas peso que las espuestas, para probar que por ahora no debe disminuirse el Ejército; llegará el tiempo i no lo creo mui distante, de hacer cuando no una gran disminucion, una reforma en su planta i destino; las provincias del Norte, que en el antiguo réjimen se apoyaban en el poder militar del Perú, deben ser aseguradas hoi con nuestras propias fuerzas, puesto que estamos separados de aquella República.

Con este interesante objeto ha autorizado el Gobierno al intendente de Coquimbo, para que forme un presupuesto del costo de unas baterías que deben construirse en el puerto de la Serena, lo que aun no ha podido tener efecto por falta de un profesor hábil en esta clase de obras; pues, los tres injenieros que hai en la República están recargados de ocupaciones en esta capital, de la que no es posible separarlos. Lo mismo se ha pensado respecto del Huasco i Copiapó.

Dan guarnicion a aquella interesante provincia una compañía de Artillería i otra de Cazadores a caballo, tan recargada de trabajo como las de Valdivia i Chiloé, según aparece en los documentos números 5 i 6.

Al hacer mérito de que llegaría el tiempo oportuno de hacer una disminución en el Ejército, tuve presente la brillante milicia nacional que se está organizando en la República, cuyo número es de mas de treinta mil hombres de todas armas, según lo manifiestan los documentos desde el número 7 al 10. En esta milicia debe descansar la seguridad de la Nacion, en ella hallará nuestro pequeño pero valiente Ejército el apoyo mas firme, cuando un enemigo cualquiera intente invadir nuestros límites, i sin ella poco importaría un numeroso Ejército, desnudo i sin prést, sin moral ni disciplina, como indudablemente sería, si nos empeñásemos en sostener uno que no fuera proporcionado a nuestras fuerzas.

Como no es posible que en el mundo haya un establecimiento enteramente perfecto, ni dar en un momento a una obra toda la regularidad de que puede ser susceptible, la milicia cívica de Chile no está perfectamente arreglada i por esto no le faltan detractores. Algunos quieren que solo existan en algunos puntos mui notables de la República, tales como la frontera, esta capital i los puertos, en razón de que deben ser los que primeros sufran los ataques de un enemigo; pero, seguramente olvidan que esto obligaría a reducir la milicia a mui pequeño número, i que, despues de vencida u obligada a retirarse la colocada en los puntos dichos, se encontraría sin una reserva en el interior que le sirviese de apoyo. Olvidan también los infinitos objetos a que es destinada la milicia en los pueblos interiores, los cuales 110 podrían llenarse por las que estuviesen colocadas en la frontera o en las costas. A mas de esto, la milicia del interior ofrece mas ventajas, porque, estando los jornales del servicio casi al nivel del sueldo de la tropa, es de mas movilidad para trasladarla al punto donde convenga sin notable perjuicio del soldado ni de la poblacion.

Es preciso no dejarnos llevar por solo el aspecto funesto con que se nos presenta un objeto. La milicia puede ser un azote a los pueblos, si se divide i pierde los respetos a la subordinacion; los ciudadanos armados, dicen, en un pueblo libre donde el uso de la imprenta, de la palabra, de las elecciones, exalta las pasiones, es fácil que se destruyan, haciendo uso de las armas que la lei puso en sus manos con el esclusivo objeto de servir a la Patria cuando los llame para su defensa.

Esta clase de argumento puede hacerse a toda otra fuerza; i así sería preciso renunciar las ventajas de nuestro sistema gubernativo, si produce por consecuencia necesaria la revolucion de la fuerza armada; pues que, debiéndose destruir para conservar el órden, caeríamos en el otro estremo, aun peor, de quedar a la merced de cualquier enemigo. Es necesario ver este objeto por el reverso, porque entónces se observaría la necesidad de estar siempre en guardia para conservar una soberanía que ha costado tan cara; no ha sido a ménos precio que el de la ruina de mil fortunas, de divisiones de familias, de persecuciones, de sangre, de destierros i de cadalsos. ¿I por un temor imprudente e irreflexivo lo abandonaremos todo, i viviremos confiados en un Ejército que, como se ha demostrado, es poco mas del que se necesita para llenar los puestos de guardia?

El Gobierno tiene sumo cuidado de que la fuerza cívica sea mandada por jefes, cuyo carácter, honradez i fortuna presten una garantía al órden. El mismo cuidado tiene en la eleccion de los oficiales destinados a la instruccion i a la clase de ayudantes, i si se les advirtiese la mas lijera falta en la honorífica comision que se ha puesto en sus manos, serían al momento separados i correjidos sin ninguna consideracion.

Atendido, pues, el carácter chileno i el de los jefes i oficiales de los batallones cívicos, no es posible esperar que éstos quieran jamas cargar con la tremenda maldicion de sus conciudadanos, i con la infame nota de aspirantes i pertubadores de la tranquilidad de que gozamos, i que está produciendo tan ópimos frutos. Hombres ilustrados i de sana razon, cuales son los que mandan estos cuerpos, conocen bien cuales son los goces del Jefe Supremo de la República i su fugaz duracion para esponer su crédito, sus intereses i su existencia misma por un triunfo tan pasajero. Descansa, pues, sobre bases sólidas i prudentes la confianza que el Gobierno pone en la milicia nacional para la defensa de la República.

Que la milicia no está en un pié brillante es la otra objecion; pero, a la verdad, mui despreciable, porque léjos de probar que no debe haberla, nos enseña que debemos poner todos los senadores medios posibles para hacerla llegar a aquel estado.

Superando a todo cálculo, las guardias cívicas de esta capital, las de Valparaiso i otros puntos, ofrecen una prueba irrefragable de que la buena eleccion de los jefes puede hacer que esta fuerza sea bien arreglada i útil. No hai mas que observar la instruccion i disciplina de estos cuerpos para convenceros que Chile uniformará con el tiempo toda su milicia cívica, i que ella será tanto mas útil, cuanto ménos prisa nos demos en verla llegar a un estado de brillantez, porque para esto sería preciso acumular en un dia todos los elementos i elejir sin discernimiento hombres de cualquier calidad, lo que formaría una masa informe i peligrosa.

La milicia hace gastos que deberían emplearse en objetos de mayor utilidad, es otro argumento. El Gobierno ignora que hasta ahora se presente otro preferente al de la propia conservacion; sin esta garantía serían inútiles todos los esfuerzos de un Gobierno para desarrollar los elementos de la industria humana.

No hai hombre, por mas emprendedor que se le suponga, que quiera arriesgar su fortuna en un pais que 110 tiene al ménos regularmente afianzada su existencia política. Las potencias comerciales deben estar instruidas de las bases sólidas sobre que descansa con seguridad la existencia de un pueblo, para que sobre ellas entablen sus empresas; i éstas se multiplicarán cuando todos se penetren de que este pais ha cimentado su Independencia de un modo sólido e indestructible. Será un motivo para esta persuacion cuando se vea que la República, a costa de pequeños gastos, tiene organizada una milicia de mas de treinta mil hombres con jefes escojidos, de fortuna i prestijio i de una honradez a toda prueba, que ella se arma i sostiene con cincuenta mil pesos anuales, que se han designado con este objeto i particularmente cuando se sepa que esta milicia es una masa arrreglada por las ordenanzas jenerales del Ejército, que, al crearla, el Gobierno no se ha dejado alucinar por aquellas teorías que han causado tantos males en otros paises que han establecido reglamentos especiales, relajando la disciplina militar.

Con una milicia de esta naturaleza, el Gobierno está persuadido que jamas se arrepentirá de darle toda la estension i mejora de que la crea susceptible. Cuenta con sus jefes i con la oficialidad, porque todos son de su nombramiento, i porque para espedirles sus despachos, no cuida tanto de la adhesion personal, como de las garantías que ofrecen al público. Es verdad que en esta milicia se invierten algunas sumas, pero por lo mismo son mas útiles i mejor regladas; i es preciso tener mui presente que no se ocurre otro medio de seguridad mas económico, sin tocar con inconvenientes, que harían inútil esta misma fuerza; su instrucción, su vigor, su disciplina, el grande empeño de sus jefes, todo decaería en el momento que, por un principio de economía mal entendida, se les tratase de gravar mas de lo que están actualmente.

Por último, si estados poderosos, cuya independencia está garantida por el interes de todas las naciones, por la multitud de sus plazas fuertes, por sus numerosos ejércitos i excelentes jenerales, no descuidan esta instruccion, siendo así que con mas razon pudieran oponerles las objeciones referidas. ¿Chile sin aquellos elementos fundará su defensa en las aguas del mar i en las nieves de los Andes? Casi parecería inútil la refutacion de estos argumentos si no fuera preciso rectificar opiniones estraviadas de la mejor buena fé, i de dar cuenta a la Nacion de los fundamentos por que el Gobierno sustrae de las arcas fiscales alguna sumas, invirtiéndolas en objetos que cree de preferencia, tal como la milicia cívica que ya empieza a dar respetabilidad al pais. Debemos, pues, concluir que, en atencion a que la propia conservacion es la primera de todas las necesidades, que ofreciendo garantías al órden, el patriotismo i honoríficas cualidades de los jefes i oficiales de la milicia cívica, i en vista del brillante estado de disciplina i uniformidad en que se hallan una porcion de estos batallones, i en que luego se verá el resto de ellos; el Gobierno i el Congreso deben continuarle su decidida proteccion como el medio mas seguro de mantener un grueso Ejército, que sin exitar la mas remota mirada de recelo de los demás pueblos, nos den una idea grande de dignidad i de vigor, que nos llene de confianza i nos proporcione una tranquilidad estable que nos conduzca a un estado de grandeza i prosperidad.

Ha sido preciso decretar, tanto para esta capital como para otros muchos pueblos de la República, una guardia mas o ménos numerosa, según las circunstancias de cada uno, para atender la seguridad de las cárceles, cuarteles, armamentos, etc., cuya distribucion se manifiesta por el documento número 11; i de aquí es que aparecen mayores los gastos de la milicia, los cuales en realidad no corresponden a su institucion, i que es preciso hacer hasta que las rentas de las Municipalidades salgan del estado de nulidad en que se hallan, i puedan crear cuerpos de policía que presten los servicios que hoi, por falta de ellos, hace la guardia cívica.

Al concluir esta materia, no es posible dejar de hacer presente un mal que se ha dejado sentir de poco tiempo a esta parte, i que por sus fatales consecuencias es preciso tratar de cortar de raiz, si se quiere evitar la destruccion de la guardia cívica; tal es un espíritu de desaliento o falta de entusismo en la juventud para entrar a servir las plazas de oficiales en los batallones, por cuya causa no hai uno solo que tenga completo su número de oficiales por mas que haya sido el empeño de los jefes en solicitarlos, valiéndose de cuantos medios han creido oportunos. La infundada i tenaz resistencia que oponen algunos padres de familia a sus hijos; las escusas frivolas de los hombres que debieran ocupar estos destinos, están en oposicion con el patriotismo que decantan i con la decision que debe haber en todo chileno para conservar un órden regular, que será imposible conseguir ni mantener, si se abandona a otra clase de jentes sin ínteres i sin recursos i que no ofrecen garantías.

Si los chilenos considerasen bien que el modo de asegurar los goces de la inapreciable paz que hoi disfrutamos, consiste en tomar todos una parte activa en los asuntos de ínteres público, que cuando se trata de contribuir a la gloria i seguridad de la Patria deben posponerse todos los resentimientos i demás pasiones, no se atreverían sin duda a negarse a ocupar el lugar que se les designase en las filas de nuestros batallones.

Si se lograse destruir el mal indicado, ya por medio del convencimiento o por oportunas medidas lejislativas, tales como algunas que ya he visto preparadas por la comision marcial de los Diputados, habrá cesado el único estorbo que parece presentarse a la buena organizacion de la guardia cívica; mas, si por el contrario la eleccion de los oficiales cívicos ha de ser, como hasta aquí, motivo de quejas i resentimiento contra el jefe proponente, i un manantial de empeños i escusas, en una palabra, si se hace materia de oposicion, será consiguiente el desaliento, que es el elemento mas apropósito, no solo para no organizar jamas esta benéfica institucion, sino también para aniquilarla.

Los documentos desde el número 12 al 16, manifiestan los gastos que han hecho los batallones cívicos de esta capital; en ellos están incluidos no solo los costos de la plana mayor veterana, banda de tambores i de música desde la creacion de cada cuerpo, sino también las cantidades invertidas en los diarios de la tropa, que se ha empleado de guarnición en varias guardias de esta capital; gastos que, como he dicho ántes, no pertenecen a la institucion de la guardia cívica, i que hubieran sido excesivamente mayores, si las mencionadas guarniciones se hubieran llenado con tropa veterana.

Por el número 17 se ven las cantidades invertidas en vestuarios, útiles de mayoría, instrumentos i refaccion de cuarteles; i, repito que es preciso notar que, con estas pequeñas sumas, se mantienen en la capital tres mil ciento cincuenta i un individuos de tropa en tan buen estado de disciplina e instrucción que, en cualquier caso, con pocos dias de campaña o cuartel, podían hacer las fatigas i servicio de los veteranos.

En los presupuestos jenerales que se pasarán este año, se incluyen los de diversas plazas fuertes de Chiloé i Valdivia, cuyas prontas reparaciones evitarán el gasto de injentes sumas, que sería preciso hacer despues si se dejasen en abandono. Los presupuestos de la frontera i capital de Concepcion son ahora inútiles, pues que fueron formados para hacer reparos en algunas fortalezas, que despues se destruyeron completamente por el terromoto de Febrero. Las refacciones de estos últimos puntos son, sin duda, de mas urjencia que las de Chiloé i Valdivia; sin embargo, deben también considerarse estas para repararlas tan luego como nuestro Erario tenga algún desahogo.

El estado número 18 manifiesta el número de nuestras plazas fuertes que están pertrechadas. Su simple lectura nos dice que no es mui lisonjero nuestro Estado en esta parte, pero confiado en que la Divina Providencia mantendrá en los chilenos ese espíritu de órden i tranquilidad, de que los ha dotado, espero que mui en breve tendremos los recursos necesarios para reparar las quiebras de nuestro parque destruido por la guerra, i por haber sido preciso mandar nuestro Ejército con todo su tren a protejer la libertad de nuestros vecinos hermanos.

Nuestros Gobiernos no son culpables de un cuadro tan poco lisonjero, pues que aniquiladas todas las fuentes de riqueza, ocupada esclusivamente su atencion i la de los jefes de las provincias en la misma guerra, en acallar descontentos i principalmente en observar los caminos que debían adoptarse para aquietarnos i constituirnos, no ha tenido lugar de instruirse del miserable estado del parque i de las plazas, i de buscar los medios de remediarlos. No ha tenido seguramente pequeña parte en este descuido la absoluta falta de injenieros i artilleros científicos, que son los que deben hacer anualmente con los gobernadores esta clase de reconocimientos para pasarlos al Ministerio; i sea este un nuevo motivo para recomendar la proteccion de la Academia Militar que nos proporcionará hombres capaces de dar sobre este punto noticias exactas i completas que jamas podríamos obtener por otro medio; i sea también ocasion de recordar el relevante mérito del jenio ilustre que supo concebir i crear tan importante establecimiento.

Por los mismos estados de armamentos i pertrechos que existen en almacenes, se demuestra que, sin embargo de lo espuesto anteriormente, no faltan elementos para hacer la guerra por algunos años con un considerable Ejército, esto es, sin contar con nuestra fábrica de pólvora, que aunque está hoi parada se pondría en movimiento en pocos dias, i lo mismo sucedería con la construccion de balas i demás artículos de guerra, habilitando las maestranzas de esta capital i otras provincias donde abundan las materias de que deben formarse. El Gobierno no aguardará seguramente estos momentos de conflicto, sino que aprovechará las favorables de la paz que felizmente gozamos para formar i preparar un rico parque, que de este modo se hará con todas las ventajas de la economía.

Acompaño un estado de lo trabajado por la maestranza de esta capital; i es propio de este lugar esponer que el sistema de economía i órden que se guarda en ella, hace honor a Chile i al jefe de la Artillería encargado de su direccion i cuidado. Difícilmente puede concebirse otro establecimiento que con tan cortos gastos de tanta obra; con poco mas de cien pesos semanales entretiene todo el armamento del Ejército permanente i de la milicia cívica, i ha montado las piezas de campaña con sus correspondientes carros, que se ven en el estado núm. 19.

Mui breve marchará al Sur el armamento completo de los Tejimientos de los Granaderos i Cazadores a caballo, quedando ya reemplazados los de Húsares i Carabineros, i finalmente, con poco mas costos se irán aumentando i mejorando toda especie de elementos de guerra.

Se han comprado este año dos mil fusiles de excelente calidad, de los que hai quinientos depositados en el almacén, i el resto se repartió entre los batallones Carampangue, Valdivia i Maipú, destinándose a las milicias de Concepcion el armamento viejo que se recojió de estos cuerpos.

Se ha dado órden al Comandante de la brigada de Concepción para que haga montar algunas piezas de artillería, para el uso de aquellas plazas de la frontera, donde mas se necesitan a juicio del Jeneral en jefe del Ejército.

El gobernador de Valdivia, en Setiembre del año pasado, montó varias piezas e hizo otros útiles reparos con el pequeño costo de cuatrocientos i pico de pesos, cuya cantidad aun no se ha mandado abonar a aquella tesorería, porque en dicha cantidad se incluyen partidas que, para aprobarse, ha sido preciso pedir instrucciones i noticias que no se acompañaron al espediente de la materia.

Con la misma economía observa el Ministerio que trabajan otros jefes las obras que se les encomiendan, i se espera que, si no decae este espíritu laudable, llegaremos en breve tiempo a un estado brillante de defensa.

Las mismas ventajas se esperan conseguir del patriotismo i luces de los miembros de algunas comisiones que debe nombrar el Ministerio, para que le informen de las reformas que deben hacerse a algunos títulos de la Ordenanza del Ejército que, en concepto de algunos intelijentes, es preciso variar por ser absolutamente inaplicables a las circunstancias i réjimen de nuestra Nacion; reforma que se hará solo de lo absolulutamente preciso, i con toda la cautela i precaucion que dicta la prudencia, al entrar la mano en asuntos difíciles i de alta importancia, en que muchas veces se destruye en vez de correjir.

Los cuarteles pertenecientes al Estado son mui pocos i los de las provincias de Valdivia i Chiloé están deteriorados por el tiempo; sin embargo de que algunos se han refaccionado. Los de la provincia de Concepción se han arruinado con el temblor; mas, los de esta capital se hallan en un regular estado de servicio. En los demás pueblos se ocupan conventos, que no se hallan habitados por los regulares, o casas de partícula- res que se tienen alquiladas por el Fisco, cuyos cánones se satisfacen puntualmente. Para reparar los daños que ha causado el temblor de Febrero, se han levantado cuarteles provisionales en Chillan i en la frontera.

Se ha construido en los Anjeles un galpon también provisional para que sirva de hospital militar, en el que pueden curarse hasta ochenta enfermos, porque carecía absolutamente la tropa de un local apropósito, sino eran unos cuantos ranchos estrechos e incómodos. Solo en Chillan se ha sostenido un hospital militar por cuenta del Erario.

El Ministerio no ha podido formar un juicio exacto sobre su administracion i servicio. Los dos cirujanos que existen allí dotados, le merecen su confianza, i su moralidad i conocimiento profesionales prometen el mejor desempeño. Se dispuso en este año fuese visitado por el cirujano mayor para que propusiese las mejoras i reformas que demande; pero varias circunstancias i principalmente la guerra, impidió esta necesaria visita que se realizará concluido el invierno.

En todos los demás pueblos de la República, los militares son curados en los hospitales de caridad, pagando el Fisco tres reales diarios por cada hombre de sarjento abajo, deduciendo tres pesos mensuales de cada plaza que ha ocupado una cama.

Bajo los números 20, 21 i 22 acompaño los partes remitidos por el Jeneral en jefe del Sur sobre los estragos esperimentados en las plazas de la frontera. Pero, en estas i otras que no han sido comprendidos en dichos partes, se han ejecutado obras para poner el Ejército a cubierto de la intemperie en la presente rigurosa estacion de las aguas; i al mismo tiempo, para cubrir la línea constantemente amenazada por los bárbaros desde el mes de Noviembre último.

Naturalmente he venido a tocar un asunto que ha dado materia abundante para grandes discusiones; i es la guerra con los bárbaros, guerra que si se pone en conflictos a los habitantes de las fronteras con la desolación e incendios de sus campos i riesgos de sus vidas, conmueve también la sensibilidad de los buenos chilenos por las desgracias que acarrea a una nación valiente, digna de cultura i que adorna los anales de Chile. I a la verdad, ¿qué otro pueblo de bravos conocemos que tenga el imponderable arrojo de atacar repetidas veces sin mas arma que una lanza sostenida por su robusto brazo, a igual número de soldados provistos de pólvora i bala despedida diestramente por el cañón destructor? ¿I qué diremos si en lucha tan desigual logran, como se ve muchas veces, arrebatar la victoria a su enemigo u obligarlo a una violenta retirada? Todo chileno siente en el fondo de su corazon el mas grato placer al escuchar o referir las antiguas i modernas proezas de los héroes araucanos, i todos se glorían de que este pueblo esté situado dentro de los límites de la República.

Es sabido que los indios desde el principio de nuestra revolucion se dividieron en dos partidos, unos abrazaron la causa española i otros, la de la Patria. Esta division ha sido de consecuencias desastrosas, no solo para ellos mismos sino también para nosotros Desde esa época nos han hecho una guerra destructora, dirijidos las mas veces por diferentes caudillos enemigos de nuestra causa. Ellos se han esparcido por las provincias arjentinas, robando i asolando cuanto encontraban, i con frecuencia se han asaltado mútuamente del modo cruel que se acostumbra entre pueblos bárbaros.

