Suspenso aquel divino movimiento
Apariencia
- De Cupido y Lucinda
- Soneto 148
Suspenso aquel divino movimiento del sol de sus estrellas celestiales, encendida la nieve en dos corales, al pie de un lauro, haciendo son el viento, durmió Lucinda, y el Amor atento a la causa amorosa de mis males, dijo, alzando la voz, palabras tales que parece que hurtó mi pensamiento: «Venus, hermosa y dulce madre mía, con Psiques andarás de nuevo en puntos; ésta es cárcel de amor, ya tengo dueño». Oyó Lucinda lo que Amor decía, y abrazando al rapaz, durmieron juntos para quitarme eternamente el sueño.