Tiraban Dios y el hombre al blanco un día
Apariencia
- A San Sebastián
- Soneto LXII
Tiraban Dios y el hombre al blanco un día flechas de amor y de crueldad tirana, por ver quien de los dos el premio gana, que atado a un árbol el rigor tenía. Dios, que del blanco lo que Dios sabía, tiraba con destreza soberana; erraba el hombre con malicia humana, porque la mira contra Dios ponía. Era de entrambos Sebastián el cierto blanco en un tronco, donde ramas hechas las flechas le dejaron tan cubierto. Que puesto que a matarle iban derechas, quedó de Dios, y no del hombre muerto: que en las flechas de Dios rompió sus flechas.