Descripción Geográfico-Moral de la Diócesis de Goathemala/Tomo 2/Chichicastenango

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MAPA DEL CVRATO DE CHICHICASTENANGO.

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Parroquia de Santo Thomas Chichiastenango.

Desde el Pueblo de Santa Cruz del Kichè al de Sto Thomas Chichicastenango hay quatro leguas, rumbo de norte á súr. Al principio hay un pedazo de camino bastantemente llano; pero antes de la primera legua hay una varranca llamada de piscayà muy profunda, que lleva un buen arroyo de agua, la vaxada, y subida son mui violentas, y de malissimo camino; á poco mas se dá en el Pueblo de Lemoa, de que se hablò arriva; lo restantes del camino es de subidas, y vaxadas algunas suaves, y otras violentas; poco antes e llegar al Pueblo se cruza el rio de su nombre de bastante caudal; y este, y la varranca de Piscayà corren de poniente á oriente; pasado el rio se sube una cuesta, y se dá en el Pueblo.
 El Pueblo està sitiado en Cerros mui vestidos de arboles, como si fueran, y son, vosques espesos, y los xacales están mui dispersos, y la situacion es mala, y avarrancada. Es cavezera del curato con un Pueblo anexo, que es Lemoa; el que, sin saver con que authoridad, ha pasado á ser anexo de la Presidencia de Santa Cruz. Por no hallarse bien explicado, aparecen en las respuestas el cura, mas familias, que las que verdaderamente hay; pero me parece, que las que se deven poner son las siguientes.
En el Pueblo de chichicastenango hay fams 560...con..2330 Personas
Carga esta adminsitracion sobre un cura, que lo es há 15 años Fr. Alexandro de Sagastume Religioso Dominico, graduado en la Vnibersidad de Goathemala, de mas de mediana edad. No tiene compañero para ayudarse en la administracion por aora; aunque suele tenerlo.
 El Ydioma de esta Parroquia es Kiche; los frutos, que produce su terreno son maizes, y frexoles, que pueden darse con abundancia; por que hay mucho terreno, y fertil; las utilidades, que produce, segu nrelacion del cura, ascienden á 1700 ps.
 Antes de exponer mi concepto de este cura, diré algunas cosas, que me hán sucedido con él. La primera fue; que mucho tiempo antes de salir á visita, y como un año antes de llegar á su Parroquia, se me presentó en Goathemala, diciendo; que venia á hacerme varias preguntas para descargo de su conciencia en el ministerio del cura, y se reduxeron; á que si podia absolver á los que no tenian dolor de sus culpas, ni proposito de la enmienda, ni las confesaban enteramente? Dexele: no puede Vm, ignorar que es lo que debo responder.
 Prosiguio diciendo; que no lo ignoraba, pero que estimaria se lo dixera para poder dar satisfacion en su Parroquia. Dixele: Padre Cura, pongamelas por escrito, por que deseo satisfaser del mimso modo; y maiormente siendo dificultades, que en voz ocurren mui frequentemente, y nunca por escrito. Dixo; que página lo haría quanto antes; pero aún se esperan. Estando en su Parroquia de visita ocurrió la misma conversacion; le dixe lo mismo, que preguntára por escrito; ofreciò que lo haria; y estando al fun e la visita, lo requiri quando venian sus dudas? me respondio, que entonces no podia; perpo antes de dos meses me las llevaría èl mismo á Goathemala; no han llegado, despues de mas de un año.
 Quando me presentó las respuestas á los puntos de la Pastoral le dixe (Viendo que son las regulares de todas partes reducidas á que no hay vicios, ó abusos; ó que se hallan enmendados) Padre; que se han hecho, y en que han parado sus dudas y temores?
 A lo dho pudiera agregar dos cosas la 1ª que haviendo salido el padre á resivirme comenzó en el camino á hablarme, y decirme; que aunque los Yndios pondrian contra él muchas acusaciones; pero que èl respondiera á todos los cargos, que le hicieran, por que se fundaban en no poder sufrir, que les corrigiera sus eccesos, y obligara á vivir como christianos. Estuvo tan impertinente, y molesto; que no pudiendolo parar ni con razones, ni mudandole la conversacion, le dixe: no se cance Padre, Yo oyré á los Yndios, en cumplimiento de mi obligacion quanto quieran decir, y los consolaré en lo que entienda razonable.
