Contrastes: 14
Epílogo
No concluiríamos nunca si hubiéramos de trazar uno por uno todos los tipos antiguos de nuestra sociedad, contraponiéndolos a los nacidos nuevamente por las alteraciones del siglo. -El hombre en el fondo siempre es el mismo, aunque con distintos disfraces en la forma; -el palaciego que antes adulaba a los reyes sirve hoy y adula a la plebe bajo el nombre de tribuno; -el devoto se ha convertido en humanitario; -el vago y calavera en faccioso y patriota; -el historiador en hombre de historia; -el mayorazgo en pretendiente; -y el chispero y la manola en ciudadanos libres y pueblo soberano. -Andarán los tiempos, mudaránse las horas, y todos estos tipos, hoy flamantes, pasarán como los otros a ser añejos y retrógrados, y nuestros nietos nos pagarán con sendas carcajadas las pullas y chanzonetas que hoy regalamos a nuestros abuelos. ¿Quién reirá el último?
Nota
Contrastes. -Tipos perdidos, tipos hallados. -Por los años del 43 al 45, bullía en la mente del autor el continuar en una tercera serie la revista de costumbres contemporáneas, y para hacerla más picante y sensible el contraste de las presentes con las pasadas, ideó oponer a cada uno de los tipos que ha producido la moderna organización del país, otro de los análogos en influencia que presentaba la antigua; idea que si hubiera alcanzado a desempeñarla bien, parecíale que realizaba completamente su objeto. Pero cuando empezaba a borrajear papel y a formular su pensamiento, apareció el prospecto de Los Españoles pintados por sí mismos, y fue invitado por su editor, el señor Boix, para tomar parte en la redacción de aquella obra notable. Tomóla en efecto, en los dos artículos titulados La Patrona de huéspedes y El Pretendiente, y al terminar dicha obra aplicó a su final el boceto de la nueva que se había propuesto escribir, y bajo el título de Tipos perdidos, tipos hallados, publicó el que actualmente coloca en lugar más propio para terminar la colección de sus Escenas.