A fuerza de arrastrarse: 35

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Acto tercero[editar]

Salón lujoso. Puerta en el fondo y laterales; una de las puertas laterales del segundo término es pequeña.


Escena primera[editar]

TOMÁS, sentado cómodamente en un sofá o sillón. Después, un CRIADO.



TOMÁS.-¡Jesús, qué distracción! (Levantándose de golpe.) Si entra de pronto Plácido, digo el señor vizconde, y me encuentra sentado, ¡buena la hicimos! ¡Bien se desquita, bien! Y bien supo hacerse el amo... ¡Paciencia! Tomás es Tomás, y también me desquitaré yo con él y con niña Josefina..., digo..., con la señora vizcondesa...

CRIADO.-(Entrando por el fondo.) Ahí está el que vino esta mañana. El lugareño. Empeñado en que ha de ver al señor vizconde.

TOMÁS.-¿Para qué?

CRIADO.-No sé. No lo dice: es muy receloso. Sólo nos ha dicho que es de Retamosa.

TOMÁS-¡Ah! ¿De Retamosa? ¡Pchs! Si tiene tanto empeño, que entre. (Sale el CRIADO.) ¿Quién sabe si contará algo útil?