 La 2ª que concurrieron á visitarme, y cumplimentarme (contra las ordenes expresas, que tengo dadas) dos Religiosos de San Franco. el uno Fr. Matheo Echegoyen Guardian de Solola; el otro Fr. Jn. Santizo Cura Propio del mismo Pueblo de Solola; y al mismo tiempo se hallaba con motivo de recobrár la salud, ú de divercion un Religioso Dominico docto, y por tal reputado llamado Fr. estos Religiosos tenian entre si, y tambien sobre mesa, varias conversaciones sobre la conducta de los Yndios en orden al cumplimiento de las obligaciones de christianos; y en una ocacion, que sé, y creo seria tambien en aras; tal vez persuadidos, que no llegaria á mi noticia, dixeron: el Señor Arzobispo trabaja en tomar varias providencias; la acertada seria mandar á los curas, que no administráran sacramentos á los Yndios, porque de ninguna forma deven tenerse por hijos de la Yglecia.
 Aunque lo dho, y que boy á decir parescan especies disparadas, y sin alguna conexion; con animo de irlas uniendo á su tiempo, paso á otro asunto, que parecerá mas disparado. En este tiempo que andaba la visita, se levantó un gran rumor de que havia peste en el Arzobispado, que desolaba los Pueblos. Pocos dias antes de llegar á este, tuve una carta del Fiscal de la Audiencia, en que me insinuaba, varias providencias (de que hablaré) tomadas por el superior govierno á beneficio de los Yndios, suplicandome hiciera encargo á los curas, y eccleciasticos para que tambien contrivuyeran á su alivio. Como concluia de andar todo el Arzobispado, y nada havia notado de semejante peste, recivi con mucha novedad la referida carta, á que respondí con la página 159 atencion correspondiente, obligandome á quantas diligencias estubieran de mi parte.
 No es dudable; que en la ciudad de Goathemala, se padeciò por algunnos meses una constelacion de sarampion de que murieron muchos Niños, y tambien adultos por su pobreza, embriaguezes, y mal manejo; Que esta constelacion corrió por todo el Arpado; en algunos partidos, con bastante ruido; y en otros, sin tanto, y sin alguno, y sin pasar de constelacion entre los Niños, de la que en ciertos Pueblos morian mas en otros menos, y en quasi todos muy pocos.
 Con este motivo; á nombre del superior govierno huvo junta de dos ó tres medicos para que discurrieran como atajar dha constelacion, y acordaron una receta, que por mano de los Alcaldes Mayores se distribuyó impresa á todos los Pueblos. En ella se ordenaban varias medicinas segun los indicios, que aparecieran en lo que adolecian; lo que no dexaron de reir todos los hombres de juicio, por que en los Pueblos no hay para la confeccion de ellas botanicas, ni tampoco medicos para que juzgàran de los Yndios; y lo que es mas, que eran medicinas para Yndios, entre quienes corria la constelacion, los que de ninguna manera tomaran medicina alguna, sino de sus temascales, y otras que acostumbran.
 Esta providencia del superior gobierno iba acompañada con tres mas. Vna, que se tomaran los bienes de las comunidades para socorrer á los Pobres enfermos; otra, que con el mismo destino se tomáran de la yglecia los bienes de las cofradias; y la tercera, que no se repartieran yndios para las haziendas, porque devian estàr en sus casas cuidando de los enfermos, que hubiera.
 Como entendrá, que todo lo dicho tenia mucho de aparato, y que el objeto seria, ó que la Yglecia tuviera, que padecer en las cofradias (antiguo tenia de esta Diocesis) ó afectar vanamente cuidados á fabor de los Yndios; para preocuparlo todo, y descubrir este misterio, escriví por medio de los Vicarios de Provincia á todos los curas del Arpado; que emplearan todo su cuidado, y practicaran quantos medios, y diligencias les fueran pocibles para el consuelo de los enfermos; como tambien, que cuidaran de su alimento, y medicinas á mis expensas, corriendo á mi cargo quanto gastaran sin mas formalidad, que darme aviso.
