Curiosidades literarias
CURIOSIDADES LITERARIAS
H
ablábamos varios hombres de letras de las cosas curiosas que, desde griegos y latinos, han hecho ingenios risueños, pacientes o desocupados con el lenguaje. Versos que se pueden leer al revés tanto como al derecho, guardando siempre el mismo sentido, acrósticos enrevesados, y luego, prosas en que se suprimiera una de las vocales en largos cuentos castellanos.Entonces, yo les hablé de una curiosidad, en verdad de las más peregrinas, que hice insertar, siendo muy joven, en una revista que dirigía allá en la lejana Nicaragua un mi íntimo amigo. Es un cuento corto, en el cual no se suprime una vocal, sino cuatro. No encontraréis otra vocal más que la a. Y os mantendrá con la boca abierta. ¿Su autor? Sudamericano, seguramente, quizás antillano, posiblemente de Colombia. Ignoro e ignoré siempre su nombre. He aquí la lucubración a que me refiero:
AMAR HASTA FRACASAR
La Habana aclamaba a Ana, la dama más agarbada, más afamada.—Amaba a Ana Blas, galán asaz cabal, tal amaba Chactas a Atala.
Ya pasaban largas albas para Ana, para Blas; mas nada alcanzaban. Casar trataban, mas hallaban avaras a las hadas, para dar grata andanza a tal plan.
La plaza llamada Armas, daba casa a la dama; Blas la hablaba cada mañana; mas la mamá, llamada Marta Albar, nada alcanzaba. La tal mamá trataba jamás casar a Ana hasta hallar gran galán, casa alta, ancha arca para apañar larga plata, para agarrar adahalas[1]. ¡Bravas agallas!—¿Mas bastaba tal cabala?—Nada ¡cá! ¡nada basta a atajar la llama aflamada!
Ana alzaba la cama al aclarar; Blas la hallaba ya parada a la bajada. Las gradas callaban las alharacas adaptadas a almas tan abrasadas. Allá, halagadas faz a faz, pactaban hasta la parca amar Blas a Ana, Ana a Blas. ¡Ah! ¡ráfagas claras bajadas a las almas arrastradas a amar! gratas pasan para apalambrarlas[2] mas, para clavar la azagaya[3] al alma. ¡Ya nada habrá capaz a arrancarla!
Pasaban las añadas[4]. Acabada la marcada para dar Blas a Ana las sagradas arras, trataban hablar a Marta para afrancar[5] a Ana, hablar al abad, abastar saya, manta, sábanas, cama, alhajar casa ¡cá! ¡nada faltaba para andar al altar!
Mas la mañana marcada, trata Marta ¡mala andanza! pasar a Santa Clara al alba, para clamar a la Santa adaptada al galán para Ana. Agarrada bajaba ya las gradas; mas ¡caramba! halla a Ana abrazada a Blas, cara a cara. ¡Ah! la a nada basta para trazar la zambra armada. Marta araña a Ana, tal arañan las gatas a las ratas; Blas la ampara; para parar las brazadas a Marta, agárrala la saya. Marta lanza las palabras más malas a más alta garganta. Al azar pasan atalayas, alarmadas a tal algazara, atalantadas a las palabras:—¡acá! ¡acá! ¡atrapad al canalla-mata-damas! ¡amarrad al rapaz!—Van a la casa: Blas arranca tablas a las gradas para lanzar a la armada; más nada hará para tantas armas blancas. Clama, apalabra, aclara ¡vanas palabras! nada alcanza. Amarra a Blas, Marta manda a Ana para Santa Clara; Blas va a la cabaña. ¡Ah! ¡Mañana falta!
¡Bárbara Marta! avara bajasa[6], al atrancar a Ana tras las barbacanas sagradas (algar[7], fatal para damas blandas). ¿Trataba alcanzar paz a Ana? ¡Ca! ¡Asparla[8], alafagarla, matarla! tal trataba la malvada Marta. Ana, cada alba, amaba más a Blas; cada alba más aflatada, aflacaba más. Blas, a la banda allá la mar, tras Casa Blanca, asayaba[9], a la par gran mal; a la par balaba[10], allanar las barras para atacar la alfana[11], sacar la amada, hablarla, abrazarla...
