Voy por esta desierta, estéril tierra
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Voy por esta desierta, estéril tierra, de antiguos pensamientos molestado, huyendo el resplandor del sol dorado, que de sus puros rayos me destierra. El paso a la esperanza se me cierra, de una ardua cumbre a un cerro do enriscado, con los ojos volviendo al apartado lugar, sólo principio de mi guerra. Tanto bien representa la memoria y tanto mal encuentra la presencia, que me desmaya el corazón vencido. ¡Oh crueles despojos de mi gloria! desconfianza, olvido, celo, ausencia, ¿por qué cansáis a un mísero rendido?