Esta situacion violenta i terrible nos ha dado afortunadamente algunos aliados de entre ellos mismos; alianza que siempre ha sido i será importante conservar; ella nos suministra hombres i noticias i nos ayuda a cubrir nuestra frontera; por consiguiente, es de necesidad que, por nuestra parte, suministremos a nuestros aliados recursos i fuerzas que los pongan a cubierto de sus enemigos que, siéndolos también nuestros, nos importa destruir; i ved aquí, señores, el oríjen de la guerra del Sur, como lo esplica mui bien el Jeneral en jefe en su parte jeneral, que tengo el honor de presentaros bajo el número 23 i los demás desde el 24 al 28. Ellos serían suficientes para instruiros; mas, como de esta guerra se ha hablado con tanta variedad i aun con alguna acrimonia, me veo precisado a entrar en algunas lijeras esplicaciones.

A mi ingreso al Ministerio se trataba sobre la necesidad de cubrir nuestras fronteras avanzando su línea mas adelante. Con este fin debía hacerse una entrada con un considerable Ejército, para castigar i escarmentar sériamente a nuestros mas encarnizados enemigos i crueles ofensores de nuestros amigos. No solo se creyó posible lo espuesto, sino también mui fácil la empresa de destruirlos completamente o reducirlos de modo que no pudiesen impedirnos en adelante el goce pacífico de los terrenos que ocupásemos; aprovechando las favorables circunstancias de la cruelísima guerra que se estaban haciendo mútuamente; la solicitud de varios caciques amigos que pretendían se colocasen algunos fuertes al frente de sus posesiones, para quedar cubiertos de las invasiones que habían esperimentado, i la distraccion de las principales fuerzas de los enemigos, pues que se habían dirijido a las pampas de Buenos Aires para saquear i aniquilar aquellos pueblos.

El Jeneral hizo marchar al otro lado de las cordilleras una division de nuestras fuerzas, acompañada de algunos indios auxiliares, al mando de un valiente i esperimentado capitan, para que atacase i destruyese en su regreso a los indios que volviesen con su botin de sus correrías por las pampas; i al dar parte al Gobierno de esta medida, espone haber llegado la oportunidad de efectuar la empresa indicada, de tomar posesion del territorio araucano i la reduccion de sus ha- bitantes, fundado en la conviccion de los aliados sobre este punto; la necesidad que ellos tenían de nuestro apoyo, la debilidad de los enemigos i finalmente, porque, entrando a la tierra con el grueso del Ejército permanente, tres mil cívicos, se lograría cuando no la completa posesion del territorio, al ménos el fijar mas adelante la línea de frontera, aterrando a los enemigos i forzando a los amigos a ser fieles en sus compromisos.

Este pensamiento, aunque no fué aprobado en todas sus partes, no fué tampoco desechado i, en su consecuencia, se pidieron al Jeneral mas esplicaciones acerca de él, con el plan, presupuestos i otras noticias oportunas para poder examinarlo con detencion, a fin de asegurar su éxito en el caso de que se realizase. Miéntras jiraban estas comunicaciones, se avanzó la estacion sin haber tomado una formal resolucion; pero, siendo de absoluta necesidad refrenar la constante i feroz audacia de los enemigos, i asegurar como se ha dicho la amistad de nuestros aliados, se hizo una entrada a la tierra, ménos séria que la ántes proyectada, mostrándoles de este modo nuestra buena disposicion para sostenerlos i ayudarlos a recuperar las posesiones i bienes que habían perdido.

El objeto pues de esta espedicion, no fué otro que imponer i castigar sériamente a los indios, por los daños que continuamente nos causan, i restablecer a los amigos en sus posesiones, particularmente a Colipí, nuestro mas fiel aliado; trabajando con esta ocasion atrincheramientos que por su propia utilidad debían defender los indios amigos, con la ayuda de alguna parte de nuestra tropa.

Ya se ha dicho que esto mismo habían pedido los indios con empeño; mas, a pesar de esto, cuando algunos de ellos se creyeron talvez satisfechos i vengados con los escarmientos que hicieron a los enemigos en algunos encuentros, el capitan Zúñiga, ultra cordillera, i de este lado el Coronel Letelier, Comandante García i capitan Luengo, naturalmente veleidosos i traidores, formaron un plan secreto en union con los indios enemigos para atacar simultáneamente a nuestro Ejército en todos los puntos en donde se encontrase, concluir con Colipí i demás caciques que no entraron en la liga i que ni aun fueron convidados, i asaltar nuestras fronteras. El plan fué puesto en ejecucion, pero felizmente fueron batidos por nuestro Ejército al que no pudieron ofender, lo mismo que a Colipí por haber sido avisado oportunamente, logrando solo hacer algunos robos en la frontera, i perpetrar algunos asesinatos crueles, entre los cuales fué notable el que ejecutaron en un oficial de nuestra línea que viajaba por entre ellos confiado en la amistad. De aquí nacen todos los males que se lamentan por jente bien intencionada; pero seguramente equivocadas con falsas o abultadas relaciones de hechos que, no siendo de esta época, se refieren maliciosamente con el objeto de hacer recaer odiosidades sobre el jefe que dirije aquella campaña i que, a la verdad, son bien ajenas de su bien conocido carácter.

Se lamentan carnicerías, que con razon hieren la sensibilidad de hombres civilizados í cristianos; se grita contra la estraccion que se hace a veces de indíjenas de ámbos sexos i de todas edades. Respecto la buena fé de los que solo miran en estos actos la irritacion que produce en los bárbaros el despojo de sus hijos i mujeres; repruebo también las carnicerías que no sean necesarias en la guerra, pero, debe tenerse presente que no son aplicable a los bárbaros los principios que rijen entre las naciones civilizadas; que los jóvenes que se estraen i que se reparten entre nuestras familias, no se hacen esclavos; que solo los toman para hacerles prestar un moderado servicio, por lo regular doméstico, a trueque de educarlos en las máximas del cristianismo, i que el civilizarlos es no solo un bien inmenso para ellos sino también para el Estado, que disminuye con esta presa una raza carnicera enemiga i destructora de la parte civilizada i útil de nuestra poblacion.

Las mujeres, a mas de conseguir los mencionados bienes, logran también no concebir en sus vientres fieras silvestres tanto mas peligrosas que el tigre.

Nadie ignora que es lícito reducir a toda clase de enemigos, i mui particularmente a los bárbaros a un estado de absoluta nulidad, de modo que no puedan ofender. Si este pueblo se hallase rodeado de otros civilizados, si se encontrase en medio de la Europa cristiana, culta i filosófica, i con las mismas dificultades que nosotros para civilizarlos ¿deberían respetar o respetarían aquellos pueblos esos derechos de humanidad i filantropía?

¿No es evidente que lo aniquilarían para preservar sus fronteras de sus frecuentes i horrorosas incursiones? ¿I por qué entónces se acrimina tanto a nuestros soldados, porque estraen familias como presas de la guerra, porque incendian algunos campos cuando lo exije la necesidad de la campaña; porque aprehenden los ganados que el enemigo abandona en una retirada o derrota i no compadecen nuestras familias constantemente asaltadas i degolladas, nuestras fortunas robadas i nuestros campos incendiados?

Tan estraño modo de discurrir solo puede esplicarse por la simpatía de nuestro corazon hacia un pueblo valiente, cuyas proezas i gloriosas hazañas han sido cantadas aun por sus enemigos; cantos que con razón inflaman nuestras almas contra los conquistadores españoles, i que en algunas personas llega a tal grado, que les hace olvidar que hoi son nuestros enemigos fieros i encarnizados, como lo fueron de los españoles i lo serán de todo el mundo.

Mas, lo que hai en realidad i lo que todos sienten, sin exceptuar los finjidos detractores de la guerra, es que no tenga buen resultado una espe- dicion que estienda nuestros límites, i que, al mismo tiempo que produzca esta ventaja, asegure los terrenos que mal poseemos para cultivarlos sin zozobra. Bien conocen que traería incalculables ventajas a nuestra poblacion aquella estension; porque, siendo la agricultura el principal negocio de Chile, i mui pocos los capitales para verificar la división de terrenos ocupados por grandes propietarios, nos proporcionaríamos aquellos de que tomásemos posesion, para repartirlos entre un gran número de hombres que carecen de propiedad i de jiro.

Es también lo cierto que frecuentemente, asaltados i robados, los habitantes de la frontera, i las haciendas de cordillera desde el Planchón de Teno, lo mismo que el de las pampas de Buenos Aires, por una inclinación innata de los indios, sin que nadie venga de allá a provocarlos, todos claman incesantemente porque se refrenen i castiguen; i entónces solo tienen presente los males que reciben o estan mui espuestos a recibir. Empero, la necesidad de remediar los obliga a atacar a los indios con la fuerza; toda la tierra se mueve con este motivo, i al momento el temor de una desgracia de nuestra parte, presentando a la imajinacion riesgos eminentes, hace olvidar los males de ayer i a ocurrir a las voces de la filosofía para cortar una guerra, no provocada por nosotros, sino llevada con disgustos para solo castigar un crimen, despues de haber disimulado ciento.

En esta alternativa de clamores i temores de hombres respetables, el Gobierno vacila i no le es fácil adoptar una medida definitiva sin chocar con diversos i opuestos intereses; choque peligroso en todo tiempo, i mui imprudente en paises nuevos que aun no pueden tenerse por consolidados, i mucho mas cuando las medidas se versan sobre asuntos cuyo resultado es incierto.

El Gobierno desea eficazmente que cese esa guerra esterminadora i que conozcan los habitantes del Sur, sobre quienes grabita mas directamente el mal, que procura por todos los medios posibles el que sean garantidas inviolablemente sus vidas i sus propiedades; pero por ahora e ínterin se medita i sanciona un plan cualquiera que satisfaga la necesidad de reducir a esos desgraciados al estado de cultura i civilizacion que demandan sus intereses mismos, i los de la sociedad a que deben pertenecer, nada mas puede hacer que repetir sus órdenes al Jeneral para que obre conforme al mérito de las ocurrencias i de las circunstancias; no puede ser de otro modo puesto que no ha de esperar la resolucion del Gobierno para contener una hostilidad o para recuperar una hacienda robada.

El Gobierno ha hecho entender al Jeneral que sus deseos son que siempre se prefieran los medios de dulzura i prudencia, para reducir, en cuanto sea posible, a la vida social a esos hombres selváticos, i que solo en el caso que los medios pacíficos no surtan el efecto filantrópico que se propone, use de los recursos militares que tiene a sus órdenes, reduciéndolos a la paz por los medios de la fuerza.

El Jeneral no puede ser responsable de mas que de los desórdenes que consintiere a sus subordinados, de los que emanase un trastorno en nuestras relaciones con los indios; delitos que el Gobierno no podría mirar con indiferencia por su conciencia, por su honor i por el buen órden que felizmente se va fijando en la República, que consiste en que nadie exceda los términos de las facultades del empleo o comision a que se le destina.

Nada ménos que la honra de un Jeneral, lleno de delicadeza, está interesada en el exacto desempeño de sus subordinados, i le causaría una justa indignacion, i haría efectiva la responsabilidad de cualquiera de ellos, que se manchase con algún exceso.