Ha ya largas mañanas trama Blas la alcaldada: para tal, habla. Al rayar la alba, al atalaya, da plata, saltan las barras, avanza a la playa. La lancha, ya aparada[12], pasa al galán a la Habana. ¡Ya la has amanada[13] gran Blas; ya vas a agarrar la aldaba para llamar a Ana! ¡Ah! ¡Avanza, galán, avanza! Clama alas al alcatraz, patas al alazán ¡avanza, galán, avanza!
Mas para nada alcanzará la llamada: atafagarán[14], mas la tapada, taparanla más. Aplaza la hazaña...
Blas la aplaza; para apartar malandanza, trata hablar a Ana, para Ana nada más. Para tal alcanzar, canta a garganta baja:
La barca lanzada
allá al ancha mar
arrastra a la Habana
canalla-rapaz.
Al tal mata-damas
llamaban asaz,
mas jamás las mata,
las ha para amar.
Fallar las amarras
hará tal galán,
ca, brava alabarda
llaman a la mar.
Las alas, la alaba,
la azagaya... ¡Bah!
nada, nada basta
a tal batallar.
Ah, marcha, alma Atala
a dar grata paz,
a dar grata andanza
a Chactas acá.
Acabada la cantata, Blas anda para acá, para allá, para nada alarmar al adra[15]. Ana agradada a las palabras cantadas salta la cama. La alma. La alma la da al galán. Afanada llama a ña Blasa, aya[16] parda ña Blasa, zampada a la larga, nada alcanza la tal llamada; para alzarla, Ana la jala las pasas. La aya habla, Ana la acalla; habla más; la da ahajas para ablandarla. Blasa las agarra. Blanda ya, para acabar, la parda da franca bajada a Ana para la sala magna. Ya allá, Ana zafa aldaba tras aldaba hasta dar a la plaza. Allá anda Blas. ¡Para, para Blas!
Atrás va Ana. ¡Ya llama! ¡Avanza, galán, avanza! Clama alas al alcatraz, patas al alazán. ¡Avanza, galán, avanza!
—¡Amada Ana!...
—¡Blas!...
—¡Ya jamás apartarán a Blas para Ana!
—¡Ah, jamás!
—¡Alma amada!...
—¡Abraza a Ana hasta matarla!
—¡Abraza a Blas hasta lanzar la alma!...
A la mañana tras la pasada, alzaba ancla para Málaga la fragata Atlas. La cámara daba lar para Blas, para Ana...
Faltaba ya nada para anclar; mas la mar brava, brava, lanza a la playa la fragata: la vara.
La mar trabaja las bandas: mas brava, arranca tablas al tajamar; nada basta a salvar la fragata. ¡Ah, tantas almas lanzadas al mar, ya agarradas a tablas claman, ya nadan para ganar la playa! Blas nada para acá, para allá, para hallar a Ana, para salvarla. ¡Ah! tantas brazadas, tan gran afán para nada; hállala, mas la halla ya matada. ¡Matada!... Al palpar tan gran mal nada bala ya, nada trata alcanzar. Abraza a la amada. «¡Amar hasta fracasar!» clama... Ambas almas abrazadas bajan a la nada[17]. La mar traga a Ana, traga a Blas, traga más... ¡ca! ya Ana hablaba a Blas para pañal, para fajas, para zarandajas. «¡Mamá, ya, acababa Ana. Papá, ya, acababa Blas!...»
Nada habla la Habana para sacar a plaza a Marta, tras las pasadas; mas la palma canta hartas hazañas para cardarla la lana.
Et voilà. ¿Quién me dirá el nombre del autor?
- ↑ Adahalas, lo mismo que adehalas.
- ↑ Apalambrar, incendiar.
- ↑ Azagaya, dardo.
- ↑ Añadas, el tiempo de un año.
- ↑ Afrancar, dar libertad, licencia.
- ↑ Bajasa, mujer mala.
- ↑ Algar, caverna o cueva.
- ↑ Aspar, atormentar.
- ↑ Asayar, experimentar.
- ↑ Balar, desear ardientemente.
- ↑ Alfana, iglesia. Voz de la germania.
- ↑ Aparar, preparar.
- ↑ Amanar, poner a la mano. Ya la tienes a mano.
- ↑ Atafagar, fatigar, sofocar.
- ↑ Adra, porción de un barrio, barriada.
- ↑ Aya, se dice vulgarmente de las criadas de razón.
- ↑ Almas por cuerpos, Dios me libre de la impiedad.