Conde Lucanor:Ejemplo 19

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Conde Lucanor de Juan Manuel
Ejemplo XIX


Exemplo XIXº - De lo que contesçió a los cuervos con los búhos[editar]

Fablava un día el conde Lucanor con Patronio, su consejero, et díxol’:

-Patronio, yo he contienda con un omne muy poderoso; et aquel mio enemigo avía en su casa un su pariente et su criado, et omne a quien avía fecho mucho bien. Et un día, por cosas que acaesçieron entre ellos, aquel mio enemigo fizo mucho mal et muchas desonras aquel omne con quien avía tantos debdos. Et veyendo el mal que avía reçebido et queriendo catar manera cómo se vengasse, vínose para mí, et yo tengo que es muy grand mi pro, ca éste me puede desengañar et aperçebir en cómo pueda más ligeramente fazer daño aquel mío enemigo. Pero, por la grand fiuza que yo he en vos et en el vuestro entendimiento, ruégovos que me consejedes lo que faga en este fecho.

-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, lo primero vos digo que este omne non vino a vos sinon por vos engañar; et para que sepades la manera del su engaño, plazerme ía que sopiéssedes lo que contesçió a los búhos et a los cuervos.

El conde le rogó aquel’ dixiesse cómo fuera aquello.

-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, los cuervos et los búhos avían entre sí grand contienda, pero los cuervos eran en mayor quexa. Et los búhos, porque es su costumbre de andar de noche, et de día estar ascondidos en cuebas muy malas de fallar, vinían de noche a los árboles do los cuervos albergavan et matavan muchos dellos, et fazíanles mucho mal. Et passando los cuerbos tanto daño, un cuervo que avía entrellos muy sabidor, que se dolía mucho del mal que avía reçevido de los búyos, sus enemigos, fabló con los cuervos sus parientes, et cató esta manera para se poder vengar.

Et la manera fue ésta: que los cuervos le messaron todo, salvo ende un poco de las alas, con que volava muy mal et muy poco. Et desque fue assí maltrecho, fuesse para los búhos et contóles el mal et el daño que los cuervos le fizieran, señaladamente porque les dizía que non quisiessen seer contra ellos; mas, pues tan mal lo avían fecho contra él, que si ellos quisiessen, que él les mostraría muchas maneras cómo se podrían vengar de los cuervos et fazerles mucho daño.

Cuando los búhos esto oyeron, plógoles mucho, et tovieron que por este cuervo que era con ellos era todo su fecho endereçado, et començaron a fazer mucho bien al cuervo et fiar en él todas sus faziendas et sus poridades.

Entre los otros búhos, avía ý uno que era muy biejo et avía passado por muchas cosas, et desque vio este fecho del cuervo, entendió el engaño con que el cuervo andava, et fuesse para’l mayoral de los búyos et díxol’ quel’ fuesse çierto que aquel cuervo non viniera a ellos sinon por su daño et por saber sus faziendas, et que lo echasse de su compaña. Mas este búho non fue creído de los otros búhos; et desque vio que non le querían creer, partiósse dellos et fue buscar tierra do los cuervos non le pudiessen fallar.

Et los otros búhos pensaron bien del cuervo. Et desque las péñolas le fueron eguadas, dixo a los búhos que, pues podía volar, que quería ir saber do estavan los cuervos et que vernía decírgelo porque pudiessen ayuntarse et ir a los estroir todos. A los búyos plogo mucho desto. Et desque el cuervo fue con los otros cuervos, ayuntáronse muchos dellos, et sabiendo toda la fazienda de los búhos, fueron a ellos de día cuando ellos non buellan et estavan seguros et sin reçelo, et mataron et destruyeron dellos tantos porque fincaron vençedores los cuervos de toda su guerra.

Et todo este mal vino a los búhos porque fiaron en el cuervo que naturalmente era su enemigo.

Et vós, señor conde Lucanor, pues sabedes que este omne que a vos vino es muy adebdado con aquel vuestro enemigo et naturalmente él et todo su linage son vuestros enemigos, conséjovos yo que en ninguna manera non lo trayades en vuestra compaña, ca çierto sed que non vino a vos sinon por engañar et por vos fazer algún daño. Pero sí él vos quisiere servir seyendo alongado de vos, de guisa que vos non pueda enpesçer, nin saber nada de vuestra fazienda, et de fecho fiziere tanto mal et tales manzellamientos a aquel vuestro enemigo con quien él ha algunos debdos, que veades vós que non le finca logar para se poder nunca avenir con él, estonce podredes vós fiar en el, pero siempre fiat en él tanto de que vos non pueda venir daño.

El conde tovo este por buen consejo, et fízolo assí, et fallóse dello muy bien.

Et porque don Johan entendió que este exiemplo era muy bueno, fízolo escrivir en este libro et fizo estos viessos que dizen assí:


Al que tu enemigo suel’seer,
nunca quieras en él mucho creer.


Et la istoria deste exienplo es ésta que se sigue: