Sobre ocho veces treinta el sol corría
Apariencia
- Soneto XXXVI
Sobre ocho veces treinta el sol corría los años de un enfermo, que aguardaba junto a Betsaida el ángel que bajaba, y a las sagradas aguas revolvía. A Cristo, que salud le prometía, de la falta del hombre se quejaba, que la divina luz, que le llamaba, la noche de su error desconocía. Yo, que imito sus obras y su nombre, ciego a la viva luz que me reduce, aguardo mi remedio descuidado. Mas no puedo decir por falta de hombre, pues tengo un hombre en Dios que me conduce a las aguas del mar de su costado.