Pero no es ninguna de estas feas acciones de las que han llegado quejas al Gobierno; han sido voces de que repugnan la guerra con los bárbaros, i aun esto tiene mucho de vulgar; porque no es posible que ocurra a alguno el que se permita una impunidad escandalosa, que mui en breve fomentaría la audacia i arrojo de los indios, hasta el grado que nada podría contenerlos.

Pocos dias ántes solo podría deciros que aunque en la presente campaña no se han logrado grandes ventajas, quedaron los indios sériamente escarmentados, lo cual será una leccion que por mucho tiempo tendrán presente para no atreverse a hacer nuevas correrías por las pampas i ménos invadir nuestras fronteras, que servirá también para impedir que se repitan contra nuestros aliados las invasiones que frecuentemente han esperimentado, con lo que lograremos que éstos nos guarden respeto i consideraciones que nos serán sin duda de grande importancia, principalmente en el caso que por desgracia fuere necesario continuar la guerra.

Mas, ahora tengo la agradable satisfaccion de poder presentaros el documento número 29, con el plausible aviso de que los indios han solicitado ya la paz porque tanto ha ansiado el Gobierno, para cuya consecucion el Ministerio no ha dispensado ni dispensará medio alguno, mui persuadido de los inmensos beneficios que de ella reportará a nuestro pais. Si se lograre restablecer sobre bases sólidas i durables, sería éste uno de los acontecimientos mas importantes que podría contarse en los anales de Chile, por cuanto sería el elemento mas fecundo de prosperidad. ¡Quiera el cielo permitir que en adelante no oigamos hablar mas de la ominosa guerra con los valerosos araucanos!

DEPARTAMENTO DE MARINA

Reducida nuestra Marina por la lei a solo dos buques, el bergantín Aquiles i la goleta Colocolo, es fuera de duda que son insuficientes para el servicio de la República que tiene una costa dilatadísima llena de puertos i radas. No han faltado buques balleneros i mercantes que han despreciado nuestras leyes i las órdenes mas terminantes de las autoridades locales para que se retirasen de aquellos puertos cerrados al comercio, porque no veían una fuerza capaz de contenerlos, i alguna vez el Aquiles pudo forzar a alguno de estos tenaces contraventores a alejarse de nuestros puertos.

Ocupados constantemente los dos buques en seguir las aguas a contrabandistas, en conducir armas i pertrechos a las provincias, presidarios i víveres a Juan Fernández, hacer cruceros, reconocimientos i otros importantes servicios, se echa ménos las mas veces, en el principal i mas interesante puerto de la República, un buque en que flamee el pabellon nacional i que esté pronto para hacer uso de él en ocurrencias del momento.

Nuestras distantes provincias se pasan largas épocas sin ser visitadas, i aunque en el período de que doi cuenta han tocado en el puerto de Valdivia el bergantín i la goleta, no ha sido posible hacerlos llegar al archipiélago que hace mucho tiempo que no es visitado.

La multitud de obligaciones que pesan sobre la Nacion, impide al Ejecutivo agregar al presupuesto la cantidad necesaria para comprar cuatro goletas fuertes, que serían las ménos que, a juicio de hombres intelijentes, deberían emplearse en los diferentes objetos que ocurren diariamente. Es probable que en el año corriente se obtengan datos suficientes para hacer esta demanda al Congreso en el período venidero de sus sesiones; esto es, si, como lo he dicho, lo permiten los apuros de nuestro Erario.

En el mes de Noviembre último, se comisionó al bergantín Aquiles para hacer un reconocimiento de la embocadura del rio Bueno, de acuerdo con el activo intendente de la provincia de Valdivia José de la Cavadera; i si esta empresa no correspondió a los buenos deseos de los que creían este rio capaz de navegacion para buques mayores, al ménos se logró levantar un plano i hacer un completo reconocimiento del pequeño puerto conocido por Caleta del Milagro. En él pueden fondear embarcaciones de cien toneladas, que mediante un corto camino de tierra darían fácil salida a los frutos de los llanos de aquella provincia, conduciéndolos sobre agua hasta cerca de la barra. Sobre esta materia se ha mandado formalizar un espediente, i concluido, se pasará a donde corresponda a fin de que dicho puerto sea habilitado al tráfico interior, que dará vida a aquella hermosa e interesante parte de nuestra República.

En este viaje llevó también instrucciones el bergantín para hacer un formal reconocimiento de la embocadura del Imperial, en combinacion de un práctico que desde tierra debería fijar señales que previniesen un desastre, pero no se realizó por llenar otros deberes que le fueron encargados de preferencia.

En tal fecha fué preciso enviar al Aquiles al Callao, conduciendo el tratado que recientemente se ha celebrado entre esta República i la del Perú, i ha regresado en malísimo estado, haciendo agua de manera que inspira recelos; por ahora, según los partes, no puede continuar prestando servicio. Se ha iniciado espediente, i de él resultará si es conveniente rehabilitarlo o enajenarlo. Se ha pensado que aun cuando se carene formalmente, sería mas útil i oportuno que quede en astillero hasta que las exijencias públicas demanden su servicio activo; reemplazándose, entre tanto, con una goleta de poco costo que podrá comprarse en Valparaiso, i que con los ahorros que debe producirnos el bergantín desarmado en dos o tres años, se pueden costear tres o cuatro goletas de buena i fuerte construccion para que hagan el servicio mas urjente de la República.

Nuestra Marina se rije por las ordenanzas españolas i por prácticas i disposiciones patrias, que se han ido adoptando desde que Lord Cochrane mandó la Escuadra.

