Venus, y Adonis herido

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 Lustroso honor de Chipre,
 Aurora, que a una flor tu llanto quiere
 amanecer segunda vez la vida,
 de un jabalí robada, que la hiere,
 y tú se la suspiras en la boca
 cerrándole la llaga con la toca,
 porque no se le ausente con la herida;
 en vano prevenida
 contra el rigor celoso de la fiera
 el alma le conmutas con tu aliento,
 si en filigranas borda la ribera
 desvanecida con humor sangriento
 y manchó de coral todas las flores
 rotulando en las hojas sus amores;
 de donde en flor la copia, el prado umbroso
 pira de Adonis, monumento hojoso.