 Respondieron los curas generalmente; que la constelacion no necesitaba á tantas providencias, y que de nada se necesitaba; pues á los enfermos, que havia, los socorrian en un todo con sus rentas, sin que les huviera faltado cosa alguna.
 Con esto se vé; que todo fue un aparato mas ruidoso de lo qe. pedía el asunto; y me há parecido ponerlo aqui por lo que en este Pueblo me sucedio. Estando cerrando la visita, vinieron los Yndios de este Pueblo, y de los Vecinos, quejandose e que los aca- página baban de repartir para una hazienda, y que no podian por haver algunos enfermos, dexandome el dinero, que les havian repartido para que lo mandara entregar al Dueño de la hazienda; teniendo presente la providencia, que acababa de tomar el superior govierno para que no huviera tal reparto, me puse á escrivir al Alcalde mayor del partido para que se lo embarasase; quando llebaba adelante la carta entró mi secretario diciendo; que no la prociguiera; por que havia tres, ó quatro dias que havia remitido despacho el señor Presidente para que se repartieran Yndios á aquella hazienda, y era el mismo, que me presentaba; lo léy con admiracion, rompi la carta, que escrivia al Alcalde mayor, consolé á los Yndios, que no podia remediar, y escrivi al Sr. Fiscal de la Audiencia el caso, quien me respondió; que nada podia hazer, aunque le causaba mucho sentimiento; fueron los Yndios al reparto, y me há parecido ponerlo aqui, y no en las refleciones para no pensar con imprudencia, ó con mucha amargura.  El cura dice en sus respuestas; que solo tiene por anexo el Pueblo de Lemoa; pero que dho Pueblo se administra por el Pueblo de Santa Cruz, á cuyo cargo estàn algunas haziendas, que hay en su distrito= Que el vicio mas dominante es el de la embriaguez, y lascivia, para cuio efecto usaban continuar sus sarabandas, y mucicas de parte de noche, y el cura á costa de grande trabajo, y diligencia los há extinguido= Que mediante el cuidado y vigilancia del cura hán cumplido, y cumplen anualmente con los preceptos de confesar, y comulgar; mas para la asistencia á misa, la doctrina Christiana hán sido renuentissimos.= Y que yá los Yndios, ó no se atreben á tener sarabandas, ó son con menos escandalo, que antes las tenian. Hasta aqui el cura Quien embrolla sobre la escuela pero es cierto, que no la hay.
 Vistas las respuestas dixele: Padre no tiene razon para vivir tan descontento de los Yndios, como me há explicado; pues no les falta docilidad para enmendar sus defectos, aunque cueste algun trabajo. Con esto em entregó otro papel, y comenzando su asunto por el mal uso, que hacen de los bienes de las cofradias para continuar las zarabandas á titulo de concervarlas, y pagar sus gastos, dice como aparece en su escrito; la verdad es, que en las zarabandas lo pierden (el dinero) y de ellas se siguien tantos daños, que de ellas salen las Yndias descaradas de sus maridos, y casadas con otros; las Virgenes salen corruptas, los Yndios desnudos; y otros ebrios= Que el Alcalde mayor há dado licencia general para que se tengan; que los Niños no asisten á la doctirna; que los Yndios estan insolentados y sin remedio; que viven amancebados; y que uno de ellos hizo casar á una hija antes de Tiempo como todo se dice en el referido papel, á que me remito.
 Pregunté si perseveraban en el matrimonio sin página 160 haver ratificado su consentimiento? Se me respondio que si, y que havia un año. Mandé que el cura lo separára incontinenti; á poco rato se me respondio, que no se atrevia el cura; y en suma huve que llamar Yo mismo á los contrayentes, y a sus Padres; los hablé con la mayor caridad y dulzura; dixeles, que la separacion era no mas por mui pocos dias, y solametne los precisos para confesarse y contraher de nuebo. Es cierto, que manifestaron alguna repugnancia, per ose apartaron de mi presencia diciendo que assi lo harian; con lo que entregué la muchacha á la Justicia , Etcª Me bolvi al cura, y le dixe; assi se tratan las dependencias; y me respondió: há Señor es verdad; pero con esta gente nada se concigue con razones, sino con el castigo. Vease sobre semejantes casos lo que se dice en la Parroquia de Chanthla.
