A secreto agravio, secreta venganzaA secreto agravio, secreta venganzaPedro Calderón de la BarcaJornada 1: Escena VIII
Jornada primera
Escena VIII
DOÑA LEONOR, DON LUIS, SIRENA, CELlO
DON LUIS
¿Qué me podrás responder,
mujer tan fácil, liviana,
mudable, inconstante y yana,
y mujer, en fin, mujer,
que pueda satisfacer
a tu mudanza y olvido?
DOÑA LEONOR
Haber tu muerte creído,
haber tu vida llorado
causa a mi mudanza ha dado,
que a mi olvido no ha podido;
pues cuando te llego a ver,
a no estar ya desposada,
vieras hoy determinada
si soy mudable o mujer.
Desposéme por poder.
DON LUIS
Y bien por poder se advierte:
por poder borrar mi suerte,
por poder dejarme en calma,
por poder quitarme el alma,
por poder darme la muerte.
Ésta dices que creíste,
y no fue yana apariencia;
que si creíste mi ausencia,
es lo mismo: bien dijiste.
DOÑA LEONOR
No puedo, no puedo, ¡ay triste!,
responder; que está conmigo,
no mi esposo, mi enemigo.
Mas porque me culpas fiel,
lo que le dijere a él,
también hablaré contigo.
( Retirase Don Luis a un lado.)