Esta arma, que dentro de pocos años deberá ser la principal i mas necesaria en nuestro pais, todo litoral, demanda el nombramiento de una comision de intelijentes que, con presencia de las mejores ordenanzas de Europa i América, redacte un proyecto de las que sean mas adaptable a nuestras circunstancias.

Nuestra Marina mercante es también insuficiente, atendida la estension de nuestro comercio, el volúmen de nuestros frutos i la necesidad de facilitar su salida a paises estranjeros; pero puede calcularse racionalmente que a la vuelta de breves años será numerosa, ella es la que debe determinar el número de buques de guerra que deben haber para protejerla.

Hasta ahora se ha dado patente a todo el que la ha solicitado para nacionalizar un buque, sin atender a si el propietario o el que lo gobernaba era o no estranjero. La escasez de capitales i los pocos chilenos dedicados a la navegacion, parece ser la única razon que hizo dictar esta franquicia desconocida en la Nacion, i que al Gobierno le parece ya conveniente hacer cesar para lo sucesivo; i a este fin se dirijirá iniciativa a las Cámaras, de acuerdo con el Mensaje del Ministro de Hacienda, reducido a compilar en un cuerpo los privilejios de los barcos nacionales.

La falta de pilotos chilenos obligará a permitir que los buques mercantes puedan ser mandados por estranjeros; mas, esta concesion debe cesar tan luego como hayan aquéllos. Esta franquicia no puede ser permitida ni tolerada, sino por un tiempo mui preciso; porque para ser reconocido un pabellon como de la sociedad a que representa, el capitan i una parte de la tripulacion deben ser también ciudadanos de la Nacion; i esta práctica forma una garantía para evitar tropelías, i abusos que no son raros, particularmente en otros mares de mas concurrencia.

Es también de absoluta necesidad reglamentar del caos, i se desenvolverá tan breve como se esta Marina con mucha meditacion; mas, esta obra exije otros conocimientos i sobre todos los de la esperiencia que nos suministrará ella misma a proporcion que vaya saliendo de la infancia. Entre tanto, se reunirán datos i se recojerá una coleccion de los mejores reglamentos que rijen en otros pueblos mas adelantados, de donde podremos estraer todo lo adaptable a nuestro pais.

Para que se observen los reglamentos en la abundancia, encontraremos un gran número de entrada i salida de los buques de policía que debe haber en los puertos, hai nombrados algunos oficiales con el título de capitanes de puerto, pero los mas de estos destinos son desempeñados en comision por otros empleados, a los que siendo familiares los reglamentos, i no conociendo los riesgos que se corren en el mar, permiten la salida de los puertos a buques que, consultando mas a la codicia de sus cargadores que a la seguridad del viaje, se esponen a naufragar.

El Ministerio ha sido informado en estos dias de que es mui frecuente en las provincias del Sur, donde son mayores los riesgos, cargar sobre cubierta las maderas mas pesadas i voluminosas hasta el grado de embarazar la maniobra, i se han visto barcos cuya jarcia se componía, en gran parte, de largas correas de cuero, inútiles esta naturaleza, en el momento que se mojen o endurezcan. Para remediar este mal verdaderamente grave, se ha dirijido una comunicación al Comandante Jeneral de Marina, a quien están inmediatamente subordinados los capitanes de puerto.

Lo que mas reclama con urjencia nuestra Marina mercante, es protección i privilejios especíales que sirvan para estimular i hacer inclinar a este ramo de industria la concurrencia de capitales. La facilidad i baratura de los trasportes alentará nuestra agricultura i nuestros frutos se derramarán por todas las costas del Pacífico. Las provincias situadas a este mar deben recibir las producciones de nuestro suelo, en razón de que las venderemos mas baratas que las de Europa, que o tienen que dar la vuelta al Cabo o una travesía mui costosa por tierra.

Señores: la América principia ahora a salir del caos, i se desenvolverá tan breve como se van familiarizando las formas que adoptó para su réjimen. A la locura de la infancia sucederá la solidez de la edad madura, i la perspectiva de Chile para entónces se presenta a la imajinacion sombreada de cálculos lisonjeros. Pacíficos desde ahora cultivaremos las artes i daremos las diversas formas que pueden recibir los frutos, que casi espontáneamente i sin cultivo produce nuestra tierra; i cuando los hayamos obtenido en abundancia, encontramos un gran número de pueblos que recibian i consuman todos nuestros sobrantes.

Acompaño bajo el número 30 el estado de los gastos causados por los dos buques empleados en el servicio.

Presento a las Cámaras para su aprovacion el presupuesto de los gastos ordinarios i estraordinarios pertenecientes al año económico entrante, i creo deber manifestar que aunque él asaciende a novecientos treinta i nueve mil quinientos cuarenta i dos pesos ($939.542) tres reales no debe parecer excesivo, si se atiende a que se presupuesta el máximum de las cantidades que pueden gastarse.

Mui penoso me ha sido, señores, cumplir con la mas agradable i útil de mis obligaciones, tanto por las dificultades que ofrece una obra de esta naturaleza, principalmente cuando se carece de los conocimientos i medios necesarios para desempeñarla debidamente, cuanto por la dura necesidad en que me he visto de presentarnos un cuadro no mui lisonjero. Yo no he pensado jamas en otra cosa que en haceros una relacion sencilla de los hechos, acompañada de algunas reflexiones que me han parecido oportunas. Si vosotros, al hacer el análisis de este trabajo, encontráreis algo útil que recojer para emplearlo en vuestras sabias disposiciones, mi alma sentirá un placer inefable.

Santiago, Setiembre 14 de 1835. -José Javier de Bustamante.




Memoria del Ministerio de Guerra y Marina


Véase anexos del Núm. 653 al 683