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Ingenio boricua en fórmula anticáncer

Lunes, 7 de noviembre de 2005

Por Marga Parés Arroyo end.mpares@elnuevodia.com

Los doctores Jorge Miranda Massari y Michael González se conocieron durante sus años universitarios, cuando ambos se destacaban como líderes en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.

El destino los volvió a unir años más tarde cuando, tras haber perdido a seres queridos ante el implacable cáncer, ambos emprendían una cruzada en contra de esta mortal enfermedad, causante del sufrimiento de millones de personas en el mundo.

“Ya es una cuestión personal porque el cáncer nos ha quitado a personas queridas y nos vamos a vengar. Queremos aparecer en los anales de la historia como los 'Cancer Busters'”, comentó González, en tono jocoso.

Miranda Massari perdió a causa del cáncer a su esposa y a ambos padres, mientras González vio cómo su padre y su abuelo sucumbían por la condición.

Seis años después de comenzar su búsqueda, sus teorías comienzan a dar resultado y a ser conocidas en la comunidad científica internacional, que hace décadas libra una lucha sin cuartel, aunque sin demasiado éxito, contra el cáncer.

Los doctores Miranda Massari y González son pioneros en los estudios que indican que la vitamina C es efectiva contra el cáncer y tras varios años de publicar sus hallazgos en varias revistas científicas, no fue sino hasta que este año el joven científico Mark Levine lo dio a conocer en la revista Proceedings of the National Academy of Cancer que sus teorías comienzan a ser tomadas en serio.

“Lo que Levine está demostrando ahora, que salió publicado en septiembre de este año, ya nosotros lo habíamos dicho en marzo de 2002”, indicó Miranda Massari, cuyos estudios, a su vez, están basados en teorías que venían publicando desde la década de los 50 y 60 los prestigiosos científicos Albert Szent-Gyorgyi y Linus Pauling, quien ganó el Premio Nobel de Química en 1954 y el de la Paz en 1962.

La alternativa en la que estos médicos cifran sus esperanzas es en la administración intravenosa de altas dosis de vitamina C como complemento de otros tratamientos contra el cáncer.

Según explicó Miranda Massari, la teoría sobre el beneficio que esta terapia representaría para los pacientes de cáncer parte de que la vitamina C actúa como agente antineoplásico, o sea, mata las células del cáncer.

Para sustentar esta teoría, ambos galenos han estado laborando desde hace cinco años en un proyecto investigativo titulado “RECNAC II”, el cual cuenta con el apoyo del Centro para el Mejoramiento del Funcionamiento Humano, ubicado en Wichita, Kansas.

“RECNAC II”, siglas que representan la palabra cáncer al revés, pretende establecer un protocolo para alternativas que combatan el cáncer de forma no tóxica.

Como parte de esta investigación, los investigadores puertorriqueños pretenden cambiar las condiciones bioquímicas que promueven, desarrollan y sostienen el estado de las células cancerosas para inhibir su proliferación.

“De probarlo, estaríamos cambiando las teorías que aparecen en todos los libros (sobre el desarrollo del cáncer)”, dijo González, con evidentes entusiasmo y optimismo.

Aunque esta teoría aún no ha sido probada, González y Miranda Massari le recomiendan a los pacientes de cáncer que no consuman azúcar refinada, ya que además de que no les abona nutrientes, le va a impulsar energía a las células cancerosas, lo que va a contribuir a su proliferación.

“La vitamina C se parece mucho estructuralmente al azúcar. Por eso entendemos que altas dosis de Vitamina C vía intravenosa compiten con las cantidades de azúcar que ya tiene el organismo”, dijo Miranda Massari.

La teoría aún no ha sido probada en un protocolo formal, pero ya unos diez puertorriqueños pacientes de cáncer han accedido a recibir este tratamiento novel.

A uno de ellos, paciente de cáncer del pulmón, le habían dado unos cuatro a cinco meses de vida. De eso hace dos años. Igualmente, el cantautor Tony Croatto también fue paciente de los doctores Miranda Massari y González en las últimas etapas de la enfermedad que le produjo la muerte en abril de este año.

“Se puede decir que todos ellos han vivido más de lo que se esperaba”, dijo Miranda Massari, quien destacó que el 70% de estos pacientes ya presentaba una etapa avanzada de cáncer, al momento de someterse al tratamiento.

“Es una alternativa que va a mejorar la calidad de vida del paciente”, agregó.

Por su parte, González destacó que, además de ayudar a los pacientes de cáncer, un éxito en esta teoría tendría un gran significado en el prestigio de las investigaciones científicas que, contra viento y marea y muchas veces sin recursos, se llevan a cabo en Puerto Rico.

“Es importante que se conozca que aquí, en Puerto Rico, se hacen cosas importantes, que hay la capacidad intelectual para hacerlo”, puntualizó.