Jorge Juan (Retrato)
DON JORGE JUAN.
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Los hombres grandes son siempre dignos de nuestra memoria y veneración; pero mucho mas aquellos que, como el Excmo. Sr. D. Jorge Juan, han consagrado sus talentos y estudios en beneficio de su patria y de todo el género humano. Nació este ilustre Español en la Villa de Novelda, próxima á Alicante, en 5 de Enero de 1713; y sus padres D. Bernardo Juan y Doña Violante Santacilia le procuráron dar desde su tierna edad la mas completa educación; de suerte que habiendo entrado (después de venir de Malta) en 1729 en la Compañía de Guardias Marinas de Cádiz, se distinguió en ella no menos por su talento, aplicación y progresos, que por su espíritu y serenidad en las primeras campañas de mar. El alto concepto que supo grangearse le hizo acreedor á que, juntamente con D. Antonio de Ulloa, se le eligiese para ir con los Académicos Franceses Godin, Bouguer y la Condamine á executar en nuestra América meridional la medición de los grados terrestres debaxo del equador, con el objeto de averiguar la verdadera figura de la tierra. Once años consumió en el desempeño de una confianza tan honrosa, viviendo lo mas del tiempo en los páramos y en las cumbres de las elevadas montañas de Guayaquil y Quito, atendiendo ademas á varios encargos del Virey sobre la defensa de aquellas plazas y disciplina de sus tropas, siendo por tal causa el amparo y confianza de los pueblos, que le dieron solemnes demostraciones de gratitud en sus mas críticos apuros. Vuelto á Europa, conferenció en Paris sus tareas con aquellos sabios, que lo miraron con honorífico aprecio; y vencidos los obstáculos que tanto lo aburrieron de dar á conocer su comisión y desempeño al nuevo Ministerio que encontraba, repartió el trabajo con su compañero, y dieron á luz en 1748, así la relación histórica del viage, como las Observaciones astronómicas y físicas, de que hizo tan utiles aplicaciones á la magnitud y figura de la tierra, á la navegación y á otros objetos de general utilidad; disponiendo casi al mismo tiempo una Disertación histórica-geográfica sobre el meridiano de demarcación entre los dominios de España y Portugal. Finalizados estos trabajos, pasó á Londres con una comisión importante, cuyo buen desempeño le produxo una serie no interrumpida de otras muchas durante su vida activa y laboriosa. Exceden de veinte y quatro los viages que emprendió de órden de la Corte de un extremo á otro de España, y en ellos proyectó y dirigió los célebres arsenales de Cartagena y Ferrol, sus diques, las bombas de fuego, las gradas para construir navíos y botarlos al agua sin lesión, el método de construirlos igualmente que todas las demás clases de buques, las útiles mejoras en las minas de Almadén, con provecho de la salud de los trabajadores y considerable aumento del Erario: siendo consiguiente á esto la confianza con que todo se le consultaba, ya de obras civiles é hidráulicas, beneficio de minas, liga y afinación de monedas, dirección de canales y riegos, ya sobre otras materias científicas y de su peculiar profesión. Nombrado Capitán de la Compañía de Guardias Marinas en 1751, mejoró los estudios, buscó excelentes maestros, supo dotarlos y apreciarlos dignamente, estableció el famoso Observatorio astronómico de Cádiz, y dedicado él mismo á la enseñanza dió, en su Compendio de navegación, impreso en 1757, no solo un digno exemplo á los otros maestros, sino un resúmen claro y elegante de quanto había adelantado la navegación hasta aquella época. Aun fué mas rápida y pública la reforma y mejora que recibió el Seminario de Nobles después de nombrado D. Jorge Juan por su Director: la Academia de S. Fernando, que ha tributado públicos testimonios de su gratitud al Zelo y laboriosidad de este hábil Consiliario suyo, reconocerá siempre como fruto de su consejo y dirección el haber publicado tan útiles y completas obras matemáticas, y el haber arreglado y fomentado estos estudios con particular aplicación al progreso de las Nobles Artes; y finalmente, para demostrar que su talento no era limitado á las ciencias y literatura, dió pruebas de su tino, prudencia y zelo en los asuntos políticos ocupaciones iba trabajando catorce años hacia su grande obra, que con el título de Exámen marítimo dió a luz en 1771: obra no menos original que sublime, y no menos profunda en su teórica, que atinada y precisa en sus vastas y útiles aplicaciones, con particularidad á la construccion y manejo de las naves. A tanto laboriosidad sacrifió su salud en términos que la repeticion de los cólicos biliosos convulsivos acabó con su vida en Madrid á 21 de Junio de 1773. Enterrósele con solemnidad en la Parroquia de S. Martin, donde cubre sus cenizas un honorífico epitafio. Su virtud, su modestia, su caridad, su patriotismo compitiéron con su saber. Toda la Europa le conocia, llamándole por antonomasia el Sabio Español. Los Ingleses le diéron en vida y personalmente las mismas públicas demostraciones de aprecio que después han dado á su Exámen marítimo, de que han repetido numerosas ediciones. Los Franceses lo han traducido y comentado tambien, y en España ha emprendido la misma ilustración con mucha profundidad y maestría un Oficial de Marina y compatriora del mismo D. Jorge, deseoso de dar á conocer todo el tesoro que en sí encierra una de las obra mas clásicas del siglo XVIII en las ciencias físico-matemáticas.