Apuntes Secretos de un Gurú: 28 DE FEBRERO DE 1952
FEBRERO 28 DE 1952.
[editar]Una nueva mañana llena de niebla, en las playas de este mar inmenso y dilatado.
Mi esposa prepara el desayuno y Osiris mi hijo, se pelea con su pequeña hermana "Isis" de cinco años de edad, por algunas frutas silvestres. ¡Que bellos son los niños!
He estado comentando con mi esposa sacerdotisa, algo sobre el templo de los Maestros del "rayo de la fuerza". Realmente el discípulo no preparado sentiría un terror Indecible al entrar en el templo del rayo de la fuerza. Todos los Maestros del rayo de la fuerza asistimos a ese templo, en cuerpo astral; allí sólo reina el terror de la fuerza y el imperio del amor. Qué terrible es ese templo Las fuerzas que allí entran en actividad son espantosas. Todos los Maestros de ese templo, son verdaderos veteranos de la batalla de la vida; en sus rostros se notan las huellas dolorosas de la terrible lucha por el pan de cada día; en todos ellos se ven claramente las huellas dolorosas de la batalla terrible por la subsistencia diaria. Todos ellos se han hecho Maestros luchando en la gran batalla por la existencia. ¡Qué dura realidad es esta!
Aquí en este templo de la fuerza no veo a ningún pietista. ¿Qué se hicieron los teosofistas? ¿Dónde están los sublimes teorizantes del Rosacrucismo? ¿Que se hicieron todos esos "loros" de las escuelas espiritualistas, que tanto hablaban y hablaban? ¿Dónde están?
En este templo sólo veo guerreros de la vida, hombres veteranos de la gran batalla, rostros que revelan haber sufrido mucho en el plano físico... Aquí en este templo no hay teorizantes; aquí no veo a esos ampulosos espiritualistas que en el plano físico hablaban tan bonito. Aquí lo que veo son crudas realidades, y Maestros de rostros sufridos... Me he sentado a conversar con uno de ellos que parece un mendicante.
Los superiores le amonestaron severamente, para que en el plano físico se arregle y se vista con más decoro, pues no está bien que un Maestro ande con los zapatos rotos y con traje sucio. El Maestro debe vestirse siempre decorosamente, y vivir pulcramente vestido de acuerdo con la época, y el medio ambiente en que le toca trabajar.
Todo lo que se hace en el plano físico repercute en el astral, y si en el plano físico andamos como indigentes, así nos veremos y nos verán los demás en el plano astral. Así, pues, debemos tener cuidado con nuestras personas.
Cuando Cristo venga en la edad de Acuario, nacerá como un hombre entre los hombres, y se vestirá y arreglará de acuerdo con la moda de la época.
Se equivocan aquellos que piensan que él tendrá que presentarse de acuerdo con la moda de la antigua Jerusalén, y sólo se sabrá que es el Cristo: por sus obras, por sus hechos, pues el árbol se conoce por sus frutos.
La venida del "Cristo" se necesita para que nos explique y aclare bien la doctrina que él nos enseñó, y que todas las sectas religiosas han desfigurado totalmente. Cuando él venga, ya no habrá malvados, porque todos los malvados de esta época ya habrán caído en el abismo. Cristo vendrá en Acuario, y en ese entonces sólo habrá sobre la tierra gente buena.
Otro comentario que hacíamos con mi esposa-sacerdotisa después del desayuno, y en momentos en que ella se preparaba para ir a comprar comestibles al mercado, se relacionaba con la magia-sexual.
Ciertos perversos demonios tentadores del Astral me "tentaron" anoche con el culto fálico tenebroso que enseña Cherenzi en su libro titulado «El Kundalini» o «la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes». Dichos demonios llevaban cuernos sobre la frente y me hablaban en los siguientes términos:
"Así como vos practicáis magia-sexual está muy mal, vos podéis derramar el semen y siempre sube vuestro Kundalini". Así hablaron los demonios tentadores y yo les contesté en la siguiente forma: "Hacedlo vosotros así, pero yo sigo mis prácticas como voy, porque soy miembro de la Logia-Blanca".
Los demonios se retiraron entonces vencidos: quisieron hacerme caer, y se equivocaron como se equivocó Javhe con Cristo.
El abismo está lleno, de equivocados. La naturaleza es muy sabia, y si bien es cierto que puso en el hombre canales seminíferos para eyacular o expulsar el semen a fin de que el hombre pudiera reproducir su especie y hacer su aprendizaje de hombre, entre los hombres, también es cierto y muy cierto que la naturaleza puso alrededor de la columna espinal, sus dos canales espermáticos para que el hombre pudiera hacer subir su semen hacia arriba, hacia la cabeza, a fin de que pudiera hacer su aprendizaje de ángel.
Estos dos canales espermáticos son los "dos testigos" del Apocalipsis, las dos olivas, y los dos candeleros delante del trono de Dios, (el INTIMO).
Cuando estos dos testigos resucitan, el hombre se hace ángel. Nosotros los magos blancos, también gozamos la hembra, pero la gozamos sabiamente sin perjudicarnos; nosotros introducimos el miembro en la vagina de la mujer, y en lugar de expulsar el semen, lo hacemos subir hacia arriba, hacia la cabeza, retirándonos a tiempo antes del espasmo, para evitar el derrame de esa sustancia maravillosa de nuestro semen Cristónico.
El deseo refrenado hace subir nuestra energía seminal por los canales espermáticos hasta la cabeza o Cáliz Sagrado del Iniciado. Así es como despertamos nuestro Kundalini y nos convertimos en ángeles. Ya nosotros nos cansamos de ser burros de reproducción y a través de tantas millonadas de años, ya hicimos nuestro aprendizaje de hombre, y ahora queremos algo mejor, queramos hacer nuestro aprendizaje de ángeles, queremos ser ÁNGELES, y la madre naturaleza es tan sabia, que nos dio nuestros dos candeleros para que los encendamos delante del trono de Dios (el Intimo).
¡Creo que ya los humanos hemos sufrido demasiado, y que tenemos derecho a ser ángeles, queremos la felicidad, necesitamos ser ángeles dichosos y felices! ¡No más dolor! ¡No más amargura! ¡Venga la felicidad!....
Que forniquen los demonios, que despierten su Kundalini negativamente, que forniquen los cherencistas, si así les place; pero nosotros, los miembros de la Logia-Blanca, jamás, nunca jamás, ni fornicamos ni fornicaremos, porque nosotros seguimos el sendero de la Santidad, y de la Castidad perfectas.