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Acústica elemental/Prólogo

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Nota: Se respeta la ortografía original de la época
 
PRÓLOGO.

 

Escribir un libro es siempre tarea difícil de llenar cumplidamente; pero las dificultades suben de punto si el libro ha de responder á las exigencias de la enseñanza en cualquiera de sus grados, y aunque parezca paradójico, es aun más difícil acomodarlo á las propias de la enseñanza elemental. La razón, sin embargo, es óbvia; sintetizar en breves páginas aquellos conocimientos pertinentes al fin que se persigue entresacándolos del abundante arsenal de las ciencias, ordenarlos de modo que constituyan un verdadero cuerpo de doctrina en el que no falle lo esencial ni huelgue lo impertinente, relacionarlo para que la unidad no sea un mito y exponerlo en forma tal que resulte perfectamente acomodado al nivel intelectual de los que han de utilizarlo y al caudal de conocimientos antoriormente adquiridos por los mismos, para que la enseñanza no peque de deficiente si el autor no ha sabido utilizar aquéllos, ó resulte estéril el esfuerzo del alumno por elevarse á esferas más altas de lo que permiten sus fuerzas, cosa es que exige gran meditación después del acabado conocimiento de la materia que debe suponerse en el que acomete la empresa.

Y si tales dificultades han de hallarse en toda ocasión, éstas acrecen cuando el objeto del libro es una tan vasta ciencia como la Fisica, en la que, á pesar de la diversidad aparente de su objeto, ha de ponerse formal empeño en que resulte tangible la unidad de causas, base esencialísima de la actual organización de sus conocimientos. Por eso es frecuente hallar libros en los que sus autores demuestran gran empeño en responder á este último fin, pero en los que no se traduce tal intento en hechos prácticos, pues no basta considerarlo á cada paso y en una y otra página; es necesario además que la estructura del libro sea el principal elemento de acción, y sin esto, no quedará más que enunciado el deseo del que lo escribió, de todo punto insuficiente para llevar al ánimo del lector la certeza del principio en que pretendió inspirarse.

Una de las partes de la Física en la que los autores de nuestros libros de texto han puesto menos esmero, es, sin disputa, la Acústica, sin embargo de tratarse de una serie de fenómenos interesantisimos de por sí y mucho más aun por la enseñanza que de su estudio se desprende, inmediatamente aplicable á la más cabal inteligencia de las modernas teorías del calor y de la luz, en las que se consideran estos agentes como un movimiento vibratorio perfectamente comparable con las vibraciones sonoras. Es cierto que en algunos de los libros últimamente publicados se ha tratado de subsanar la falta introduciendo un estudio completamente nuevo en nuestros programas, el del movimiento vibratario, del que se ocupan continuación del estudio de la comunicación del movimiento y el choque de los cuerpos elásticos; pero dejando á un lado la dificultad de tratar este asunto con los escasos conocimientos de matemáticas que nuestros alumnos poseen, enseña la experiencia que tan abstrusa exposición de fenómenos, cuya utilidad no se les alcanza, no logra fijar debidamente su atención, y que el conocimiento resulta ilusorio al llegar el momento de aplicarlo; sin contar con que la indole de la enseñanza exige que no se fíe en que el alumo sabrá hacer la aplicación por su propia iniciativa, y que si hay que repetirse, es preferible prescindir del conocimiento preliminar y exponerlo completo en el lugar mismo de su aplicación inmediata. Tiene esto último, además, la ventaja de hacer menos árido su estudio, y la de no exigir sino la exposición de aquello que en tal materia haya de resultar absolutamente necesario.

La importancia del perfecto conocimiento de la Acústica, resulta evidente desde el momento en que se considera que ésta nos presenta la ocasión de sentar principios y deducir consecuencias, aplicables á todo movimiento vibratorio, partiendo del movimiento sonoro que se ve y se toca, que entra por los sentidos como tal movimiento, comprobándose por su testimonio la vibración del cuerpo sonoro y los accidentes de su propagación, con un sinnúmero de detalles que sería inútil perseguir en otros movimientos de su misma especie que, como el calor y la luz, escapan á tan minuciosa investigación de la vista y el tacto, incapaces de apreciar en ellos otra cosa que la sensación específica correspondiente, quedando en la sombra el movimiento del foco y el del medio transmisor, que aseguramos, sin embargo, por la concordancia entre los hechos de experiencia y la teoría que los supone el efecto de una vibración y sus ondas llevada hasta sus más remotos límites. Quien haya llegado á formar juicio exacto de las diversas manifestaciones del movimiento sonoro, fácilmente acomodará el conocimiento adquirido al estudio de las vibraciones etéreas; sin aquella base, la imaginación se halla falta de los elementos necesarios para la representación completa del fenómeno, y no llega á ver sino quiméricas hipótesis en las teorías admitidas.

Las precedentes consideraciones nos han inducido á publicar esta monografía, iniciando al propio tiempo un camino que seguramente puede resultar provechoso. Basta para convencerse de esto último, tener en cuenta que la publicación de un tratadito especial es empresa más asequible á los escasos medios con que solemos contar los que nos dedicamos al magisterio, que la de una obra completa, y que si éste se juzga útil para la enseñanza, su adopción no implica la necesidad de sustituir un libro por otro, lo que puede ofrecer verdaderas dificultades, pues si en alguna de sus partes resulta uno de ellos deficiente, comparado con otro de la misma clase, puede el primero ser preferible al segundo bajo otros conceptos; y que, después de todo, no habría inconveniente alguno en estudiar la asignatura sirviéndose de tratados especiales de cada una de sus partes, y aun podría suceder que se hallara en esto indudables ventajas, por adaptarse cada uno de ellos al programa del profesor mucho mejor que pudiera hacerlo un tratado completo.

Cuatro palabras sobre el plan de nuestro libro. Hemos dividido éste en tres partes atendiendo á la mejor distribución de su contenido: en la primera, se hace el estudio de la naturaleza, cualidades y propagación del sonido, sin preocuparse del cuerpo sonoro; en la segunda, la del sonido, tomando en cuenta las modificaciones del cuerpo que lo produce, de donde se deriva el conocimiento de la naturaleza compleja de la casi totalidad de los sonidos, así como el del análisis y la síntesis de los mismos; y la tercera se destina á estudiar la composición de los movimientos vibratorios con la extensión indispensable para el conocimiento del importante fenómeno de las interferencias y las novísimas teorías de las consonancias y disonancias. Del contenido y método de exposición de cada una de ellas, poco hemos de decir; sólo queremos dejar consignado que nuestro objeto no ha sido el de hacer un tratado completísimo, sino un libro metódico y sencillo, en el que, dentro de los límites de la enseñanza elemental, se halle todo lo necesario á los fines de que queda hecho mérito anteriormente, haciendo caso omiso de cuanto hemos consi- derado superfluo.

Si hemos acertado á hacer algo útil, nos quedará la satisfacción que produce el cumplimiento de un deseo noble y desinteresado; si no hemos sido tan afortunados, nos consolará la esperanza de que alguien lo intente con mejores armas y se consiga al fin lo que nos propusimos, si no por el propio, por el ajeno esfuerzo.

Cabra, 20 de Agosto de 1891.

J. Cabello.