 En efecto el dia siguiente al tiempo de ir á decir misa me encontre sin Yndios para acompañarme, sin su Ayuntamiento, ni principales como es de costumbre para ael palio, y las insignias de las cofradias, y en suma solo, quando acostumbran á concurrir en tropa á estos obsequios; ni se vieron tampoco despues Yndios, sino los masaguales, y mui pocos. Dixe al cura que es esto? Me respondio no carece de misterio; le inste, por que se recataba en decirlo, y me respondio: esto es la separacion que se hizo ayer tarde, y en haverlos reprehendido de este atrevimiento de contraher antes de la edad legitima; y aunque disimularon humildad, y obediencia; pero salieron de alli á hacer gente para alborotarse. Me quede asombrado, sin embargo de saver tanto lo que son Yndios, y aora digo ciertamente que nadie los conoce.

Reflexiones.

Con las cosas tan estrañas de este cura formaba de él un concepto mui desgraciado pareciendome, que era hombre sumamente inconstante, y sin prudencia, ni reflexion, pues en tanto eran los Yndios malos ; en tanto buenos; luego havia zarabandas, luego no las havia; una vez los Yndios eran alzados; otra quietos; quando los corregia eran buenos; quando los dexaba de corregir eran malos yá. Veia por otra parte, que una vez, y aun muchas queria consltarme en orden al cumplimiento de su obligacion; que quando el brindaba la ocacion, yá no me queria consultar, reservandolo para otro tiempo; que dejaba havia tres años vivir á dos consortes en un matrimonio nulo, y algunos otros defectos.
 Pero haviendolo mirado á mejores luces, y con mas reflexion; el concepto ultimo, que formé, es de ser Religioso, que entiende, y no cumple su obligacion; que esto lo hace mucha fuerza, porque se condena, como el mismo acegura; que para salvarse es preciso perder página la conveniencia, y dejar el curato; y no determinandose á esta segunda parte para entretener los remordimientos de su conciencia, hace, y no hace consultas; pone, y no pone diligencias; hay, y no hay zarabandas; son los Yndios buenos, y malos, dociles, é incorregibles. Este es el concepto, que tengo por verdadero, y se verá corroborado inevitablemente en la Parroquia de Ostuncalco en sugeto mas docto, y con circunstancias que apenas dexan duda alguna.
 De aquie es de temer lo 1º que los Yndios viven, y hacen lo que se les antoja. Lo 2º que los curas lo ven, y los dexan. Lo 3º que todo lo callan al Diocesano por miedo, que tienen á los Yndios. Lo 4º que hay pocos, á quienes semejantes desordenes causen remordimiento. Y Lo 5º que aún quando hay estos remordimientos, se entretienen, y acallan con esperanzas; y en fin queda cauterizada y muerta la conciencia; con que ni grita, ni habla, ni aun respira. Vease la cita de ostuncalco.
 Supuesto lo dho dixeron bien los Religiosos arriva citados, quando dixeron; que el Señor Arzobispo trabajaba en tomar varias providencias, y la acertada seria mandar á los curas, que no administraran sacramentos á los Yndios; por que de ninguna forma deben tenerse por hijos de la Yglecia; pero devieron aumentar; el trabajo es, que no le consta por los documentos de los curas, para que pueda tomar semejante providencia; antes bien se le dice lo contrario regularmente en todas las Parroquias, y tambien en esta segun las primeras respuestas del cura.
 Sobre el aparato de tanta peste, de tales providencias, y del reparto de Yndios mandan á pocos dias; los citados Religiosos decian en sus conversaciones particulares, que todo podia tener sus fines. Yo sin apartarme de mismo concepto, entiendo; que los Yndios son un gran cimiento para levantar edificios de dificultad, celo, gobierno, y cuidado, y hacerse cada qual mucho honor dexandolos siempre Yndios, y es lo mismo, que sin ningun cuidado, ni pena de ellos, aparentando, que siempre los favorecen, cuidan, defienden, y amparan; pero todo es pura apariencia.