A secreto agravio, secreta venganzaA secreto agravio, secreta venganzaPedro Calderón de la BarcaJornada 2: Escena I
Jornada segunda
Escena primera
Sala en casa de Don Lope en Lisboa.
SIRENA, MANRIQUE.
MANRIQUE
Sirena de mis entrañas,
que para aumentar mi pena
eres la misma Sirena,
que enamoras y engañas:
duélate ver el rigor
con que tratas mis cuidados;
que también a los criados
hiere de barato amor.
Dame un favor de tu mano.
SIRENA
Pues ¿qué puedo darte yo?
MANRIQUE
Mucho puedes; pero no
quiero bien más soberano
que aquese verde listón,
con que yaces declarada
por dama de la lazada
o fregona del tusón.
SIRENA
¿Una cinta quieres?
MANRIQUE
Sí.
SIRENA
Ya aquese tiempo pasó,
que un galán se contentó
con una cinta.
MANRIQUE
Es así;
pero si yo la tuviera,
desparramando concetos,
mil y ciento y un sonetos
hoy en tu alabanza hiciera.
SIRENA
Por yerme tan soneteada
te la doy; y vete ahora,
porque viene mi señora.